Cómo fue el robo de los 25 millones en una distribuidora de Cipolletti: buscan a los dos asaltantes que escaparon
Fueron sesenta minutos de pura adrenalina y peligro por calles de Cipolletti y de Fernández Oro. Dos policías en un patrullero encabezaron la persecución de los cuatro delincuentes que les dispararon varias veces. Uno de los detenidos es un conocido barrabrava del Club Cipolletti.
La persecución policial finalizó en Fernández Oro con dos de los asaltantes detenidos el viernes último. (foto gentileza)
Faltaban diez minutos para el mediodía del viernes, cuando una Renault Duster estacionó a pocos metros del ingreso a una distribuidora de cigarrillos de Cipolletti. Tres hombres descendieron apurados. El conductor no bajó. Tampoco apagó el motor del vehículo. El portón estaba cerrado, porque el comercio no se dedica a la venta minorista. Segundos después, una explosión sorprendió al propietario que estaba en el interior del local. Cuando quiso reaccionar, los tres asaltantes habían entrado y uno de ellos le exhibió un arma de fuego, gris. Después, vino lo peor.
Fueron sesenta minutos a pura adrenalina y peligro. Los cuatro delincuentes robaron alrededor de 25 millones de pesos, escaparon a los tiros para huir de los policías que los perseguían en patrulleros por calles de Cipolletti hasta Fernández Oro. Allí, detuvieron a Gonzalo David Miguelez y Diego Fermín Solorza y además recuperaron el dinero. Y lo increíble es que no hubo lesionados a pesar de que se dispararon decenas de tiros en un horario de intenso movimiento vehicular y de personas.
Miguelez y Solorza tienen abundantes antecedentes penales. Además, a Miguelez se lo conoce por su violento protagonismo como uno de los cabecillas de Los Innombrables, una facción de la barra brava del Club Cipolletti.
Pero dos asaltantes huyeron. La fiscalía y la Brigada de Investigaciones trabajan para tratar de identificarlos. Por eso, siguen tomando declaraciones, revisan cámaras de seguridad y este martes peritos de Criminalística inspeccionaron los autos secuestrados en busca de rastros genéticos para tratar de identificarlos, informaron fuentes judiciales.
La fiscal Alejandra Altamira y la fiscal adjunta Yésica Montenegro relataron el sábado en la audiencia de formulación de cargos contra Miguelez y Solorza el raid delictivo que se extendió durante alrededor de una hora por Cipolletti y Fernández Oro.
Cómo ocurrio el asalto, según la fiscalía
Contaron ante la jueza Amorina Sánchez Merlo, que los delincuentes cuando accedieron a la distribuidora, golpearon al propietario del comercio, le ataron las manos y los pies con precintos y lo arrojaron al piso, mientras le exigían el dinero. También, reclamaban el DVR, que guarda el contenido de las cámaras de seguridad. Uno de los delincuentes le piso con un pie la cabeza para que no levantara la vista.
En minutos registraron el local y hallaron dos cajas de cartón. ¡Acá esta la plata vamos vamos!”, exclamó uno de los asaltantes. Había unos 25 millones de pesos que el propietario tenía listo para ir a depositar al banco, que bajaba la persiana a las 13.
Los delincuentes tomaron las cajas, un bolso con cigarrillos y papelillos para armar cigarrillos. También arrancaron el DVR y salieron del comercio. Subieron a la Duster y huyeron.
Pero el dueño había logrado soltarse y alcanzó a tomarle una foto con su celular a la patente de la Duster antes de que se fuera. Y avisó al 911 de la Policía y envió la foto. Con esa información, el 911 dio la voz de alarma.
Un sargento y una mujer policía, que recorrían en un patrullero en barrio Los Tordos, escucharon el alerta y cruzaron a la Duster, cuando se desplazaba por la avenida Circunvalación. De inmediato, encendieron la sirena y salieron en su persecución. Cuando los delincuentes advirtieron que los seguían dispararon contra el móvil policial.
