Colapso judicial en Neuquén: en febrero se «cayó» el 83% de los juicios
Crece el malestar, sobre todo en la Primera Circunscripción con cabecera en la ciudad capital. Audiencias programadas con meses de antelación se suspenden a último momento, y personas detenidas demoran en ser llevadas a juicio.
Las reuniones, intercambios de correos electrónicos, informes y protocolos no logran solucionar el problema más grave que atraviesa el sistema penal de Neuquén: la suspensión de audiencias programadas, con el consiguiente despilfarro de recursos humanos y materiales, y el perjuicio para imputados y víctimas.
El complejo panorama, sobre el que viene informando Río Negro, tuvo una pleamar tras la reanudación de la feria de enero. En febrero, de 12 juicios programados solamente se realizaron 2. Es decir que el 83% se «cayeron» por diversas razones, pese a que estaban programados algunos desde mediados del 2022.
Para espesar el caldo que se cuece en la Ciudad Judicial, el Tribunal Superior de Justicia decidió que todos los juicios sean presenciales. Las y los jueces podrán participar por vía remota solamente en casos excepcionales, facultados por la Dirección de Asistencia a Impugnación y Coordinación General y cuando se trate de «juicios de baja complejidad y/o dificultad».
Esta medida generó dos resquemores. Uno: a jueces y juezas no les gusta que la autorización dependa de un organismo administrativo (la Dirección de Asistencia lo es). Y dos: ¿está un organismo administrativo en condiciones de decidir qué caso es de baja complejidad?
El ejemplo de Fuentealba II
Para ponerlo en un ejemplo concreto: el juicio contra ocho jefes policiales por encubrimiento y abuso de autoridad conocido como Fuentealba II, ¿es un caso de baja complejidad?. Por la calificación legal, a simple vista alguien diría que sí; por la pluralidad de imputados, de testigos, querellantes y defensores, así como por su impacto en la sociedad, muchos dirían que no.
Por eso los tres jueces integrantes del Tribunal asistieron, al menos la primera semana, de manera presencial. Pero el viernes uno de ellos, Diego Chavarría Ruiz, anunció que a partir de este lunes seguirá las audiencias de manera virtual desde Zapala, y retornará a Neuquén para los alegatos. Ninguna de las partes se opuso. ¿Es un caso complejo o no?
Pautas objetivas
Para que las cosas queden en claro, el Colegio de Jueces del Interior propuso pautas objetivas para definir cuándo un caso es de baja complejidad, con cuánta anticipación un juez o jueza debe comunicar que pretende participar de manera virtual, cuáles son las razones que puede argumentar, entre otros estándares. El Colegio de Jueces de la capital lo está analizando para decidir si se acopla.
Armando el tetris
Volvamos a los juicios suspendidos. La agenda la maneja la citada Dirección de Asistencia a Impugnación y Coordinación General, que ya tiene programadas audiencias hasta noviembre. Cualquier corrimiento de fechas le desarma el tetris y no es sencillo que las piezas vuelvan a encajar.
En febrero, la fiscalía de Homicidios pidió a la Dirección que le agende de manera perentoria dos juicios por una cuestión de vencimiento de plazos de prisión preventiva.
La titular de la Dirección, Gabriela Villalobos, contestó con un agrio correo electrónico dirigido al fiscal general José Gerez, en el cual le informó con tono de reproche que «en varios legajos con juicios agendados se ha frustrado la realización de los mismos, con la consecuente imposibilidad de utilizar los recursos para la asignación de otras jornadas de debate».
A último momento
En el prolijo informe que elaboró Villalobos figuran los 12 juicios programados para febrero del 2023, algunos anunciados desde marzo del 2022, de los cuales 10 de suspendieron, incluso el mismo día que debían realizarse. Salvo en un caso (el imputado no se presentó), los otros nueve se «cayeron» por responsabilidad del Ministerio Público Fiscal.
«Acuerdos», «posible salida alternativa», «prescripción», «acumulación con otros legajos», fueron algunas de las causas de las suspensiones. En el mejor de los casos, la fiscalía avisó con 18 días hábiles de anticipación; en el peor, el mismo día del juicio.
Villalobos le informó a Gerez sobre los juicios programados hasta abril, y le pidió que le avise si la fiscalía los va a realizar o no.
Como también viene informando este medio, hay un debate respecto de si este colapso se debe a que faltan jueces o falla la organización. Es difícil marcar dónde está el busilis del asunto.
Lo que no debe perderse de vista es el despilfarro. Un juez o jueza al que le suspenden la audiencia cobra el día sin trabajar. Y si ese juez o jueza viajó desde otra ciudad para un juicio que se frustró, además percibe viáticos.
El Consejo de la Magistratura
Respecto del primer punto, poco ayuda el desorden institucional que dejó desarmado al Consejo de la Magistratura, y el receso institucional de la Legislatura donde hay cuatro pliegues de magistrados y funcionarios que esperan acuerdo para asumir.
El Consejo tiene tres miembros en funciones (Gustavo Mazieres, Andrea Paz, Eduardo Sepúlveda) y recién esta semana es posible que asuman los cuatro representantes de la Legislatura, con todos los plazos legales vencidos.
En tanto el Colegio de Jueces de Neuquén capital tiene 9 integrantes, la misma cantidad que el del Interior. Hay un pedido de la Oficina Judicial de la Primera Circunscripción para que se creen 3 cargos más, que está a estudio del Tribunal Superior de Justicia.
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