El obsoleto programa que se utilizó para la distribución de imágenes de abuso sexual infantil en la región
Lo explicó el responsable de Informática Forense del Poder Judicial de Río Negro, Gastón Semprini. Demorará entre tres semanas y un mes el análisis del material secuestrado. El desmanejo de la comunicación.
La banda que se ocupaba de la distribución de imágenes de abuso sexual infantil utilizaba un viejo programa informático de principios de siglo, diseñado para piratear música en plena crisis discográfica. El martes hubo allanamientos en 14 provincias con más de 20 detenidos. Desde ayer todo el material electrónico secuestrado entró en una fase de análisis informático.
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las investigaciones internacionales, la de Argentina, varios procesos en la región, se diferenció por el uso de un obsoleto programa de descarga. Se trata del recordado Emule que saltó a la popularidad en el año 2000 para enviar y recibir archivos en formato de música mp3.
Significó, a principios de siglo, un gran dolor de cabeza para las discográficas que resistían la muerte del compac disc. Primero fueron las radios, luego los Djs y, finalmente, el Emule (la traducción es una mula de carga) se coló en las viejas computadoras domiciliarias con Windows 98. Jóvenes y adolescentes lo utilizaban para descargar la música de moda que primero se bajaba a un CD y luego se almacenaba en los primeros Mp3 portátiles.
La meteodología que usan los ciberdelincuentes en la «Deep Web»
El mismo Emule que fue tan popular hace ya más de dos décadas fue el programa escogido por las más de 20 personas detenidas en el país que supuestamente distribuían, comercializaban o consumían imágenes de abuso sexual infantil. Ayer la fiscal del caso confirmó que el reconocido periodista roquense Emiliano Gatti está bajo investigación porque se corrobó el tráfico de unos 360 videos con contenido de abuso sexual infantil.
El Emule fue diseñado para el intercambio de archivos con sistema P2P. Fue creado, en principio, como alternativa al programa eDonkey pero en poco tiempo lo superó en funciones y adquirió popularidad porque era libre y gratuito. Aún hoy se puede descargar desde cualquier buscador de Internet.
La metodología sorprendió a los investigadores de la fiscalía de Buenos Aires que tomó la primera intervención hace cinco meses. Es que la mayoría de las bandas que se dedican a la distribución de imágenes de niños y niñas utilizan lo que se denomina la «Deep Web» que es la Internet profunda a la que se accede con un navegador especial. Es el lugar preferido de los ciberdelincuentes, aunque no fue lo que ocurrió en esta investigación.
La investigación demandará unas tres semanas
Gastón Semprini, responsable de Informática Forense del Poder Judicial de Río Negro, fue el único funcionario que aportó claridad al tema. En una entrevista con Río Negro explicó como las compañías proveedoras de Internet informan el número IP asignado a un usuario en un domicilio, en un determinado momento.
Es por ello que se necesita la orden de un juez o jueza de garantías para secuestrar material electrónico (computadoras, tables, celulares, pen drive). En otras palabras el reporte consiste en un alerta de imágenes infantiles con día, hora y domicilio.
Pero no se puede conocer, al menos hasta abrir los celulares o computadoras, desde qué dispositivo se produjo la descarga o el intercambio. Por ello ahora la investigación entró en una fase de análisis fino de todo el material secuestrado, lo que demandará unas tres semanas.
El desmanejo de la comunicación
El megaoperativo evidenció también un nuevo desmanejo con la comunicación oficial de la Procuración. Desde un tiempo a esta parte sobrevuela una orden (¿implícita?) para silenciar a los fiscales. Atrás quedó la etapa, luego de la reforma procesal, que los mantenía en la vidriera de la agenda pública.
Sin embargo en la actualidad directamente no hablan o lo hacen de modo discrecional como la fiscal Belen Calarco de Roca que hizo declaraciones en una radio neuquina. En esa entrevista optó por mostrarse impresionada por la cantidad y el contenido de las imágenes supuestamente secuestradas en el domicilio del periodista Emiliano Gatti, empleado de la estatal Televisión Rionegrina.
Más allá de la anecdótica sensación de la fiscal, lo cierto es que hubo un tratamiento diferenciado. En Bariloche, por ejemplo, la audiencia para pedir medidas cautelares contra el empleado del Invap fue pública.
En Roca, como suele pasar, las puertas de la publicidad se cerraron a pesar de que no se mencionó ninguna víctima específica. Es más la fiscal dijo en esa entrevista que no sabe ni siquiera quiénes son las víctimas ni que sucedió con ellas. Pero llamativamente decidió revelar detalles de la audiencia que el día anterior habían resuelto «cerrar».
En Cipolletti el tema fue pasando por distintos integrantes del área de comunicación de la Procuración sin respuestas concretas. Finalmente la jueza que autorizó los allanamientos aportó, al igual que Semprini, un poco de claridad ante tanta especulación pública. Hasta el momento no se pidió oficialmente la apertura de los elementos electrónicos secuestrados en una vivienda ubicada en la calle Esmeralda al 1.400.
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