Declaró la mamá de Fernando Báez Sosa: «Ese día el mundo se detuvo para mí, no soy la misma»

Graciela Báez Sosa brindó su testimonio durante la apertura del juicio por el asesinato de su hijo en enero de 2020 en Villa Gesell. "Cómo puede un ser humano discriminar de esa manera”, se preguntó.

Comenzó esta tarde la ronda de declaraciones por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Los primeros en brindar sus versiones de los hechos fueron los padres del joven asesinado en enero de 2020, Graciela y Silvio.

Se espera que mientras dure el juicio pasarán más de 130 testigos por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.

Graciela Báez Sosa recordó la noche en que se enteró cuando mataron a su hijo: “Lo tiraron al piso y lo mataron, le reventaron la cabeza”, declaró totalmente quebrada por el llanto y ante la atenta mirada del Tribunal Oral 1 de Dolores.

También rememoró el fatídico día en que la llamaron para notificarle que algo había pasado con Fernando, quien había ido a Villa Gesell por segundo año consecutivo a vacacionar con sus amigos. Una mamá de un compañero de colegio de su hijo preguntándole: “¿Te enteraste lo qué pasó? Lo llevaron en una ambulancia”.

“Ese día el mundo se detuvo para mí, no soy la misma de antes, y mi hijo era un chico feliz, no tenía enemigos y siempre predispuesto a ayudar a la gente”, aseguró la mujer.

“Cuando entre en la morgue el cuerpo de Fer estaba todo destrozado, su cabeza destrozada, quise abrazarlo. No puedo creerlo hasta hoy y yo lo sigo esperando”, dijo la madre del joven. Asimismo agregó: “Estoy muerta en vida, nada tiene sentido para nosotros”.

Graciela comenzó su testimonio con el recuerdo de cuando llegó a Argentina en 1995 y conoció a su actual esposo, Silvino. En todo momento declaró muy quebrada. Incluso, preocupó a la presidenta del Tribunal, Claudia Castro, quien le preguntó si se sentía bien y necesitaba un receso para proseguir. 

“Éramos siempre los tres juntos, éramos inseparables, éramos una familia feliz, humilde que tratamos de inculcar los mejores valores a nuestro hijo”, comentó Graciela sobre Fernando, que había ingresado tras dar los exámenes a la carrera de abogacía. 

«Fernando murió»


Sobre la madrugada del 19 de enero de 2020 recordó que sonó el teléfono, ella atendió y primero una mamá de un compañero de su hijo la había puesto en alerta sobre que algo había pasado con él. A los pocos minutos Graciela levantó a su esposo, y le dijo que tenían que ir inmediatamente a Villa Gesell porque Fernando había tenido un accidente.

Pero “cinco minutos más tarde”, un comisario la llamó a Graciela, y ella le pasó el teléfono a su esposo. Cuando éste cortó, le dijo: “Fernando murió”. “No tuvieron piedad, era un ser humano, me duele tanto lo que le hicieron, le llamaban negro. Me quedé sin nada”, aseguró Graciela, quien cuestionó “cómo puede un ser humano discriminar de esa manera” al haberlo matado.

La querella había acusado por homicidio por odio racial lo que no prosperó en la acusación fiscal.

“Quiero justicia por mi hijo, somos huérfanos por siempre, Fernando está encerrado en un ataúd y no lo voy a recuperar nunca, quiero tener un poco de paz en mi corazón”, dijo en llanto. “Si tienen hijos cierren los ojos y pónganse en mi lugar”, le dirigió a los miembros del Tribunal. 

Más temprano, los magistrados rechazaron dos pedidos de nulidad realizados por la defensa de los ocho rugbiers imputados por el homicidio, al considerar que no se vulneró el debido proceso durante la detención de los acusados.

Fuente Noticias Argentinas


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