Imputaron a dos hombres por el asesinato ocurrido en Playas Doradas
Para la fiscalía César y Víctor Massetta son los responsables del homicio de Emilio García. El delito fue calificado como homicidio agravado y se les dictó la prisión preventiva.
César Alejandro Massetta y su padre, Víctor Eduardo, fueron imputados por el homicidio agravado de Emilio García, en un hecho que se registró el miércoles a la tarde en la zona conocida como Playa Los Sauces, en cercanía de Playas Doradas. Ambos quedaron detenidos con prisión preventiva y se dispuso un plazo de cuatro meses para llevar adelante la investigación.
La audiencia de formulación de cargos que se realizó este viernes a la tarde en Viedma, de manera virtual, fue encabezada por el juez Juan Brussino y participaron los fiscales Juan Puntel y la adjunta Mariela Coy, los defensores oficiales Martha Gianni y Adrián Zimmermann asumieron la defensa de Massetta hijo y Carlos Dvorzak la de su padre; mientras que Manuel Maza y Luciano Perdriel lo hicieron como querellantes en representación de la pareja de la víctima, Sandra Silveira Tripailao, y sus hijos Emanuel, Daiana, Karen, Antonella y Thiago.
Según plantearon los representantes del Ministerio Público Fiscal ambos imputados utilizaron armas de fuego y el cuerpo de García presentaba “al menos cuatro disparos” que le ocasionaron la muerte. Además, padre e hijo también fueron imputados del delito de tentativa de homicidio ya que la víctima estaba acompañada por otra persona que pudo escapar ileso del lugar de los hechos.
La investigación inicial estuvo a cargo de los fiscales Hernán Trejo y Puntel y luego se sumó Coy, quien en la audiencia pidió la prisión preventiva porque “ una medida menos gravosa no garantizaría la adecuada finalización de la investigación” y señaló que cuentan con dos testigos que deben preservarse, ya que se los considera fundamentales “a la hora de resguardar el éxito de la investigación”.
La querella estuvo de acuerdo, mientras que los defensores cuestionaron la posibilidad que tendrían sus clientes para entorpecer la investigación ya que, según indicaron, no resta prueba pericial por hacer que pueda ser adulterada. Manifestaron que los hombres coloraboraron desde el prinicipio con la investigación prestándose a diversas pericias y, entre otros aspectos, llevando el cuerpo a la comisaría de forma inmediata.
La audiencia, anunciada para la mañana, fue postergada dos horas ya que César Massetta, como abogado, asumió su propia defensa desde el momento en que llegó a la comisaría de Sierra Grande, sin embargo, planteó que necesitaba un defensor oficial “hasta que pueda tener mi abogado particular” y que no fuera Dvorzak, ante un eventual conflicto de intereses con su padre, el otro imputado en el hecho.
Tras la sorpresa inicial de las partes por el pedido de Massetta y luego de varias cuestiones técnicas se pasó a un cuarto intermedio para la designación del nuevo defensor.
Un abogado muy particular
César Massetta, imputado en este resonante hecho, es abogado con un historia de vida muy particular.
El 25 de febrero de 2004, con sólo 23 años, participó en el secuestro de un chico de 7 años, hijo de un efectivo policial, en la ciudad mendocina de San Rafael. Poco más de un día después el caso fue resuelto y los autores detenidos. Massetta fue imputado como el autor intelectual y, posteriormente, condenado a 14 años de prisión por el delito de secuestro extorsivo. Los otros detenidos: Fernando Sosa y Mónica Castro fueron sentenciados a 7 años.
Masseta cumplio la primera parte de la condena en el penal de esa ciudad, donde comenzó sus estudios de abogacia a distancia, a través de la Universidad Blas Pascal, y en 2012 fue trasladado a la cárcel de Boulogne Sur Mer de Mendoza capital donde terminó la carrera a fines de 2016.
En 2013 logró la libertad condicional, pero a fines de 2014 volvió a ser detenido, imputado en una causa por drogas y condenado a dos años.
Luego, en libertad condicional, recibió su matrícula como abogado en marzo de 2017 y cumplió la condena el 25 de febrero de 2018.
Su caso, como primer abogado recibido en la cárcel de la capital mendocina, atrajo la atención de los medios y hace poco más de tres años el diario Los Andes le hizo una nota. Entre otras cosas aseguraba que no caería en la reincidencia porque “no tengo impregnada la cultura tumbera porque me tomé el trabajo de que no sucediera”.
Apenas pasaron tres años y volvió tras las rejas, ahora imputado en un homicidio.
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