En junio será el juicio por el crimen de Micaela Bravo, con una única imputada
A poco de cumplirse 6 años de la desaparición y muerte de la joven en Bariloche, se confirmó que durante un mes y con 100 testigos se realizará el juicio.
Micaela Bravo desapareció el 23 de marzo de 2016. Su cuerpo fue hallado luego de dos semanas en un descampado de la zona sur de Bariloche y el misterio en torno a su muerte comenzó a ser desentrañado recién tres años más tarde cuando se imputó a Angélica Paine como responsable del homicidio, quien en junio se sentará en el banco de los acusados como única imputada por el aberrante crimen.
La investigación de este caso, a punto de cumplir 6 años, tuvo varias líneas de investigación desde la vinculación del exmarido de la víctima, Patricio Vargas, la conexión con el caso de la desaparición y muerte del policía Lucas Muñoz, hasta una trama asociada a drogas. Todas fueron descartadas. Pero una prueba de centellograma que detectó restos de alimento para conejos y jugo en manchas halladas en la ropa de Micaela, fue determinante para la fiscal Betiana Cendón que cerró el círculo de su teoría y acusó a Angélica Paine, la mujer con la que fue vista por última vez la joven, por el delito de homicidio simple.
La fiscal jefa tendrá a partir del 6 de junio la responsabilidad de llevar adelante la acusación contra la imputada, que será asistida por el defensor oficial Marcos Cicciarello y el abogado Ezequiel Palavecino. Los jueces del tribunal -hasta ahora confirmados- serán Marcelo Álvarez Mellinger y Marcos Burgos. Esta causa se inició con el sistema anterior y por eso no será sometida a un juicio por jurado popular.
Según las audiencias previstas, el juicio se extenderá durante un mes, del 6 de junio al 8 de julio, con audiencias maratónicas de 9 a 17 en la sala 1 del edificio Pilmayquén y con la participación de más de 100 testigos, según pudo conocer RÍO NEGRO.
La imputada llega al juicio en libertad ya que no se le impuso la prisión preventiva al momento de la formulación de cargos.
Alimento de conejos, la prueba clave
Durante el control de acusación, en julio del año pasado, la fiscal Cendón expuso una innumerable cantidad de pruebas, pero destacó como fundamental y determinante el hallazgo de manchas en un pantalón color rosa que vestía Micaela, que fueron sometidas a una pericia de centellograma que determinó la composición química y concluyó que se trataba de comida para conejos y jugo Citric.
¿Por qué es importante este hallazgo? La fiscal explicó que Paine criaba conejos y cuando se realizó un allanamiento en su vivienda, dos días después de la desaparición de Micaela, los policías observaron que los conejos se encontraban en la habitación de la mujer y que guardaba el alimento de los animales en envases del jugo de naranja. Esas mismas manchas fueron encontradas en el nylon de un carro que tenía Paine y en sus botas.
Según la acusación de Cendón todos estos son indicios para vincular a Paine con el crimen. La mujer -con la que Micaela se retiró del jardín de infantes del barrio 2 de Abril, tras dejar a su hija- la habría matado el mismo día de su desaparición, con un arma blanca, cargado en el carro y arrojado en el descampado a un lado de la avenida Juan Herman, donde dos semanas más tarde, el 6 de abril de 2016, fue hallado el cuerpo en importante estado de descomposición.
En el expediente consta que Paine acudió al jardín de infantes a las 13:30 e intimó a Micaela a salir al exterior para resolver un problema. Testigos señalaron que la víctima se sentía amenazada por Paine, que no aceptaba la relación de Micaela con su hijo y que por ese vínculo alegaba tener problemas en la iglesia evangélica a la que la imputada y la víctima asistían.
En el juicio, la defensa podría exponer otra teoría, según anticipó el defensor oficial Cicciarello en el control de acusación, donde apuntó a un femicidio y a la vinculación con el crimen del exmarido de Micaela.
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