Buscan al hombre que recibió domiciliaria por las condiciones indignas de la celda en Neuquén
La crisis carcelaria escribió un nuevo capítulo. Ahora dictaron la captura de un acusado de robo que había recibido una morigeración en las condiciones de detención.
Operativo policial complicó el tránsito y alteró un barrio del oeste de Neuquén
«No vengo a discutir los riesgos procesales», entre ellos el de fuga, había dicho el defensor público José Maitini, sino «las condiciones indignas de detención. Sobre eso tiene que resolver». Fue el jueves, en una audiencia en la cual el juez Gustavo Ravizzoli le concedió la prisión domiciliaria a un hombre que estaba encerrado en una celda de 10 metros cuadrados con otras tres personas, en la comisaría 44 de Neuquén.
Este domingo se supo que el hombre ya no está en la vivienda de su madre, donde debía cumplir la detención, por lo que se pidió su captura.
Se trata de Alejandro Ariel Abeiro, acusado de robo, y en libertad condicional por una condena anterior por encubrimiento. Al parecer no tenía tobillera electrónica y los rondines policiales, si los hubo, no fueron eficaces para evitar que abandone el domicilio.
Lo que sí está confirmado es que las condiciones indignas de la celda no han variado. Ese fue el motivo por el cual le dieron prisión domiciliaria.
Riesgo de fuga versus condiciones de detención
La fiscalía había pedido que le prorroguen la prisión preventiva, y uno de sus argumentos fue el riesgo de fuga.
Como informó diario RÍO NEGRO, el defensor público Maitini contraargumentó que «no discutimos los riesgos procesales, sino las condiciones dignas de detención».
El juez Ravizzoli coincidió con el defensor. Además remarcó que «nuestro Código Procesal dice en su artículo 16 que está prohibido alojar a personas privadas de libertad en lugares no habilitados, o en sitios que no reúnan las mínimas condiciones de salubridad o más allá del cupo autorizado», y «hace responsable al juez que la autorice o consienta».
El ciclo infinito
Sobre Abeiro pesa ahora un pedido de captura, y cuando lo atrapen perderá el beneficio que había obtenido. Es decir, volverá a una celda en condiciones de indignidad, y el ciclo se repetirá.
La crisis carcelaria lleva un año por lo menos, nunca hubo tantos detenidos -entre procesados y condenados- como ahora, y no hay plazas disponibles. Las Unidades y comisarías desbordan.
Se están incumpliendo normas de jerarquía nacional y supranacional, pero el tema aún no ingresó a la agenda política de Neuquén.
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