En una nueva carta, Marcela Acuña proclamó su inocencia y realizó inesperados pedidos a la Justicia
La madre de César Sena, principal imputado por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, volvió a desligarse del caso y acusó a la fiscalía de "tener inocentes que se están muriendo encerrados". Además, reclamó ver a su familia y acceder a un celular.
Marcela Acuña, quien permanece detenida por la desaparición y presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski, publicó una nueva carta desde la cárcel, en la que reitero que tanto ella como su esposo, el líder piquetero Emerenciano Sena, son «inocentes que se están muriendo encerrados«. En el texto, conocido en las últimas horas, realizó además una serie de pedidos a la Justicia, como ver a su familia y poder utilizar un teléfono celular.
La madre de César Sena, principal acusado por el femicidio de la joven de 28 años, con quien estaba casado, envió una carta al fiscal Jorge Cáceres Olivera, que incluyó un conjunto de reclamos y pedidos.
Entre ellos, la exprecandidata a intendenta de Resistencia, exigió poder ver su familia, considerando que «hace más de un mes que no he tenido contacto con ellos y si bien estoy privada de mi libertad, no estoy vulnerada en mis otros derechos«.
En esa línea, al repasar su situación en prisión, consideró que «sigo cercenada en derechos básicos de personas que se hallan en situación de encierro«. Acto seguido, solicitó ver a su marido y a su hijo, ya que es «un derecho humano universal» y aseguró que solo en la dictadura militar de 1976 «se ha actuado de esa manera en momento donde la Constitución Nocional fue sacada y avasallada».
Además, Acuña, quien permanece detenida desde junio y es una de las principales imputadas por el femicidio de su nuera, exigió «en carácter de urgente» que se le autorice «el uso del celular como tienen los demás detenidos» y que «la prensa pueda acceder con el permiso correspondiente de la Fiscalía o de la Comisaría», con el objetivo de hacer notas y/o entrevistas, derecho que también manifestó le fue «vedado».
En el escrito, enviado a la fiscalía a cargo caso, pidió también el «ingreso de material informativo y de lectura de todo tipo, como diarios y revistas, además de libros» y acceder «a poder caminar 20 minutos por un espacio, aunque sea chico».
Finalmente, tras dar a conocer sus exigencias, expresó que son «los derechos que tienen la mayoría de los detenidos que indudablemente no tengo».
En una nueva carta desde la cárcel, Marcela Acuña volvió a proclamar su inocencia
Por otra parte, Acuña volvió a desligarse de la desaparición y femicidio de Cecilia, y manifestó que «si bien tanto Emerenciano como yo somos inocentes«, el trato que reciben en la cárcel «es no sólo inadecuado, sino que no es acorde a derecho».
«Emerenciano está enfermo, lo planteé con una huelga de hambre de 25 días, que afectó mi salud, en la cual también pedía que se tenga tratos humanitarios con nosotros y no el padecimiento de suplicios como al parecer decidieron y tomen medidas del medioevo», cuestionó la detenida.
En otro pasaje de la carta, remarcó que «los artículos de la Constitución Nacional, el Pacto de San José de Costa Rica y mucha legislación más en materia de derechos humanos a ustedes como ‘grupo’ de fiscales no les interesa«, como así tampoco, insistió, «tener inocentes que se están muriendo encerrados y alejados de sus afectos por capricho de sus partes».
Sostuvo además que «bajo la aparente búsqueda de la verdad», se han desconocido «derechos planteados» y se ha reconocido «en la tortura un mecanismo reglamentado», en el que sean aplicado «castigos en lugar de la obtención de la verdad».
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