Inequidad educativa
En todos los tiempos, la educación se considera el gran tema de debate. Se dieron en la historia grandes momentos en que fue trascendente analizar su situación, de observar su problemática para crear una alternativa que no permita la postergación del proceso educativo.
Es muy evidente que estamos en un contexto, en una situación social, política y económica, que requiere de un tratamiento muy especial, de creatividad profunda, para ofrecer alternativas viables y que alcancen una mínima propuesta de solución.
La situación vigente, es posible denominarla como de inequidad educativa, situación que se fue gestando en un período lectivo de dos años, desde que se inició la pandemia del Covid-19, período en dónde la inequidad social produjo una segmentación en la adquisición de saberes en la población de edad escolar.
Es un proceso durante el cual se fueron cerrando las escuelas, los niños y jóvenes fueron dejando de asistir y fueron perdiendo totalmente el contacto con la institución educativa, su maestra, sus compañeros y la mesa de comidas.
La gran pregunta es: adónde se encuentra el alumno, qué aprendizajes ha logrado realizar en su casa, quién ha podido contener su situación de abandono, de aislamiento?
A ello refiere la nominación de inequidad educativa. Cada estudiante, tanto del nivel primario, como secundario, superior y universitario, se encuentra en una situación diferente, con una inequidad total entre ellos, respecto de los saberes que retuvo, que aún sostiene, a partir de los cuales puede avanzar en nuevas situaciones áulicas.
La base estructural de la inequidad es lo tecnológico. El paso de la presencialidad a la virtualidad, que obviamente se presentó como única alternativa, para no suspender el proceso educativo, fue lo que introdujo una diferencia estructural entre los estudiantes del sistema educativo, que no es posible seguir ignorando.
Todos aquellos que no contaban con un sistema de conectividad, que no tenían acceso al mínimo instrumento de intercomunicación, quedaron totalmente aislados, sin ninguna alternativa de recuperación por sus propios medios.
No es suficiente, en absoluto, celebrar el regreso a la presencialidad, en tanto la población en edad escolar quedó totalmente aislada y en una situación de postergación hacia la institución educativa.
Por ello, el definir la actual situación como inequidad educativa, es el concepto mínimo para referir a la gran injusticia vigente entre los niños y jóvenes, que requieren de un plan de acción de gobierno de extrema urgencia.
Como colaboración y apoyo incondicional a esa propuesta, se propone una composición de la estructura educativa, desde sus misiones y funciones:
· Autoridades gubernamentales. Generar el Plan de Recuperación de la Inequidad Educativa, gestionando los honorarios adicionales que sean necesarios.
· Los supervisores deberán motivar e incentivar a todos los directivos y docentes, para convocarlos a la tarea.
· Las instituciones y directivos, elaborar proyectos institucionales para colaborar con los docentes de su escuela en la búsqueda de cada niño o joven, para que retornen a la institución.
· Los docentes tendrían la gran misión de ubicar al alumno que asistía a la escuela, recorrer el ámbito de la misma, en los cuales los puedan ubicar e incentivarlos para su regreso al aula.
· Los padres son integrantes de la estructura educativa, en tanto durante el período de ausencia de la clase en la escuela cumplieron misiones de enseñanza y aprendizaje de sus hijos. Ellos, en la instancia actual, deben incondicionalmente asegurar que su hijo vuelva a la escuela.
Es una propuesta de gestión, que impediría que haya abandono de las instituciones educativas y se logre la seguridad de abordar un punto de partida, en la recuperación educativa.
Aquellos que ya se encuentran en la escuela, están ante una situación compleja de conocer el punto de partida, para retomar los contenidos de la enseñanza. Ello no permitiría utilizar los sistemas de diagnósticos tradicionales; es necesario identificar, en cada alumno, en qué punto de partida se encuentra y trabajar partir de allí.
La tarea representa un trabajo adicional, que podemos dividirla en dos fases: un período de reconocimiento de la situación actual y otro de apoyo e incentivo para la eliminación paulatina de la segmentación educativa, que la situación actual ha dejado.
Ello es posible, realizando grupos de trabajo colectivo, abordando los temas que el niño no conoce y que requiere avanzar en la enseñanza y recuperar su pérdida, para que no llegue a una instancia en 15 años a futuro y conforme una sociedad, que no posea lo esencial y prioritario para el desarrollo humano.