El sargento que conducía el patrullero siguió tras los asaltantes, mientras indicaba los movimientos de la persecución cinematográfica, en un horario de intenso movimiento de automotores y personas en Cipolletti.
La Duster avanzó a toda velocidad por la calle Maestro Juan Espinosa, en dirección a Fernández Oro. Los disparos contra el patrullero continuaban. Uno de los proyectiles destruyó el parabrisas. Los policías respondieron.
Cuando entraron a la vecina localidad, se internaron en la calle Mitre y después entraron en un lote, donde hay una vivienda en construcción, con un portón de chapa.
El sargento y su compañera llegaron hasta esa dirección. Dos de los asaltantes salieron del predio y trataron de subir a un Toyota Corolla, pero no pudieron porque los policías los tenían en la mira. Optaron por huir corriendo. Son los que investigadores tratan de identificarlos.
Miguelez salió corriendo en otra dirección. Policías que habían llegado al sector lo atraparon en Mitre al 400. Estaba desarmado. Todavía tenía pegamento en la yema de sus dedos que se había colocado para no dejar rastros de sus huellas digitales.
Uno de los delincuentes abrió fuego sin dudarlo
En cambio, Solorza salió a enfrentar al sargento y su compañera. Abrió fuego contra ellos y los policías dispararon. En las inmediaciones, las maestras se disponían a retirar a los chicos de un jardín de infantes y en otro punto funciona un secundario técnico.
Solorza se quedó sin balas. Pero no se quiso entregar y salió corriendo. Los policías salieron en su persecución. A pocas cuadras, el delincuente irrumpió por la ventana en el interior de una vivienda, ubicada en la calle Primeros Pobladores al 600 de Fernández Oro.
Ordenó a los moradores que se queden todos quietos. Que se callaran la boca. Un grupo de poliçías llegó hasta ese domicilio y lo rodeó. Minutos después, entraron y lo detuvieron a Solorza que tenía dos armas de fugo en su poder.
Con la orden judicial, los policías entraron al predio de la calle Saavedra y requisaron la Duster y el lote. La camioneta tenía impactos de bala, indicó la fiscalía. También, el patrullero que los persiguió quedó con siete balazos en el chasis.
En el interior de la Duster hallaron las dos cajas con el dinero, un arma de fuego calibre 9 milímetros, con cargador con 27 cartuchos. También equipos de radio HP con la frecuencia de la Policía rionegrina e inhibidores de alarma de autos.
Hallaron una camioneta Toyota Hilux, y otros dos autos. Todos con pedido de secuestro de la justicia neuquina y de otra jurisdicción. Lo increíble que todo finalizó sin ningún lesionado.
Las evidencias de la fiscalía para sostener los cargos
La fiscalía fundó los cargos contra los imputados con la denuncia del comerciante asaltado, las declaraciones de testigos de la perseecución policial, informes preliminares de Criminalística, del análisis de las cámaras de seguridad, entre otras evidencias.
Las funcionarias del Ministerio Público Fiscal los acusaron a Miguelez y Solorza como coautores de un robo doblemente agravado por ser cometido en poblado y en banda, y por el uso de arma de fuego. A Solorza lo acusaron además por la portación ilegal de arma de fuego de guerra.
El defensor Marcelo Caraballo, que asistió a Solorza, y su par Iván Chelia, que defendió a Miguelez, no se opusieron a los cargos formulados por la fiscalía, ni a la calificación legal.
La jueza habilitó la investigación del caso por cuatro meses y les impuso la prisión preventiva a los dos imputados por ese período.
Altamira y Montenegro mencionaron que Solorza tenía una libertad asistida en Neuquén y Miguelez estaba con prisión preventiva domiciliaria por disposición de un juzgado penal de Pergamino, provincia de Buenos Aires, por un hecho delictivo cometido en esa jurisdicción. Debía cumplir el arresto en un domicilio de la calle Venezuela de Cipolletti, sin monitoreo de tobillera o pulsera electrónica. Solo debía comparecer cada 15 días en la unidad policial más cercana. Ahora, volvió a quedar tras las rejas en un penal rionegrino. También, Solorza.
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