Estafa al Ipross: los farmacéuticos hablaron en el final del juicio, luego del pedido de absolución
En la última audiencia antes del veredicto, la defensora de tres imputados pidió "que el Poder Judicial no haga más daño". La sentencia se leerá el viernes 22.
El viernes 22 se conocerá finalmente si los cuatro farmacéuticos acusados por la millonaria estafa al Ipross son declarados culpables o inocentes por la Justicia de Río Negro. Ayer se escuchó el último alegato del juicio iniciado el 27 de junio del año pasado, que tuvo casi 100 audiencias y que culminó con las palabras de los imputados.
“Estoy confiado en que se va a hacer justicia”, dijo Raúl Mascaró. Unos segundos antes, Rodolfo Mastandrea había ido por el mismo camino: “Estoy tranquilo y confiado”. Y por último, Fabio Caffaratti se inclinó por un mensaje de agradecimiento a los jueces que llevaron adelante el proceso “por la seriedad” con la que trabajaron.
Más distante, la exauditora del Colegio de Farmacéuticos, Sandra Fasano, sostuvo por Zoom que “ya dije todo lo que tenía que decir”, sin hacer uso de la opción que ofrece el Código Procesal Penal a los acusados en un juicio.
Casi tres horas antes de esas palabras, la abogada Patricia Espeche empezó su exposición final, insistiendo en su idea de que la Justicia se olvidó de mirar al Ipross como responsable del eventual perjuicio millonario que sufrió entre los años 2013 y 2019.
“Le pido al Poder Judicial que no haga más daño. Nos ha ido la salud con este proceso. Le pido perdón como rionegrina a Sandra Fasano, a Mastandrea, a Mascaró y a Caffaratti. No hay delito”, dijo en voz alta la defensora de los tres primeros, reclamando la absolución y que se levanten todas las medidas cautelares vigentes.
Espeche criticó severamente la extensión del caso. “No es serio tener cinco años a personas sometidas a un proceso”, afirmó antes de cuestionar también la seriedad de las pericias informáticas que conforman el eje de las pruebas presentadas por el Ministerio Público Fiscal.
“Lo informático no sirve, es arcaico. No está la trazabilidad de lo que se llevó para ser peritado”, sostuvo en alusión al perito forense que intervino, considerando que “hizo todo lo que no se debe hacer”.
La abogada afirmó que “la causa se fue sembrando» y para sostener esos dichos, resaltó que la caja con recetas que fue la punta del ovillo para el caso “fue encontrada entre enero y febrero” del 2019 en la farmacia Farmacentro“ y «recién en marzo aparece el caso en el Colegio”.
“Nadie investigó eso”, se quejó la defensora de Fasano, Mascaró y Mastandrea, a quienes presentó como víctimas de “persecuciones” y otras acciones hostiles por parte del grupo de farmacéuticos se hizo cargo de la conducción del Colegio poco antes de que se desatara el escándalo.
Ratificando que no existen elementos concretos para demostrar la culpabilidad de sus asistidos en el delito de fraude que les adjudican, Espeche remarcó que durante el juicio nunca se presentó “la prueba íntegra, no sesgada”.
“Hay historias para ser contadas e historias para ser creídas. Esta historia fue mal contada y no puede ser creída”, resumió.
También apuntó hacia el sector político de la provincia, por su reticencia a prestar testimonio durante el juicio.
“Los funcionarios son los que debieron dar de oficio respuestas sobre lo que hizo cada uno. No estaban imputados, lo único que debían enfrentar era la exposición. No me olvido de que evitaron eso mientras mis asistidos están sometidos al escarnio público hace casi cinco años”, dijo.
Hay que recordar que Espeche fue denunciada ante el Tribunal de Ética del Colegio de Abogados General Roca por el gobernador, Alberto Weretilneck, por el diputado Agustín Domingo y por el exdiputado Luis Di Giacomo. Luego de esa reacción, la abogada desistió de convocarlos al juicio, aunque subrayó que tomaba ese camino a partir de condicionamiento que le impusieron.
¿Ipross podía delegar la auditoría?
De la misma forma que el defensor de Caffaratti, Carlos Vila, la abogada se explayó en su alegato sobre la imposibilidad de que el Ipross delegara sus funciones de auditoría.
Ese debate es clave para el juicio, porque los farmacéuticos están acusados de actuar en connivencia con la auditora del Colegio de Farmacéuticos, para desplegar distintas maniobras y alterar finalmente la facturación a la obra social.
Espeche insistió en que la responsabilidad de auditar nunca pudo ser de Fasano, cuando es el Ipross el que debe tomar todos los recaudos de control antes y después de un pago.
“La obra social tenía la obligación de pedir que le mandaran toda la información. Que el Ipross no usara eso no es una responsabilidad de Sandra Fasano ni de ningún farmacéutico. Eso no es auditoría”, afirmó.
En otra parte de la presentación, dijo que “las recetas son las reinas de este proceso”, pero los acusadores «no trajeron a ningún médico” para certificar si habían ordenado los medicamentos supuestamente pagados por el Ipross sin que correspondiese.
Y fue más allá, respondiendo directamente a la revelación que hicieron el jueves los fiscales: “Si (los farmacéuticos) le vendieron a un muerto, traigan al médico. Que confronte si es su receta”, desafió la abogada.
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