Crimen en Roca: lo consideraba como un hijo y lo habría asesinado el mismo Día del Padre en el barrio Alta Barda

Hoy le formularon cargos al único imputado del asesinato de Segundo Méndez ocurrido el fin de semana. También le dictaron la prisión preventiva por tres meses.

La audiencia se realizó este mediodía en el edificio de la Ciudad Judicial, en Roca. foto: Juan Thomes.

Segundo Méndez (65) murió a manos del joven al que consideraba como «su hijo», al que le había dado un techo en su propia casa y conocía desde hace por lo menos 40 años. Este mediodía le formularon cargos a Carlos Gabriel Quezada a quien el Ministerio Público Fiscal (MPF) considera como el autor material del crimen del vecino del barrio Alta Barda, quien fue asesinado el domingo tras un festejo del Día del Padre.

La audiencia se realizó este mediodía y estuvo a cargo del Juez de Garantías, Julio Martínez Vivot. Fue la fiscal adjunta, Daniela Espinoza Sagredo, quien comenzó a relatar los hechos ocurridos cerca de las 19 del domingo en la vivienda ubicada en calle Las Petunias 5665, propiedad de la víctima. Y donde el acusado residió por al menos cuatro años.

En forma clara y sin dejar dudas, la fiscal relató que Quezada se encontraba en la casa junto a su sobrino y fue en ese momento que Méndez llegó con su hijo y comenzaron a tener una charla y donde supuestamente se consumieron bebidas alcohólicas.

En un momento de la tarde, se generó un altercado entre Méndez y el imputado que terminó en una pelea de puños en medio del comedor. Las dos personas ajenas a la pelea intercedieron y fue allí que Lucas Méndez lo sacó a su papá del interior de la casa para llevarlo a la vereda.

Pero Quezada salió de la vivienda, saltó un cerco y lo atacó con un cuchillo en la zona abdominal para luego darse a la fuga. «“El resultado de la autopsia practicada por el Cuerpo de Investigación Forense indicó que tras el ataque Méndez sufrió una lesión arterial que generó una hemorragia interna”, dijo la fiscal.

El juez Julio Martínez Vivot pidió a los periodistas no moverse en la sala por la «distracción» que se genera. Tampoco se permitió la salida de los fotógrafos y camarógrafos durante la audiencia.

Entre el sustento probatorio, la funcionaria relató que se encuentran las actas de procedimiento pero también habló sobre el testimonio que brindaron los familiares de la víctima sobre las circunstancias del hecho. Y puntualizaron que Méndez lo había cridado «como un hijo» a Vázquez durante casi toda su vida. «Por una cuestión de amistad le cedió la casa para vivir», dijo uno de los familiares.

A su turno, el fiscal Gastón Britos Rubiolo solicitó que se le formulen cargos por homicidio simple, según los artículos 45 y 79 del Código Penal, un delito que tiene una pena que va desde los 8 a los 25 años de prisión.


En defensa propia


Esta misma mañana, Miguel Ángel Ceballos fue designado como abogado defensor de Quezada quien el domingo se entregó en la sede de la Comisaría 47 de J.J. Gómez. Para el abogado fue un claro caso de exceso en la legítima defensa entendiendo que la víctima habría agredido a su cliente. «Además (a Méndez) se lo conocía en el barrio por sus conocimientos de artes marciales y por un nunchaku que tenía en su poder», dijo el letrado.

La pregunta del juez no se hizo esperar y pidió precisiones sobre el arma de defensa oriental que tiene dos elementos de madera en cada extremo que están unidos por una cadena. Durante todo el resto de la audiencia el magistrado lo identificó como un «jachu».

Además, para el defensor uno de los testigos directos no logró observar el arma que supuestamente habría sido utilizada para el ataque intentando echar por tierra la hipótesis de los dos fiscales.

A la hora de definir la formulación de cargos, Martinez Vivot dijo que había argumentos de la fiscalía para sostener la acusación. «No veo una legítima defensa, si hubiera tenido un jachu no lo hubiera asesinado», dijo el magistrado al analizar el rechazo al pedido del defensor.

De esta manera dio por formulados los cargos y también hizo lugar al pedido de prisión preventiva por tres meses hasta tanto se lleve adelante la investigación del legajo y la causa sea elevada a juicio.

Entre los argumentos esgrimidos, y a pesar del cuestionamiento de la defensa, el Fiscal Britos Rubiolo defendió la prisión preventiva al entender que en las inmediaciones donde vive Quezada también reside el hijo de la víctima y principal testigo del ataque.

«Conoce a los vecinos, aún no hemos dado con el arma homicida, necesitamos ese tiempo para continuar con la investigación y que los posibles testigos puedan declarar sin la presión que podría ocasionar la libertad del hoy imputado”, argumentó el representante del MPF.


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