El juicio por el femicidio de Eduarda Santos pone en debate la autopercepción de género
Se inició la primera audiencia por el homicidio agravado de la joven brasileña en Bariloche. El juez dispuso que se llame Amanda a la acusada porque pidió hacer uso del derecho de identidad de género. Posturas opuestas entre fiscalía y defensa.
Amanda Alves Ferreira permanecía detenida en el penal 3 de Bariloche. Foto archivo: Chino Leiva.
Con dos visiones totalmente opuestas entre la fiscalía y la defensa, comenzó esta mañana en Bariloche el juicio por jurados contra Amanda Alves Ferreira por su autopercepción de género, según dispuso el juez Martín Arroyo, acusada por el femicidio cometido con alevosía contra Eduarda Santos, una joven brasileña de 26 años.
Amanda (que hizo un cambio registral post cometer el femicidio y anteriormente se llamaba Fernando) ingresó a la sala de audiencias del edificio Pilmayquén pasadas las 9, cuando todavía no se encontraba el juez ni el jurado que la juzgará en 5 audiencias debate, con expectativas de tener el veredicto el viernes. Lo hizo escoltada de un agente penitenciario varón y una mujer, quienes están al mando de su custodia desde el Penal 3 de Bariloche donde permanece detenida.
La acusada se ubicó detrás de los defensores oficiales Mónica Goye y Nelson Vigueras, quienes intentarán enfatizar en la teoría que no existió femicidio porque quien se llama legalmente Fernando se autopercibe mujer y en consecuencia obra como tal, además de poner en duda la imputabilidad y la autoría.
El fiscal jefe Martín Lozada, con el fiscal del caso Gerardo Miranda, son los acusadores y como primera medida en sus alegatos de apertura, mostraron un duro cuestionamiento a la acusada a quien consideran responsable del femicidio de Eduarda, cometido con alevosía, y para quien también piden condena por la tenencia de arma de guerra.
Los 12 integrantes del jurado popular ingresaron a la sala de audiencias a las 9:25 y prestaron juramento. Antes de inicia el juicio, el juez ofreció una explicación técnica donde aclaró que por la ley de identidad de género se mencionará a la acusada como Amanda y pidió no juzgar con estereotipos, prejuzgamiento o miradas sesgadas.
“Es cínico, manipulador, capaz de matar a sangre fría”
Lozada tuvo a su cargo la apertura de los alegatos. Relató que la víctima, Eduarda Santos, tenía 26 años y tres hijos pequeños cuando fue asesinada el 16 de febrero de 2022 en el inicio de la senda para llegar al lago Escondido, en el Circuito Chico de Bariloche.
El acusador remarcó que Alves Ferreira trasladó a Eduarda en su automóvil hasta ese lugar, que partieron desde la vivienda que compartían en la zona del kilómetro 25, y que la mató con al menos seis disparos con un arma de guerra, una Magnum calibre 357, a una distancia corta de no más de 1,20 metros. La dejó tirada y se fue del lugar a su domicilio.
Lozada calificó a Alves Ferreira como “cínico, manipulador, capaz de matar a sangre fría” y puso en duda la autopercepción de género que declaró 10 meses después de ser detenida por el crimen. Señaló que había tenido posibilidades de cambiar su identidad por la ley brasileña vigente desde 2010 y la argentina desde el momento que llegó a residir al país, en 2018, pero nunca lo hizo.
El fiscal enfatizó que el crimen de Eduarda fue cometido con alevosía. “Mata con alevosía quien le quita la vida a otra cuando esa carece de cualquier posibilidad de defenderse. Se encuentra a su merced, a su plena disposición”, dijo Lozada y señaló que en estos preceptos se encuadra la situación de Eduarda, quien fue madre de mellizos con un tratamiento de vientre subrogado, cuyos niños son hijos de Alves Ferreira y su marido (ya fallecido) y de otra niña, que al momento de su muerte tenía 2 meses.
En varios pasajes, el fiscal Lozada habló de que Alves le imprimía a la víctima un “caracter utilitario e instrumental”, que tenía “desprecio” por Eduarda y la situación entre ellos se había complicado porque ella se negaba a firmarle los papeles para llevarse a los tres niños a Brasil.
El fiscal señaló que Alves planeó el crimen y que 3 días antes de cometerlo se contactó por teléfono con una mujer, a quien llamada “comadre bahiana” y le dijo que había tenido un sueño en el que encontraba un arma y municiones, lo que consideraba una «señal» y que si Eduarda no firmaba la documentación para llevarse a los niños la iba a matar.
El fiscal continuó mencionando a la imputada en masculino por una estrategia legal en el juicio.
“No hay femicidio porque Amanda es una mujer”
El defensor oficial Nelson Vigueras también tuvo su exposición de alegatos e insistió ante el jurado en la autopercepción de la acusada como mujer incluso mucho antes de cometer el crimen. Caracterizó esta situación con el uso de botox, brillo labial y la realización de cirugías estéticas para asimilar su cuerpo al de una mujer.
“No hay femicidio porque Amanda es una mujer, no hay alevosía”, insistió Vigueras, que cuestionó al fiscal por puntualizar que la acusada no cambió su identificación legal a pesar de ser un trámite sencillo en Argentina.
Indicó que Eduarda se ofreció voluntariamente a subrogar el vientre para que la pareja de Marcelo y Amanda tengan sus hijos y nacieron mellizos en 2019. Luego se fue a Brasil y los niños quedaron al cuidado de Amanda “como una madre que lo es”.
El defensor relató que Eduarda regresó a Bariloche y se alojaba en la casa de Amanda (cuyo marido ya había muerto) ”en plena libertad”. Agregó que la víctima tenía un novio llamado Daniel y no convivía con Amanda.
Enfatizó que no existió una “relación desigual de poder, hay igualdad entre ellas, eran amigas” y dijo que ponía en duda la autoría del crimen de Alves Ferreira porque la fiscalía no puede probarlo y además porque la acusada tuvo un “trastorno mental transitorio de índole paranoide” la noche del crimen, según pericias psicológicas.
Las audiencias se extenderán hasta el 30 de junio y se desarrollarán en el edificio de Tribunales de la calle John O´Connor al 30 de esta ciudad.
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