Ideología, el telón de fondo de las palabras y las decisiones
La orientación de la política fiscal, el deterioro del salario real y las vacunas, subieron a la palestra del debate público a todo el arco político. Desde el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y la Diputada Fernanda Vallejos, hasta el inefable ex Ministro de Economía Domingo Cavallo, la discusión esta semana estuvo signada por las ideas.
Las antinomias ideológicas desconocen de momentos históricos, sensibilidad social o escenarios de profunda crisis. No se guardan ni se esconden, y jamás desaprovechan un resquicio, por más ínfimo que sea, para poder asestar un golpe certero al adversario teórico. La grieta jamás se toma vacaciones. Ni siquiera en medio de una pandemia de proporciones cósmicas que no para de fabricar muertos a diario en todo el mundo.
La disputa quedó a la vista esta semana como pocas veces en los últimos tiempos. La discusión de ideas es trasversal a los espacios políticos y las pertenencias partidarias. En ella se mezclan los temas relacionados estrictamente con la coyuntura, como los salarios y las vacunas, y los problemas estructurales que desde hace décadas atraviesan a la economía nacional, como la deuda y el déficit fiscal. En el medio, la escalada retórica incluye a los nuevos actores y protagonistas de la gestión económica, y a viejos conocidos de la escena política vernácula.
La “Proclama del 25 de mayo” publicada por un grupo de intelectuales, funcionarios, legisladores y periodistas, todos ellos enrolados en el kirchnerismo, fue uno de los detonantes para el debate público. El documento reclama atender con prioridad la salud de los argentinos, relegando la atención de los servicios de la deuda hasta el momento en que la pandemia retroceda. En este sentido, solicita al gobierno nacional destinar los u$s 4.600 millones extraordinarios que girará el FMI a la contención de los sectores más afectados por la crisis que generó el Covid, y recomienda lisa y llanamente la “suspensión de los pagos de capital e intereses a los organismos multilaterales” mientras dure la pandemia. La declamación ideológica del kirchnerismo, fue un impacto interno, uno más, a la estrategia que llevan adelante el Presidente Alberto Fernánadez, y el Ministro de Economía Martín Guzmán, quienes desde hace meses ponen todo su esfuerzo en alcanzar un entendimiento con el Fondo. La Proclama coloca al mandatario y al conductor de la política económica, en un lugar incómodo a los fines de la histórica retórica justicialista: el de la ortodoxia económica y la racionalidad (léase “ajuste”) fiscal.
El combo se completa con la reaparición pública de Domingo Felipe Cavallo. Con una serie de escritos en su blog personal, el ex súper Ministro de Economía de Carlos Saúl Menem volvió a la escena, y realizó una detallada crítica a la política económica del oficialismo. No cualquier crítica. Una con nombre y apellido. El alumno predilecto del Consenso de Washington en Argentina, decidió subir al ring de la disputa de ideas a la Diputada Nacional Fernanda Vallejos. “Prestar atención a Fernanda Vallejos completaría la obra de destrucción económica de la Argentina”, tituló uno de sus posteos, en el que denostó la política oficial de vacunación, la gestión de la deuda, y la intervención estatal en la actividad privada. El escrito no hace más que asignar a la jóven economista, el rol tácito de vocera de las ideas económicas que hoy encarna el kirchnerismo.
La Diputada acusó el golpe, y rápida de reflejos respondió: “Cavallo, fiel exponente del neoliberalismo criollo, Presidente del BCRA durante la dictadura y Ministro de Economía de Menem, necesita refrescar la idea de ‘destrucción económica’”. Tras un detallado repaso sobre los desequilibrios que generó la gestión de Cavallo, agregó: “Hay algo para reconocerle: el desastre que Cavallo provocó sobre nuestra economía, junto con la insoportable injusticia social que promovió en nuestra sociedad, convocó a mi generación a la militancia. ¡Acá estamos!”.
