Elena, la trabajadora baleada por Pedro Jofré, de ATE: «estuve a nada de no volver a caminar»
Insistió en que el dirigente no mostró arrepentimiento, ni se disculpó por lo que hizo. La víctima recorrió 436 kilómetros para encontrarse cara a cara con él, pero la audiencia se suspendió.
Elena Cabezas viajó desde San Martín de los Andes para ver por primera vez a Pedro Jofré, el dirigente de ATE que le disparó a la altura de la cadera, con un revólver calibre 32, hace tres años. «La bala se alojó a 5 milímetros de la médula, estuve a nada de no volver a caminar», recordó. Tenía intenciones aunque sea de cruzar una mirada con él ayer en la sala de audiencias de la Ciudad Judicial de Neuquén.
La trabajadora municipal fue herida, el 29 de julio de 2022, cuando movió su auto de una manifestación que se había tornado muy violenta. Derivó en un enfrentamiento entre facciones del sindicato.
Fue sometida a una cirugía, para la extracción de la bala, y estuvo internada diez días y otros cuarenta de reposo. Tuvo que hacer rehabilitación.
«Físicamente todavía siento algunas dolores, como que me siento todavía un poco impedida de algunas cosas, pero la realidad es que trato de hacer mi vida normal», señaló.
Y agregó: «yo tengo la cirugía atrás, en la espalda, la parte baja fue limpiar la herida, sacar todo lo que había y que podía producir una infección, y después fue la parte más complicada, compleja que era de extraer el proyectil sin comprometer la médula».
La víctima quería presenciar la audiencia que se iba a realizar el jueves para analizar el pedido de la defensa de Jofré de acceder a salidas transitorias. Fue suspendida por que no pudieron trasladarlo desde la Unidad 12.
Elena estuvo acompañada entre otros por Alfredo Marcote, referente opositor a la conducción de Carlos Quintriqueo.
«Yo considero de que más allá de lo que a mí me tocó personalmente, que me costó un tiempo entenderlo de que no era algo hacia mí, no fue dirigido hacia mí, sino que fue al montón, al tumulto, considero de que no debe estar libre porque en ningún momento yo vi de parte de él, ni de su entorno un arrepentimiento o un pedido de disculpa por lo que hicieron, porque básicamente yo llevé la peor parte, pero el incendio, las roturas, el desmadre, la violencia con la que vivimos esa mañana, que no tan solo yo. Al día de hoy tengo compañeras que siguen teniendo ataques de pánico, siguen removiendo esa situación, heridas que no han sido sanadas», explicó.
Mencionó que si bien al principio la atención estuvo concentrada en la recuperación física, también hubo daño psicológico. «Ataques de pánico, ansiedad, miedo, inseguridad. Fue todo un proceso poder salir adelante todo ese tiempo», planteó.
Jofré fue condenado por un triple intento de asesinato con arma de fuego, ya que además de dispararle a Elena, también lo hizo contra los fotógrafos Patricio Rodríguez y Federico Soto, que registraron el momento exacto en que se lo ve apuntando.
Según la sentencia que lo declaró responsable, luego del tiroteo se deshizo del arma y se subió a una camioneta Toyota Hilux para escapar hasta Neuquén capital. Recién entonces se presentó ante la Justicia.
Riesgo moderado
Se le impuso una pena de ocho años de prisión. El 28 de enero pasado cumplió la mitad de la condena. Logró una reducción a partir de completar la educación secundaria dentro de la cárcel y realizar una serie de talleres y cursos.
El informe criminológico recomienda que acceda a las salidas transitorias y marca que existe un «riesgo moderado de recidiva (recaídas) en conductas violentas».
Este es uno de los puntos sobre el que se apoyará el abogado querellante de Elena, Federico Egea, para oponerse al beneficio.
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