* Profesora. Directora del Instituto de Formación Docente. San Agustín.
En todos los tiempos, la educación se considera el gran tema de debate. Se dieron en la historia grandes momentos en que fue trascendente analizar su situación, de observar su problemática para crear una alternativa que no permita la postergación del proceso educativo.
Es muy evidente que estamos en un contexto, en una situación social, política y económica, que requiere de un tratamiento muy especial, de creatividad profunda, para ofrecer alternativas viables y que alcancen una mínima propuesta de solución.
La situación vigente, es posible denominarla como de inequidad educativa, situación que se fue gestando en un período lectivo de dos años, desde que se inició la pandemia del Covid-19, período en dónde la inequidad social produjo una segmentación en la adquisición de saberes en la población de edad escolar.
Es un proceso durante el cual se fueron cerrando las escuelas, los niños y jóvenes fueron dejando de asistir y fueron perdiendo totalmente el contacto con la institución educativa, su maestra, sus compañeros y la mesa de comidas.
La gran pregunta es: adónde se encuentra el alumno, qué aprendizajes ha logrado realizar en su casa, quién ha podido contener su situación de abandono, de aislamiento?
A ello refiere la nominación de inequidad educativa. Cada estudiante, tanto del nivel primario, como secundario, superior y universitario, se encuentra en una situación diferente, con una inequidad total entre ellos, respecto de los saberes que retuvo, que aún sostiene, a partir de los cuales puede avanzar en nuevas situaciones áulicas.
La base estructural de la inequidad es lo tecnológico. El paso de la presencialidad a la virtualidad, que obviamente se presentó como única alternativa, para no suspender el proceso educativo, fue lo que introdujo una diferencia estructural entre los estudiantes del sistema educativo, que no es posible seguir ignorando.
Todos aquellos que no contaban con un sistema de conectividad, que no tenían acceso al mínimo instrumento de intercomunicación, quedaron totalmente aislados, sin ninguna alternativa de recuperación por sus propios medios.
No es suficiente, en absoluto, celebrar el regreso a la presencialidad, en tanto la población en edad escolar quedó totalmente aislada y en una situación de postergación hacia la institución educativa.
Por ello, el definir la actual situación como inequidad educativa, es el concepto mínimo para referir a la gran injusticia vigente entre los niños y jóvenes, que requieren de un plan de acción de gobierno de extrema urgencia.
Como colaboración y apoyo incondicional a esa propuesta, se propone una composición de la estructura educativa, desde sus misiones y funciones:
· Autoridades gubernamentales. Generar el Plan de Recuperación de la Inequidad Educativa, gestionando los honorarios adicionales que sean necesarios.
· Los supervisores deberán motivar e incentivar a todos los directivos y docentes, para convocarlos a la tarea.
· Las instituciones y directivos, elaborar proyectos institucionales para colaborar con los docentes de su escuela en la búsqueda de cada niño o joven, para que retornen a la institución.
· Los docentes tendrían la gran misión de ubicar al alumno que asistía a la escuela, recorrer el ámbito de la misma, en los cuales los puedan ubicar e incentivarlos para su regreso al aula.
· Los padres son integrantes de la estructura educativa, en tanto durante el período de ausencia de la clase en la escuela cumplieron misiones de enseñanza y aprendizaje de sus hijos. Ellos, en la instancia actual, deben incondicionalmente asegurar que su hijo vuelva a la escuela.
Es una propuesta de gestión, que impediría que haya abandono de las instituciones educativas y se logre la seguridad de abordar un punto de partida, en la recuperación educativa.
Aquellos que ya se encuentran en la escuela, están ante una situación compleja de conocer el punto de partida, para retomar los contenidos de la enseñanza. Ello no permitiría utilizar los sistemas de diagnósticos tradicionales; es necesario identificar, en cada alumno, en qué punto de partida se encuentra y trabajar partir de allí.
La tarea representa un trabajo adicional, que podemos dividirla en dos fases: un período de reconocimiento de la situación actual y otro de apoyo e incentivo para la eliminación paulatina de la segmentación educativa, que la situación actual ha dejado.
Ello es posible, realizando grupos de trabajo colectivo, abordando los temas que el niño no conoce y que requiere avanzar en la enseñanza y recuperar su pérdida, para que no llegue a una instancia en 15 años a futuro y conforme una sociedad, que no posea lo esencial y prioritario para el desarrollo humano.
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