La semana estuvo cargada de exposición pública para el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Una entrevista mano a mano el miércoles y su exposición en el Senado de la Nación el jueves, sirvieron como escenario para que el gerente de la administración pública nacional, ponga a la vista una enorme cantidad de definiciones, todas ellas muy fuertes. “Independientemente de lo que suceda con los precios, el salario le va a ganar a la inflación en 2021”, manifestó Cafiero el miércoles por la noche. “No podemos permitir que el esfuerzo de los argentinos que se están poniendo de pie, se vaya por la canaleta de los precios”, agregó.
Las palabras de Cafiero no son casuales. La carrera entre precios y salarios, ya muestra anticipadamente a un claro perdedor. El mismo perdedor de siempre.
La inflación del primer cuatrimestre acumuló un 17,6%, y se acercará al 22% en los primeros cinco meses cuando la próxima semana se conozca el dato del mes de mayo. Todo indica que en el primer semestre, la inflación anual se ubicará muy cerca de la pauta del 29% que el gobierno había establecido para todo el año.
Las rondas paritarias celebradas hasta el momento pautaron incrementos anuales de entre el 30% y el 37%, que a todas luces ya han quedado “descalzados” respecto al avance de los precios. En pocas palabras, tras el derrumbe del salario real registrado en 2018 y 2019, que promedió el 30% y en muchos casos llegó al 50%, y salvo que exista una reapertura extraordinaria de paritarias sobre el final del año, el bolsillo de los asalariados volverá a ser la variable de ajuste en 2021.
Paradójicamente, quienes esta semana y desde el pragmatismo marcaron la cancha de las ideas en relación a la puja salarial, fueron nada menos que Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. Sendos conductores de la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados, avalaron un incremento del 40% para los trabajadores legislativos, dando por tierra con la estrategia oficial de sostener a capa y espada la pauta del 29% estipulada por Guzmán. Indefectiblemente las paritarias que aún no se cerraron tomarán como parámetro el acuerdo de los trabajadores legislativos.
Una lectura sutil, permite advertir la bajada de línea hacia el interior del oficialismo: un gobierno justicialista debe poner por delante el poder adquisitivo de los trabajadores.
Bastó apenas la declaración conjunta de un puñado de personajes públicos sugiriendo la suspensión de los pagos a los organismos multilaterales, para que Domingo Cavallo regresara del ostracismo.
Las casualidades no existen. El ex Ministro sigue siendo el máximo representante en nuestras tierras de los intereses y las ideas que encarna el Fondo Monetario Internacional. Cultor del neoliberalismo extremo, supo ser el aplicado brazo ejecutor local de las recetas del Consenso de Washington, mérito que tanto la ortodoxia argenta como la banca internacional y los intereses económicos extranjeros a los que siempre representó y todavía hoy defiende, aún le reconocen.
Cavallo sigue siendo el de siempre. El de la apertura irracional e indiscriminada del mercado de capitales y del comercio exterior. El de la flexibilización laboral. El de las privatizaciones a precio de oferta. El del desmantelamiento y la destrucción de la industria nacional. El del desempleo al 25%. El creador del corralito. El que aun hoy, reivindica todas y cada una de sus tristemente célebres medidas y “reformas”.
La reaparición del ex Ministro Domingo Cavallo, fue esta semana el catalizador de un debate ideológico latente en el ámbito público argento.
Desde ese lugar se posiciona para invitar a Vallejos al debate público. También para elogiar la racionalidad fiscal de Martín Guzmán.
No fueron pocos los que se sorprendieron sobre el fin de semana con otro de los posteos en el blog de Cavallo, en el cual valora el “ajuste fiscal de raíz inflacionaria” que lleva adelante Guzmán, destacando que “entre enero y abril, el déficit fue apenas el 12% de lo presupuestado” y que la racionalidad fiscal “le daría (a Guzmán) un importante argumento en la negociación con el FMI”.
Zorro viejo, sabe Cavallo donde pegar para que duela. Traer a Guzmán de su lado de la disputa ideológica, inmediatamente coloca al actual Ministro en la vereda de enfrente respecto a gran parte del núcleo duro del oficialismo. Los elogios de Cavallo a Guzmán, operan como combustible sobre las llamas de la disputa ideológica interna que desde hace tiempo atraviesa a la coalición de gobierno.
