El caso del femicidio de Agustina entra en la recta final: comienza el control de pruebas en Cipolletti

El miércoles inicia el control de acusación, instancia previa al juicio. Hay más de 150 testigos propuestos entre las partes.

Este miércoles comienza el control de acusación para definir el juicio por jurados en el femicidio de Agustina Fernández, en Cipolletti. El acusado Pablo Parra habló por primera vez la semana pasada y confía en que sus abogados van a poder defender su inocencia. La jueza, poco receptiva con su interpelación, extendió la prisión preventiva.

El control de acusación es la etapa intermedia del proceso penal y desde que concluye la Oficina Judicial tiene el plazo de dos meses para organizar el juicio. Está previsto para este 1 y 2 de noviembre, aunque la feria de enero le dará un poco de oxígeno a las encargadas de organizar un debate sin precedentes. El juicio quedará, indefectiblemente, para el año que viene.

El caso tiene varias particularidades ya que el femicidio causó una fuerte conmoción en la sociedad cipoleña que se identificó rápidamente con la víctima y su familia. Agustina Fernández tenía 20 años y había llegado a la ciudad en marzo de 2022 para estudiar medicina. Su familia le había alquilado un departamento en un complejo de la zona este de Cipolletti.

Ella vivía sola pero había generado un vínculo de amistad con Pablo Parra, un trabajador petrolero que casi la doblaba en edad. Como él vivía en el mismo complejo le empezó a ofrecer compañía y ayuda con intenciones de conquistarla. De hecho se supo que le había regalado un anillo de compromiso y que la había invitado a un viaje a la cordillera para el fin de semana largo siguiente.

La joven lo rechazó y el día del ataque estuvo con otro muchacho que había conocido en un bar. Para la fiscalía Parra entró en ira por ese encuentro. Ese mismo día, él la invitó a su departamento y la dejó sola con la excusa de buscar helado.

Siempre según la investigación de la fiscalía, el atacante regresó y entró por el paredón. Un pedazo de su ropa quedó en la concertina, al igual que las huellas de su pisada en el patio. Allí se produjo una discusión, ella intentó irse pero él le destruyó la mano de un portazo. Y la golpeó fuertemente en la cabeza. Después simuló un robo y volvió a escaparse por el mismo lugar.


Agustina agonizó con muerte cerebral hasta que en los días posteriores donaron sus órganos.
El caso generó un sinnúmero de especulaciones, con varios sospechosos y hasta un identikit que no arrojó resultados. Finalmente en diciembre del año pasado, el fiscal Martín Pezzetta consiguió la orden para allanar la casa de Pablo Parra y detenerlo.


En la audiencia de formulación de cargos se lo vio abatido y sin expresar ninguna palabra. Sus defensores mostraron la carta de la contaminación de la escena. Pero el fiscal jefe Santiago Márquez Gauna, rápido de reflejos, hizo gala de sus atributos de litigación y les respondió. La contaminación obedeció a que Agustina fue sometida a muchas maniobras médicas para salvar su vida. Por eso sus manos y su cuerpo tiene ADN de enfermeras, médicos y camilleros.


La jueza Agustina Bagniole dictó la preventiva de Parra en una elocuente resolución de la que no quedaron dudas de la fortaleza de la investigación fiscal. La semana pasada, Parra habló por primera vez ante la misma magistrada, pero no consiguió ningún beneficio. Seguirá detenido hasta que concluya el juicio por jurados.

El control de acusación y el segundo femicidio del juez Marcelo Gómez

En el control de acusación de este miércoles y jueves, las partes van a presentar todas las pruebas que pretenden exhibir ante el jurado popular. Participarán los abogados de la querella junto con Silvia Capello, la mamá de Agustina, los defensores de Pablo Parra, los fiscales Martín Pezzetta y Santiago Márquez Gauna y el juez de juicio Marcelo Gómez.

El Ministerio Público confirmó que serán 158 testigos entre las partes, la mayoría son de la fiscalía y la querella: 128.

Gómez tendrá la quirúrgica tarea de admitir o desestimar las pruebas que considere fundamentales para el juicio. Esta instancia parece una cuestión menor pero es fundamental para concretar un juicio ordenado que no se dilate demasiado en el tiempo. Sobre todo porque la atención del jurado popular no es la misma que la que tienen las personas acostumbradas a litigar.


Será el segundo juicio por jurados de Gómez. El magistrado fue el encargado de dirigir el juicio por el femicidio de Agustina Atencio en Catriel que terminó con la pena de perpetua para Ezequiel Rebolledo.

Ese caso también tuvo muchísima expectativa porque fue el primero de la circunscripción y el primero en la provincia que se juzgó bajo los protocolos sanitarios de la pandemia. Gómez supo sortear todos los obstáculos, aunque con algunos contratiempos. Por eso se espera que este segundo juicio encuentre al juez mucho más experto.


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