Juicio Cárdenas-Carrasco: la Policía se quedó sin cartuchos la jornada de la represión
El comisario retirado Carlos Arias declaró que la tarde del 17 de junio de 2010 tuvieron que pedir proyectiles a Gendarmería y a la empresa de seguridad privada Prosegur. La orden la dio el exjefe de la Regional.
Juicio Cárdenas-Carrasco: la Policía se quedó sin cartuchos la jornada de la represión
El excomisario Carlos Arias declaró hoy miércoles ante el tribunal que recibió la orden del entonces jefe de la Unidad Regional Tercera de Bariloche, comisario Argentino Hermosa de solicitar cartuchos en las delegaciones locales de fuerzas de seguridad porque la tarde del 17 de junio de 2010 el personal policial que estaba en la comisaría 28 se había quedado sin proyectiles.
Recordó ante el tribunal que las municiones de la Comisaría Segunda estaban guardadas en junio de 2010 en un armario bajo llave. Sostuvo que él guardaba esa llave.
Dijo que Hermosa le pidió la mañana del 17 de junio de 2010 que enviara refuerzos, armamentos y municiones a la comisaría 28.
Arias explicó que el jefe operativo de esa orden fue el entonces subcomisario Dante Oscar Bressan. Sostuvo que el personal policial enviado a la comisaría 28, donde ocurrían los incidentes, estaba uniformado y con su arma reglamentaria.
Dijo que se les entregó escopetas Itakas y proyectiles antitumultos (postas de goma). “Ese control de la entrega lo hice yo”, aseguró Arias cuando el fiscal Eduardo Fernández preguntó por la fiscalización de ese armamento y municiones. “Lo que entregué fue cartuchos AT (antitumulto)”, afirmó.
Sostuvo que quedó asentado en un registro. Dijo que Bressán fue a cargo del personal de la comisaría Segunda asignado a la 28.
Dijo que fueron enviados para resguardar la comisaría 28 que estaba siendo atacada por un grupo de manifestantes. La madrugada del 17 de junio, el cabo Sergio Colombil mató en una persecución a Diego Bonefoi. El chico de 15 años recibió un tiro en la cabeza. El hecho ocurrió en el barrio 181 Viviendas, ubicado a metros de la comisaría 28, que funcionaba en Pablo Mange y Onelli. Por eso, familiares y amigos atacaron con piedras esa unidad policial.
Arias aseguró que las armas fueron utilizadas y no regresó ningún proyectil AT de los que entregó. Recordó que por la tarde se enviaron todos los cartuchos disponibles a la 28. Dijo que así lo ordenó Hermosa.
Relató que como se habían quedado sin cartuchos Hermosa ordenó solicitar a fuerzas federales asentadas en Bariloche que faciliten proyectiles. Dijo que sólo desde Gendarmería facilitaron proyectiles AT.
Rememoró que el oficial Rodolfo Aballay se dirigió además a la empresa de seguridad Prosegur a pedir cartuchos. “Tengo entendido que después los llevó directamente a la comisaría 28”, afirmó. Pero no sabe a quién Aballay entregó esos proyectiles. “No tengo conocimiento qué municiones le dieron en Prosegur a Aballay”, aclaró Arias.
Declaró que dos días después de los hechos del 17 de junio hubo una movilización y quemaron una parte de la comisaría Segunda. El fuego dañó una oficina. “Se quemaron todos los registros que estaban guardados en esa oficina”, aseguró. “¡Qué casualidad!”, expresó, molesta, una mujer que estaba entre el público.
Arias indicó que entregó el 17 de junio de 2010 entre 10 y 12 cajas con cartuchos AT. Cada caja tiene 20 cartuchos.
Aclaró que proyectiles de plomo sólo usa el personal policial en un enfrentamiento armado.- Afirmó que el personal policial está preparado para usar escopetas porque es parte de la formación. Después, se especializan.
Dijo que no sabe qué armamento portaban Víctor Darío Pil y Marcos Epuñan, que trabajan en la comisaría Segunda entonces. Pil y Epuñan están acusados por el delito de homicidio en riña de Sergio Cárdenas. El otro imputado es el policía Víctor Hugo Sobarzo.
Arias aseguró que recibió sólo órdenes de Hermosa, no del comisario Fidel Veroíza, que era el segundo jefe de la Unidad Regional Tercera cuando ocurrió la feroz represión policial que causó las muertes de Cárdenas y Nicolás Carrasco y dejó trece heridos.
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