Joaco se reencontró con su caballo Piñonero y los chivitos del norte neuquino
Se había quedado varado en Varvarco al comienzo de la pandemia y fue entonces que sus tíos le regalaron un caballo. Ahora volvió al puesto en la época de las pariciones y recorrió el campo montando el bayo blanco con el que los acompañara en el próximo arreo.
Seguro que si viste la foto te la acordás: Joaco con su sombrero de arriero y su barbijo mirando asombrado a Piñonero, el caballo que le regaló su tío Cocho. El sol entibiaba la tarde de comienzos de mayo mientras el bayo blanco comía avena de un morral de arpillera atada con un hilo grueso, que al pequeño gaucho de seis años le pareció un tapabocas como el que usaba él, hasta que Cocho le explicó.
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