Explosión en Aguada San Roque: la desafortunada frase de un abogado

Los abogados defensores presentaron un frente unido contra la acusación de la fiscalía y las querellas. Al frente fue Juan Coto, con una expresión que sonó fuera de lugar.

En el juicio por la tragedia de Aguada San Roque hay tres personas fallecidas por una explosión seguida de un incendio en la escuela albergue 144; dos murieron de inmediato, el gasista Nicolás Francés y su sobrino Mariano Spinedi, y una sobrevivió 12 días, la docente Mónica Jara. Es un caso que genera mucho dolor.

Por eso sorprendió la frase desafortunada con la que el defensor particular Juan Coto inició su alegato de apertura. El abogado representa a Carlos Alfredo Córdoba, director de Obras de la provincia, y Raúl Alfredo Capdevila, empleado de la subsecretaría de Obras Públicas. Ambos están acusados, entre otros delitos, de estrago culposo agravado por el resultado muerte. Son los que anotan todo lo que pasa en la audiencia.

En total los imputados son seis: cuatro funcionarios y dos empresarios.

Coto dijo al hablar ante el Tribunal de Juicio este lunes que a esta causa «le sobran imputados y le falta chispa».

Pareció que había cometido un lamentable error, pero enseguida dejó en claro que lo había dicho con toda la intención, porque agregó: «no nos dicen cuál fue la chispa que provocó la explosión».

La culpa es del gasista


Si bien aclaró que «no está en mi ánimo faltarle el respeto a una persona que perdió la vida», responsabilizó por la explosión al gasista y víctima Nicolás Francés.

«El gasista estaba trabajando en los calefactores. Con más razón hay que tener un punto de ignición», agregó.

Gonzalo Rodríguez, defensor del ingeniero Sergio Percat, machacó sobre el mismo punto: «el estrago fue culpa del gasista». Y dio un paso más allá: «el análisis dio que tenía alcohol en sangre».

Percat es uno de los más comprometidos: está acusado de no controlar la obra, y de falsear certificados.

«Principio de confianza»


Al exsubsecretario de Obras Públicas Roberto Deza (ya jubilado) lo asiste Martín Segovia. Su argumento es que el trabajo en equipo implica un principio de confianza. «¿Qué pretenden, que salga a controlar en persona antes de firmar? Se paralizaría la obra pública» dijo, tirándole el fardo a sus subordinados Percat, Córdoba y Capdevila.

Iván Chelia defiende al empresario Héctor Villanueva Montalbán, cuya empresa ganó la licitación privada para la obra. Llamó la atención su argumento: «Villanueva no es Arte Construcciones, es sólo un socio», dijo.

Añadió que los hechos que se le atribuyen «a lo sumo son irregularidades ajenas al ámbito penal. Pueden ser del civil, administrativo o laboral».

Por último Melina Pozzer, quien representa a Diego Bulgheroni (representante técnico de Arte Construcciones) resaltó que la acusación «no explica todos los hechos que les atribuye a cada uno de los imputados».


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