Acusan al policía de homicidio agravado por el crimen en el taller de Neuquén

El veredicto del tribunal se conocerá el martes. La defensa dijo que fue un crimen culposo, por la falta de capacitación del autor quien "nunca debió ser policía".

La escena está filmada, transcurre en un taller de Neuquén y es muy sencilla. Se observa al policía Nicolás Leopoldo López (29) vestido con su uniforme caminando entre los automóviles, mirando hacia los costados. Todo el tiempo va tocando la pistola que lleva a la cintura. Cuando queda frente a Diego Escobar (29), uno de los empleados que llevaba dos días trabajando allí, extrae el arma, se la apoya en el pecho y dispara. La víctima cae y muere en segundos.

Pese a que el hecho es tan claro, y ocurrió delante de testigos, y está filmado, e incluso fue admitido por el autor del disparo, al término del juicio oral nadie se pone de acuerdo en qué fue lo que sucedió.

Porque el caso fue enfocado jurídicamente de tal manera que la clave es entrar a la mente de López para desentrañar qué pensaba en el exacto momento en el que ejecutó a Escobar.

La fiscalía: «supo y no le importó»


El viernes fueron los alegatos de clausura. La fiscal del caso Silvia Moreira dijo que López cometió un homicidio agravado por el uso de armas (10 años y 8 meses de prisión mínima) con dolo eventual.

«No se le escapó el disparo, cargó el arma y tiró. No fue un accidente, lo hizo porque quiso. López fue a buscar la adrenalina, a demostrar su autoridad», dijo la fiscal.

«Aun sabiendo que si carga el arma y la dispara al pecho puede causar una muerte, aceptó que ese resultado pudiera producirse, lo dejó librado al azar», agregó.

La querella: «quiso matar»


Para el querellante Marcelo Hertzriken Velasco no hubo dolo eventual, sino dolo directo. Es decir, el policía quiso matar. «Estamos yendo más allá en la interpretación de qué quiso hacer López», afirmó, en crítica hacia el alegato de la fiscal.

Añadió: «hay un condicionamiento ideológico de los integrantes del Ministerio Público Fiscal a preguntarse por qué un policía comete el hecho que comete, cuando en definitiva si hubiese sido López un integrante de la clase habitualmente acusada de la población reiterante en los delitos, nadie se hubiese preguntado por qué comete el delito».

La defensa: broma e ineptitud


El cierre fue el alegato del defensor Nahuel Urra, quien trató de justificar la acción de su cliente con dos argumentos. El primero, que fue «instrumento de la voluntad de un tercero». En efecto, dijo que disparó contra Escobar porque Lucas Escobar, un primo de la víctima, le pidió que le haga «una broma».

Lucas, al declarar en la primera audiencia del juicio, lo negó de manera categórica. Y en el video no se observa a nadie riendo ni bromeando.

El segundo argumento de Urra fue que «López no debió ser nunca policía». Según la psicóloga forense que lo entrevistó, «es carente de aptitud psicológica y fue deplorable su capacitación».

López (a la izquierda) junto a su defensor Urra. (Matías Subat)

«No podemos medir con la misma vara a quien no se le han dado las herramientas necesarias», dijo el defensor, que es un expolicía. «El Estado tiene responsabilidad en esto. Hay más gente con la misma capacitación que López. Es gravísimo».

El policía se formó durante la pandemia, un año por Zoom y un año presencial. Fue ocho veces a un polígono de tiro y lo largaron a la calle con un arma en la cintura. Hay cientos como él.

El defensor pidió que lo declaren responsable de homicidio culposo. La pena es de seis meses a tres años.

El tribunal está integrado por Carina Álvarez, Estefanía Sauli y Luis Giorgetti, quienes darán a conocer el veredicto el martes.

El hecho


El hecho ocurrió el jueves 9 de marzo del 2023 a las 15:20 en un taller ubicado en 12 de Septiembre 885 de la capital provincial.

Antes de ejecutar a la víctima, el policía López le apoyó su arma reglamentaria en el pecho a un primo, Carlos Escobar, dijo «a estos negros de mierda hay que matarlos a todos» y gatilló tres veces, pero no salió ninguna bala.

Hertzriken Velasco pidió que investigue esa tentativa de homicidio, que la fiscalía pasó por alto.


La escena está filmada, transcurre en un taller de Neuquén y es muy sencilla. Se observa al policía Nicolás Leopoldo López (29) vestido con su uniforme caminando entre los automóviles, mirando hacia los costados. Todo el tiempo va tocando la pistola que lleva a la cintura. Cuando queda frente a Diego Escobar (29), uno de los empleados que llevaba dos días trabajando allí, extrae el arma, se la apoya en el pecho y dispara. La víctima cae y muere en segundos.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios