Comenzó la lectura de la acusación a los narcopolicias
Se trata de los cuatro agentes de la fuerza de Neuquén que, junto a otras 18 personas están sindicados como miembros de una organización dedicada a la venta de drogas. La próxima audiencia será el 27 de septiembre.
Según se desprende de la investigación, la actividad se realizaba al menos, entre el 24 de junio de 2019 y el 3 de diciembre de 2020.
Los cuatro policías acusados de integrar junto a otras 18 personas, una banda de narcotraficantes, estuvieron ayer en la audiencia que se realizó en el Tribunal Oral Federal de Neuquén, donde escucharon un pormenorizado detalles de los hechos que se le imputan, en una de las tres causas que les iniciaron.
El próximo 27 de septiembre, se retomará la lectura de las acusaciones en el TOF.
Están acusados de formar parte de una organización ilícita que se dedicaba fundamentalmente a la comercialización y distribución de estupefacientes, principalmente clorhidrato de cocaína. Según la acusación de la fiscalia está banda funcionó en la ciudad de Neuquén “al menos entre el 24 de junio de 2019 y el 3 de diciembre de 2020”.
Los acusados policias son el comisario Miguel Ángel Muñoz, el jefe de la comisaría 18, Christian Damián Navarro, el oficial principal Pablo Ángel García Saldías y el sargento Gustavo Samuel Ortega.
La banda estaba integrada además por el expolicía Omar Andrés Asef, al que indican como el líder de la organizacion, Braian Aarón Catalán, Yamil Andrés Asef, Mariano Alejandro Carrizo y Juan Ignacio De Gennaro.
Pero fuentes judiciales confirmaron a este medio, que en la actualidad son 18 las personas imputadas.
Según se desprende de la investigación que realizó en su momento, la Fiscalia Federal 2 de Neuquén y la Procuraduría de Narcocriminalidad, a cargo de Miguel Palazzani y Diego Iglesias y el titular del Juzgado Federal 2, Gustavo Villanueva, la organización funcionaba a través de puntos de venta de drogas ubicados en su gran mayoría en la zona sur de la ciudad de Neuquén. Pero se presume que podrían haber ampliado sus actividades hacia otras localidades de la región.
Los civiles y policía cumplían funciones de dar aviso y prevenir a los demás miembros de la banda sobre las investigaciones que se estaban realizando. Además suministraban drogas y armas de fuego, secuestradas en otros procedimientos y hasta organizaban allanamientos a puestos de venta de otras organizaciones, con intenciones de no tener competencia en la zona.
La acusación que pesa sobre los integrantes de está organización es por tráfico de estupefacientes, en modalidad tenencia con fines de comercio y comercialización, agravado por haber sido cometido por más de tres personas organizadas y con la intervención de funcionarios públicos encargados de su prevención y persecución y tenencia de armas de fuego sin autorización.
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