El penal de Senillosa no tiene las condiciones mínimas para recibir a los internos de Neuquén

La caldera no funciona y no tiene agua caliente. No hay gas, no tienen atención de salud y la alimentación es insuficiente para los 515 internos que están alojados en el complejo

Los más de 500 internos que están en el Complejo Federal V de Senillosa tienen escasez de comida, les falta atención médica, no les funciona el agua caliente ni tienen gas y el lugar donde podrían comprar víveres aplica aumentos que la fiscalía federal consideró exhorbitantes e inició una investigación.

“Hoy la cárcel de Senillosa no da abasto con 515 internos, hay falta de profesionales para la atención de las demandas de los internos, con mucho esfuerzo se logró establecer estándares mínimos” para el funcionamiento con los que están allí alojados, aseguró el defensor oficial federal Pablo Matkovic, quien además se ocupa de supervisar las condiciones carcelarias federales en la zona.

El funcionario judicial dijo que si se pretende un traslado masivo de presos de la esfera provincial al penal federal (como se informó oficialmente del pase de unos 85 internos provinciales al módulo federal IV), será en detrimento de sus actuales condiciones en los penales de la provincia, ya que “no podrán acceder a las condiciones mínimas” para la atención de una persona alojada en el lugar.

Ejemplificó que el penal federal no tiene atención sanitaria adecuada para los internos y que por ello, el año pasado, hubo 300 solicitudes de internos de un turno en el sistema provincial de Salud. Se otorgaron ocho, aclaró. En el caso de un condenado que requería cirugía, se lo llevó a Buenos Aires y dos personas fallecieron.

Explicó que en Senillosa están ocupados tres módulos con un cupo total de 550 internos. El acceso a la salud en el interior del penal es tan deficiente que no se proveyó de medicación especifica a un alojado con HIV y murió de tuberculosis, y en el caso de otra persona que tenia cáncer, no se lo diagnosticó.

La precariedad sanitaria llevó a una sentencia del juez federal Gustavo Villanueva que ordenó que la provincia y la Nación determinen un protocolo de trabajo conjunto en función del derecho a la salud de los internos a mediados del año pasado, situación que no tuvo respuesta, indicó el defensor federal.

El penal no tiene gas, el suministro de electricidad es deficiente y la caldera no funciona. El sistema cloacal tiene problemas y el “acceso a la comida es insuficiente”, detalló Matkovic.

Agregó que la proveeduría que funciona en el interior aplicó incrementos de más del 60% respecto a los almacenes de afuera para productos mínimos como azúcar o yerba.

El módulo IV está en peores condiciones de infraestructura que el 1, 2 y 3, que es el sector que tuvo mejoras desde que se deshabitó la vieja cárcel federal U9.

Manifestó que la defensoría pública no conoce el tenor del convenio marco firmado entre la provincia y la Nación el 7 de marzo pasado, ni las condiciones del traslado masivo que se propuso para finalizar el proceso de posesión definitiva del predio donde estaba la ex U9 para la provincia de Neuquén.

“Entiendo que (la habilitación) del módulo IV requiere de una cantidad de obras que no son de solución inmediata, una reforma integral que en Senillosa exige instalaciones eléctricas, cuestiones arquitectónicas, cerramientos, cámaras de seguridad y diferentes arreglos de infraestructura para que la permanencia en el lugar no sea un castigo adicional a su condena”, afirmó el defensor.


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