Inesperadas tragedias

antecedentes

• Gustavo Guzmán coordinaba las actividades de los egresados de la escuela República de Portugal, de Isidro Casanova, donde dos años antes había terminado sus estudios secundarios. Era casi un compañero más, y le tiraron una remera al lago Moreno, para hacerle una broma. Era un día caluroso, con más de 29 grados, y no advirtieron que en ese lugar desembocaba el arroyo Casa de Piedra. Primero Guzmán, y luego Claudio Villafañe, Matías Flores, César Rodríguez y Pablo Maidana, uno tras otro, se fueron arrojando al agua para rescatar la remera y luego a los compañeros que tenían dificultades para regresar, y ante la vista de 40 compañeros el lago se tragó a los cinco. Esa misma tarde los buzos rescataron los cuerpos de las víctimas, y sus padres comenzaron una batalla judicial que hasta el ahora les fue adversa. • El 1 de octubre de 2007 el lago Moreno se cobró la vida de Klaus Hardt, un vecino de Bariloche íntimamente relacionado con las actividades de esquí y montaña, que hacía años que también practicaba kayaquismo. Esa tarde, su bote de dio vuelta, muy cerca de donde el sábado apareció el bote de Maximiliano, y Klaus no logró subir a la embarcación y tampoco nadar hasta la costa. Informaron que habría salido a remar sin traje de neoprene y tampoco tendría puesto el chaleco salvavidas, que apareció flotando en el agua. Los expertos consultados por este diario indicaron que es muy difícil nadar con una temperatura de agua que orilla los 6 grados, y que probablemente Hardt haya sufrido un calambre, estando a unos 150 metros de la costa. Permaneció durante varios minutos amarrado al bote, mientras desde la costa algunos testigos observaron con desesperación la tragedia, pero no había cerca ningún bote ni un sistema de auxilio rápido para ayudarlo. La muerte de Hardt motivó gestiones para contar con un helicóptero de emergencias en la ciudad, pero la vigilia de esa aeronave ya es recuerdo, por falta de recursos para sostenerla.