La discusión acerca de la campaña de vacunación en Argentina, es lo más parecido que conocemos en estas costas a la posverdad. Ese estadío en el que las pruebas fácticas carecen de importancia, y las meras opiniones o sentencias ideológicas se convierten en la verdad revelada.
Es la única forma de comprender ciertas afirmaciones, apelaciones, omisiones, e incluso información virtualmente falsa.
Lejos quedó aquella acusación de fines de 2020 cuando sectores representados por airadas Elisa Carrió o Patricia Bullrich catalogaban la vacuna Sputnik V como un “plan de envenenamiento pergeñado entre Cristina Fernández y Vladimir Putin”. Solo un par de meses después, la acusación mutó en reclamo por la escases de vacunas. Aquello que era nocivo ahora falta, en boca de los mismos voceros, que sin despeinarse ni dar explicaciones, trasladan su discurso de un extremo al otro.
Poco ayudó al gobierno el “vacuna gate” de febrero. Los privilegios para los amigos del poder en un clima social, económico y sanitario tan delicado, siguen siendo un lastre político, y el principal argumento de la oposición. Un costo que Alberto Fernández se apuró a saldar, mostrando la puerta de salida al ex Ministro de Salud Gines González García, uno de los alfiles del gobierno y hombre histórico del kirchnerismo.
No obstante, la tribunera consigna del “se robaron las vacunas” queda opacada por el registro de los sitios especializados datosmacro.com y OurWorldInData, que muestran a la Argentina en el puesto 21º en cuanto a la cantidad de dosis aplicadas en todo el mundo. Un mundo de 193 países. Mal que le pese a los detractores de la campaña local de vacunación, Argentina se encuentra en el lote del 10% de los países con mayor cantidad de vacunas aplicadas a nivel global. No solo ello, la aprobación del Instituto Gamaleya para el inicio de la producción de la vacuna rusa en nuestro país, coloca a la Argentina en el selecto club de los 13 países que fabrican vacunas contra el Covid en todo el mundo.
El recurrente y empalagoso reclamo de parte de los dirigentes de la oposición y de buena parte del periodismo especializado respecto al caído contrato con el laboratorio Pfizer, asignando solo al fracaso de dicha negociación la escases de vacunas, se da de bruces con la realidad. La escasez de vacunas es un mal que se padece a escala global. Sin embargo, con el embarque que aterrizó en Ezeiza el último jueves, Argentina recibió casi 3 millones de vacunas en solo una semana y ya acumula 18 millones de dosis en territorio nacional.
La fijación que se exhibe desde ciertos sectores respecto a Pfizer, da lugar a suponer que tales sectores no son más que un engranaje necesario del lobby corporativo del laboratorio estadounidense. Se insiste en que “Argentina perdió 14 millones de dósis de Pfizer que le correspondían por el sistema Covax”. Pero fue la propia organización Covax la que esta semana derrumbó el argumento, cuando dió a conocer que según sus propios registros, Pfizer ha entregado apenas poco más de un millón de dósis por el sistema Covax en todo el mundo en lo que va de la pandemia.
Tal vez las razones deban buscarse también en el baúl de las ideas. Quizá el rechazo a la Sputnik V y a la Sinopharm, y el ensalzamiento permanente de Pfizer, tenga también raíz ideológica. Un dato que llega cruzando el océano, sirva quizá como botón de muestra. Comenzó a regir desde esta semana el “pasaporte sanitario” en el bloque europeo. Quienes deseen ingresar a los países miembros de la Unión Europea deben exhibir el certificado de vacunación. Las vacunas aprobadas por el bloque son las fabricadas por los laboratorios Pfizer, Moderna, Oxford/AstraZeneca y Johnson & Johnson. Fuera de la lista quedaron Sputnik V y Sinopharm. Todo un mensaje en clave ideológica: ni estatales ni comunistas, en Europa solo circulan los vacunados con antígenos fabricados por privados y capitalistas.
Cierta parte del circo político vernáculo, suspira embelesado añorando ser “como los países serios”.
Datos
- 2.966.750
- La cantidad de vacunas que arribaron al país durante la última semana. En total ya arribaron 18.450.150 dosis.
- 22%
- La porción de la población en Argentina, que ya fue vacunada con al menos una dósis.
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