Islote Lobos: la asombrosa fauna de la joya oculta del golfo San Matías
Al sur de Las Grutas y al norte de Playas Doradas, el maravilloso archipiélago del golfo San Matías, Área Natural Protegida desde 1977, será el segundo parque nacional de Río Negro.
El Golfo San Matías es un sitio único de biodiversidad y patrimonio natural de la Patagonia, además de fuente de recursos naturales y polo turístico de envergadura gracias a sus playas privilegiadas por sus aguas cálidas y limpias.
Tal vez la joya oculta del golfo fue siempre el complejo Islote Lobos, un gran humedal costero conformado por numerosos islotes.
Debido a su riqueza faunística y su particular geografía fue declarado Área Natural Protegida en 1977. Gracias a la protección que tuvo y a su difícil acceso, esta zona permaneció plena de fauna y sin alteraciones hasta la actualidad, lejos del impacto que causan los seres humanos.
El complejo Islote Lobos constituye un paisaje de relevancia para la conservación, pero también para el turismo de naturaleza y brinda así una oportunidad de desarrollo para las ciudades y pueblos de la costa patagónica.
Por esta razón, el anuncio del gobierno de la provincia de que el área será sede de un futuro parque nacional rionegrino marca un gran paso en la agenda ambiental de conservación marina del mar Patagónico, de cara a los desafíos del futuro: el manejo correcto de las áreas protegidas puede no solo conservar adecuadamente los ambientes y su fauna sino también generar empleo gracias al desarrollo del turismo ecológico.
El futuro parque nacional, protege un archipiélago que contiene cinco islotes y otros sectores costeros aledaños, pertenecientes a la costa de Río Negro, ubicados unos 50 Km de la localidad de Sierra Grande, al norte del balneario Playas Doradas y al sur de Las Grutas.
Incluye los islotes Lobos, La Pastosa, Ortiz Norte, Redondo, Ortiz Sur e Isla de los Pájaros, además de la formación rocosa Punta Pozos. Sus características geográficas le permiten alojar una gran diversidad de especies de aves y mamíferos, rodeados de un ambiente marino donde abundan los peces y los invertebrados.
Este sector es tan atractivo y especial en la costa de Río Negro por muchas razones: posee las mayores colonias reproductivas de aves de toda la costa, además hay colonias de lobo de un pelo y el único asentamiento del Golfo San Matías de lobo de dos pelos (asentamiento no reproductivo).
Cabe destacar que en los islotes existe la única colonia reproductiva del pingüino de Magallanes de la provincia de Río Negro, con miles de parejas que se juntan cada año para criar a sus pichones, es la colonia más septentrional del mundo.
Además, acompañan a los pingüinos sendas colonias de gaviotas, la única colonia de Río Negro de gaviotín real y en el islote de los pájaros está la mayor colonia de garzas y cormoranes negros que se encuentra en la costa de la provincia.
Muchas otras aves aprovechan la seguridad de los islotes para anidar lejos de los depredadores terrestres como zorros o gatos monteses y protegidas de ocasionales caminantes. Hay ostreros negros, gaviotines de corona blanca, patos crestones, chorlitos de collar, entre otras. En invierno es un sitio de alimentación muy importante para los flamencos, los patos vapor y otras aves que se refugian allí.
En sus aguas pueden encontrarse variedad de cetáceos como el delfín nariz de botella, delfín común, delfín oscuro y la ballena franca austral. Las restingas y aguas costeras en torno a los islotes, son hábitat de caballitos de mar y varios tiburones y rayas que se acercan a desovar.
Sus diversas playas son relevantes como sitio de descanso y alimentación de chorlos y playeras, como así también refugio del pulpito Octopus tehuelchus, en el que se centra la actividad tradicional de los pulperos.
Gracias a un particular ensamble y sus características naturales, el complejo Islote Lobos constituye un paisaje de gran relevancia para la conservación, pero también para el turismo de naturaleza.
Frente a la necesidad de sumar proyectos que prioricen las actividades productivas que atraviesen el tejido social, el turismo de naturaleza -cuyo enfoque privilegia la preservación para la posible apreciación e interacción con el ambiente natural- se posiciona como un pilar para el desarrollo económico local.
Si bien hasta ahora el área fue una reserva faunística estricta, la intención es que a futuro puede desarrollarse allí un turismo ecológico respetuoso con la naturaleza.
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