Video | El papá de Otoño Uriarte denunció impunidad tras el juicio de cesura: «El proceso no brinda justicia»

Han pasado 18 años desde la desaparición y asesinato de Otoño Uriarte en Fernández Oro. En Cipolletti, finalizó el juicio de cesura para definir la pena de los condenados. ¿Qué dijo el papá de la adolescente?

El tiempo no ha borrado las heridas ni las preguntas sin respuesta. A casi 18 años de la desaparición y asesinato de Otoño Uriarte en Fernández Oro, el caso dio un nuevo paso en la búsqueda de justicia. Este jueves, en Cipolletti, finalizó el juicio de cesura para definir la pena de los cuatro hombres hallados culpables de su homicidio.

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El proceso, que comenzó con demoras, trajo consigo un clima de profunda emoción y descontento. La familia de Otoño y sus allegados se hicieron presentes con la esperanza de hallar respuestas que el tiempo y el accionar judicial les han negado.


Un juicio que tardó 18 años


El tribunal debe analizar los factores agravantes y atenuantes del caso, aunque el delito por el que fueron condenados—privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio agravado—solo contempla una única pena posible: prisión perpetua. Sin embargo, la sentencia no logró aplacar la sensación de impunidad y frustración que pesa sobre los familiares de la víctima.

En Cipolletti, finalizó el juicio de cesura por el crimen de Otoño Uriarte tras 18 años de espera. Foto Matías Subat.

Roberto Uriarte, padre de Otoño, tomó la palabra y expresó su desencanto con el proceso judicial. «Nuestra intención, desde el comienzo, fue llevar adelante dos ejes dentro de este proceso, pero en la mitad del camino todo se desdibujó», lamentó.


Las críticas de la familia Uriarte


Uno de los principales cuestionamientos de la familia fue el extenso tiempo que tomó llegar a una condena. «El Poder Judicial no hizo mea culpa ni trató de sanar lo que ocurrió durante estos 18 años», denunció Roberto. Según sus palabras, si la Justicia hubiese actuado con celeridad, el proceso habría sido mucho más corto.

También apuntó contra la policía, sugiriendo que hubo encubrimiento y complicidad en la investigación. En particular, señaló el rol de Yves Vallejos y su entorno policial, que habrían intentado minimizar pruebas clave. «No puedo dejar de mencionar cómo determinaron que Otoño estaba vestida cuando desapareció. Fue totalmente minimizado», agregó.


Un proceso con irregularidades


Desde la desaparición de Otoño en octubre de 2006 hasta el hallazgo de su cuerpo en un canal de riego, el expediente estuvo marcado por irregularidades. «Se perdieron pruebas, faltaron informes y todo fue manipulado», denunció el padre de la joven.

En este sentido, criticó que el juicio de cesura no dejó en evidencia las complicidades que rodearon la investigación. «Creí que esta instancia iba a demostrar el encubrimiento y no fue así», sostuvo.


Una justicia que llega tarde


El juicio de cesura en Cipolletti no fue solo una formalidad, sino el último paso de un proceso que dejó profundas heridas. «Para Otoño, la justicia es imposible», aseguró la abogada apoderada de familia Uriarte, Gabriela Prokopiw, una de las voces que acompañó el reclamo de la familia.

La condena a prisión perpetua de los cuatro acusados no borra los 18 años de lucha y espera. La familia Uriarte sigue exigiendo explicaciones sobre la demora del caso y el rol de las instituciones en el encubrimiento del crimen. «Falta bastante para que la comunidad entienda si realmente se hizo todo lo que debía hacerse», concluyó Roberto.


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