Crimen del «Ruso» Auer en Neuquén: habló Livello y se aguarda el veredicto
La fiscalía pidió al jurado popular que declaren responsables a los cuatro imputados. La defensa de Sosa (presunto autor del disparo) y Livello (acusado de organizador) solicitó la absolución.
Miguel Franco Livello (58), el amigo de Miguel Ángel «Ruso» Auer (58), admitió que las antenas de telefonía celular pudieron ubicarlo en el lugar del hecho «porque circulo con frecuencia por allí». También reconoció que horas después del homicidio viajó «por negocios» a Viedma con Jorge Marcelo Sosa (52), sindicado como autor del disparo: «no sé si fue él o no; él sabrá», dijo. También confesó que trató de pagarle el abogado y que lo visitó en la comisaría, adonde le llevó «un pollo con papas». Y por último admitió que conoce a otro de los imputados, Jorge Falconi (52). Con el único que negó vínculos fue con Gabriel Castro (62).
La declaración de Livello se produjo a primera hora de la mañana de este viernes, justo antes de que el fiscal jefe de Homicidios, Agustín García, dijera en su alegato que «este crimen fue planificado. Acá no hubo casualidades, ni coincidencias, ni cuestiones azarosas».
Ricardo Mendaña, defensor de Livello y Sosa, afirmó en cambio que la historia de la fiscalía «tiene ingredientes que son fruto de la imaginación, la especulación». En otro tramo dijo que es «ficción», y que hizo aseveraciones «temerarias».
El abogado inició su alegato con una antigua y bella metáfora: «la verdad es una chispa que brota del cruce de dos espadas». Y lo suyo con la fiscalía fue lo más parecido a un espadeo que se pueda imaginar.
A los alegatos de este viernes le seguirá la deliberación del jurado, y se espera que el veredicto se conozca esta misma tarde/noche.
La declaración de Livello
La jornada se abrió con la declaración de Livello, quien habló con mucha angustia y por momentos lloró. También lo hicieron algunos de sus familiares que lo escuchaban en una colmada sala de la Ciudad Judicial.
Se refirió a su trayectoria como pequeño empresario, a la construcción de más de 40 casas (en el juicio se mencionó una vivienda del exjuez Oscar Massei y del complejo Mood) y dijo que su situación económica era «buena, cómoda». Según la fiscalía, la AFIP le pidió la quiebra.
«No tiene sentido la acusación, no lo puedo creer. Auer era mi amigo. Nunca tuve deudas con él», afirmó.
La fiscalía lo acusa de aportar información crucial para cometer el hecho, por ejemplo, era el que sabía que Auer portaba todo el tiempo un arma de fuego en su oficina de 9 de Julio 43. «Nunca me dijo que tenía un arma, yo había escuchado el rumor pero no lo creía», intentó desmentirlo Livello.
Sobre su relación con Sosa, admitió viajes juntos a Viedma y Las Grutas -salieron a la luz por la geolocalización de sus teléfonos-, reconoció que le compró un teléfono nuevo «porque el anterior lo perdió». También admitió que buscó pagarle a sus abogados y que lo visitó en la comisaría cuando cayó preso.
El alegato de la fiscalía
El alegato del fiscal García duró dos horas, y empezó con una recomendación al jurado: «como les dije el primer día, esto estuvo planificado. No hay coincidencias, cuestiones azarosas o casualidades».
Presentó en forma global todas las pruebas exhibidas en ocho audiencias de juicio: el video del homicidio, los cruces de teléfono, la geolocalización. Le pidió que no las segmenten, como pretenden los imputados.
Señaló que hasta los peritos aportados por la defensa tuvieron que admitir que la investigación oficial era válida, y desmenuzó cada uno de los errores que cometieron de la otra parte.
Afirmó que los imputados «querían matar a Auer. Las cosas no salieron como lo habían planificado, pero querían robarle y matarlo, porque los iba a reconocer».
El alegato de la defensa
El alegato de Mendaña, que duró una hora y media, terminó con una advertencia al jurado: «la historia del proceso penal es la historia de los errores. No cometan un error».
Al comienzo, encuadró «nuestro trabajo como defensores» en «ver las debilidades de la tesis fiscal». En ese contexto machacó con que algunos tramos de la acusación, los que más comprometen a los imputados, son producto de «la imaginación» o son «ficción».
El abogado dijo que si Auer no se hubiera agachado y amagado con tomar el arma que llevaba en la cintura, no le hubieran disparado. «Es un dato, una contribución a que el hecho terminara como terminó. Si no lo hubiera hecho, le habrían robado y nada más», dijo. La sala se llenó de murmullos, ahora del sector de los familiares y allegados a la víctima.
Las murmuraciones retornaron cuando el defensor se refirió a la causa de la muerte. «No se puede negar que sin el disparo y sin la atención médica posterior, Auer se moría en el lugar. Pero la causa fue un shock séptico. La secuencia fue: herida grave, internación, prácticas médicas, desarrollo de un proceso séptico, muerte. Se podía haber salvado, era un hombre fuerte, era guardavidas. Hay que tomarlo como un indicio de menor reprochabilidad».
En cuanto al video en el que aparece una persona que según varias peritos es Sosa, lo relativizó. «Estos días estuve mirando televisión, aparece muy seguido el ministro Massa, y yo creo que si le ponen los mismos anteojos que usa la persona del video, se parecen», dijo. «Ustedes necesitan certeza, y no la hay», le remarcó al jurado.
En cuanto a Livello, subrayó que «no hay videos ni testigos» que lo ubiquen en la escena del crimen. También puso en duda que la camioneta que aparece en varias filmaciones sea la del ex empresario.
Habló sobre la personalidad del detenido, y enfatizó: «somos lo que muestra nuestra historia. ¿Por qué se iba a embarcar en una aventura trágica como esta?
Tras el almuerzo se desarrollaban los alegatos de Elio García, por Castro, y Eves Tejeda, defensor de Falconi.
Luego el juez Cristian Piana impartirá las instrucciones al jurado, que pasará a deliberar. Se espera el veredicto para la noche de este viernes.
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