Femicidio de Karen Ibarra: condenaron a su expareja por el crimen ocurrido en Neuquén

El acusado asumió hoy la responsabilidad por el asesinato de su expareja y la agresión a su hijo más grande. La pena se le impondrá en una próxima audiencia. Por el tipo de delito la única posible es la prisión perpetua.

Orellana junto al defensor público, Raúl Caferra. Foto Florencia Salto.

¿Admite la responsabilidad por los hechos que fueron descriptos por la fiscalía?, preguntó el juez de Garantías Luis Giorgetti.

Sí admito la responsabilidad, respondió Walter Orellana, al micrófono.

Llegó a la sala 14 de la Ciudad Judicial de Neuquén esposado, con un buzo de capucha y cierre. El 11 de noviembre de 2022 tenía el pecho desnudo cuando tomó un tenedor, lastimó en el tórax izquierdo a Karen Ibarra, su expareja, y le provocó una lesión pulmonar. Ella se escapó por la ventana de la casa, en la zona de Parque Industrial. Eran las 16. Él la persiguió unos 20 metros. La joven de 31 años se resbaló y cayó en un zanjón. La golpeó con sus puños en la cara. Perdió la consciencia. Orellana volvió a su casa, se puso una remera, y regresó al lugar con una llave francesa y un martillo para seguir atacándola. El daño cerebral que le produjo fue muy grave. Desde entonces estuvo internada en estado vegetativo. Murió el 28 de abril.

Orellana renunció hoy al derecho a juicio y aceptó la culpabilidad. Ya había anticipado su voluntad, pero la fiscalía debía tener la conformidad de la familia de la víctima antes de avalarlo.

En una próxima audiencia un tribunal deberá establecer la pena que le corresponde. Por el tipo de delito la única posible es la prisión perpetua.

Este caso, al que el fiscal jefe, Agustín García, calificó como de «violencia extrema» involucró además al más grande de los cuatro hijos de la pareja, que intercedió para defender a su mamá del ataque femicida. Orellana lo golpeó y fue acusado por las lesiones leves.

García relató que el niño, de 11 años, afirmó en su declaración en cámara gesell que no se llevaba bien con el papá porque Orellana «odiaba a su mamá». Se culpabilizó por no haber podido frenarlo. El fiscal también remarcó el contexto de violencia de género crónico que vivió la joven, ya que recibía agresiones desde su primer embarazo.

Giorgetti le explicó al imputado el significado de la decisión que iba a tomar si aceptaba la responsabilidad, y señaló que lo condenaba no sólo por la confesión, sino que había abundante prueba en su contra. Tanto por lo que su hijo vio y vivió, como por los vecinos y vecinas que registraron distintos tramos del ataque.

El imputado se encuentra con prisión preventiva.

Karen es una de las cinco víctimas de femicidio en lo que va de 2023 en la provincia, junto a Norma Morales y Luz de los Milagros Prieto, Cristina González y Carolina Epullán.


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