Crimen del taller: el policía dijo que mató instigado por el primo de la víctima
Comenzó el juicio por el asesinato de Diego Escobar, en el que está imputado el oficial Nicolás López. Declararon todos los testigos que estaban en el taller de la calle 12 de Septiembre de Neuquén.
«Me hago cargo de lo que he producido, fue una broma que salió mal. Una broma impulsada por Lucas, mi amigo Lucas Escobar». Esa fue la explicación que trató de brindar el oficial de la policía de Neuquén Nicolás Leopoldo López (28), acusado del homicidio de Diego Escobar (29) en un taller ubicado en 12 de Septiembre 885 de la capital provincial.
López declaró en la primera audiencia del juicio oral, y culpó a Lucas, su amigo de la adolescencia, de haberlo instigado a «hacerle una broma» a la víctima.
Lucas es primo del asesinado, tiene retraso madurativo y fue uno de los testigos presenciales del hecho. Ante preguntas de la fiscal Silvia Moreira, del querellante Marcelo Hertzriken Velasco y del defensor Nahuel Urra, negó la presunta broma. «No fue gracioso, en ningún momento me puse de acuerdo con él», afirmó.
También lo negó Carlos Andrés Escobar, hermano de Lucas, primo de Diego y otro testigo del crimen. Además Carlos es un sobreviviente: antes de matar a la víctima, el policía López le apoyó su arma reglamentaria en el pecho, dijo «a estos negros de mierda hay que matarlos a todos» y gatilló tres veces, pero no salió ninguna bala.
El hecho, paso a paso
El hecho ocurrió el jueves 9 de marzo del 2023 a las 15:20. Según se pudo reconstruir en base a los testimonios, el policía López salió al mediodía de la comisaría 41 donde trabajaba y le hizo una videollamada a Lucas Escobar, su amigo. Quedaron en encontrarse en el taller Pura Raza, de 12 de Septiembre 885, donde Lucas era chapista y pintor.
Allí estaban también Cristian Gatica, Carlos Escobar y Diego Escobar, quien había empezado a trabajar dos días antes.
En el momento en que arribó el policía, uniformado, Carlos estaba saliendo a comprar una gaseosa. Fue en esa ocasión que López «me apunta al pecho, me apoya el arma, siento que él gatilló tres veces, y le digo ‘¿qué hacés?, con eso no se juega'», relató Carlos.
En el fondo del taller
El policía siguió hasta el fondo del taller donde se encontraba Diego, repitió el movimiento, pero esta vez la bala salió e impactó en el pecho de la víctima, quien murió en pocos minutos.
La versión del imputado es que cuando llegó al taller, «Lucas me dice que le hagamos una broma a Carlos, me hizo señas que sacara el arma».
«Carlos venía saliendo del taller, yo le apunto a la zona del pecho y gatillo. En ese entonces nos empezamos a reír con Lucas, y Carlos me refiere ‘dejen de hacer esas bromas, no se hacen'», relató el policía en voz baja y sin levantar la vista. A pocos metros, en la reducida sala 11 de la Ciudad Judicial, lo escuchaban familiares directos de la víctima.
«Nos cagamos de risa con Lucas, nos quedamos hablando de la vida, de las salidas, lo que hacíamos antes, y de la nada me dice ‘ahí está el Mono, el Diego, mi primo, vení, vamos a hacerle la broma’. Yo lo seguí», añadió López.
La versión de Lucas es distinta: declaró que fue López quien le preguntó «¿está el Gordo?», en alusión a Diego.
Volviendo al relato del policía dijo que «fuimos al fondo (del taller), estaba re oscuro, saco nuevamente el arma, acciono sobre Diego y ocurre lo que jamás tendría que haber pasado. Fue una broma que quizá no tendría que haberla hecho».
López aseguró que «previamente, cuando le hice la broma a Carlos, había guardado el cargador en el bolsillo».
Aunque el tribunal está integrado por dos juezas, Carina Álvarez y Estefanía Sauli, y un magistrado, Luis Giorgetti, el policía se dirigió al varón: «Juez, quiero que quede algo en claro: yo jamás quise matar, no fui preparado. Siento que no estuve preparado para portar un arma. En ningún momento en mi cabeza se me ocurrió matar a alguien, jamás lo planée, no fue mi intención en ese momento matar a alguien, fue una broma y me hago cargo de lo que he producido, fue una broma impulsada por Lucas. Y Lucas es Lucas, mi amigo Lucas Escobar».
Falta de capacitación
El imputado trató de refugiarse en otra excusa: la escasa capacitación que recibió en el manejo de armas.
En realidad, es un problema común a todos las y los policías de Neuquén, sin embargo, no todos andan apoyando el arma en el pecho de sus amigos y gatillando.
El argumento es un búmeran que se vuelve contra quien lo arroja: si López no sabía usar su pistola, más razones tenía para manejarla con cuidado y no bromear con ella.
La calificación legal
Para la fiscalía y la querella, López debe responder como autor de homicidio cometido con dolo eventual (quien se debe representar que si gatilla un arma puede cometer un asesinato), mientras que la querella impulsa la hipótesis del homicidio culposo (el que mata por negligencia, imprudencia o impericia). Tiene una pena sensiblemente inferior.
Pese a que López cometió el crimen uniformado y con su arma reglamentaria, no se le aplicará el agravante de abuso de la función policial. En ese caso, de hallarlo culpable, le hubiera correspondido prisión perpetua.
El juicio se extenderá hasta el jueves o viernes.
"Me hago cargo de lo que he producido, fue una broma que salió mal. Una broma impulsada por Lucas, mi amigo Lucas Escobar". Esa fue la explicación que trató de brindar el oficial de la policía de Neuquén Nicolás Leopoldo López (28), acusado del homicidio de Diego Escobar (29) en un taller ubicado en 12 de Septiembre 885 de la capital provincial.
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