De Mar del Plata a Neuquén apostó por un amor de la adolescencia y ahora viaja feliz por la Patagonia

Fernanda se reencontró con José Luis después de 35 años y con un sueño en común: vivir viajando.

María Fernanda, tenía 15 años y vivía en Mar del Plata cuando conoció a José Luis, su primer novio, un neuquino que vacacionaba todos los veranos en la costa atlántica. En esas épocas, ella fantaseaba con vivir en la Patagonia, un anhelo que él siempre apoyó. Sin embargo, al crecer se separaron y la vida los llevó por diferentes caminos. Lo que no sabían era que 35 años después se reencontrarían para cumplir un sueño en común, recorrer la Patagonia y emprender el viaje más importante juntos: el de sus vidas. Para eso llamaron a su fiel compañera de aventuras Kairós, una Kangoo cuyo nombre simboliza “el tiempo de la oportunidad”.

La docente jubilada de 56 años vive en Plottier y todos los días recuerda el momento en que decidió dejar atrás la vida marplatense para construir nuevas anécdotas en la provincia que siempre tuvo un lugar en su corazón: Neuquén.

“Nací y viví toda mi vida en Mar del Plata, pero siempre me gustó muchísimo el sur. Vine de viaje con mis hijas y sola, hasta que la vida me dio un giro y replanteé venirme a vivir acá”, relató a Diario RÍO NEGRO.

Contó que hace 10 años murió su marido, un hecho significativo en su vida. Fernanda dijo que en ese entonces “jamás se le hubiera ocurrido volver a estar en pareja”. Pero los años pasaron y llegó una pandemia que la encontró en su casa, contactándose con viejos conocidos a través de las redes sociales, como muchos que buscaban cómo pasar las horas.

Un día, un mensaje llegó a su casilla de Facebook. Era José Luis, el primer novio que siempre recordó con mucho cariño. “La vida nos había llevado por distintos caminos”, comentó Fernanda. Sin embargo, todavía compartían un sueño.

“En ese momento, cuando tenía 18 años, yo había pensado en venirme a vivir al sur, pero era imposible”, narró la marplatense. Es que, además de ser joven, tenía “una familia muy conservadora y ni siquiera había terminado el magisterio”, contó.

El reencuentro virtual, que duró más de un año, los encontró igual que antes, pero con más posibilidades de concretar proyectos. José Luis la invitó a un viaje a la cordillera, donde por primera vez se reencontrarían cara a cara y renacería un amor inimaginable.

José Luis y Fernanda bautizaron a la camioneta «Kairós». Foto: Cecilia Maletti.

“Volvimos a encontrarnos para los viajes, hicimos el primero juntos a San Martín de los Andes”, detalló la mujer. Al año siguiente fueron al norte de Neuquén y Fernanda comenzó a tramitar su jubilación, un paso importante en su vida que le habría muchas incógnitas en cuanto al futuro. “¿Qué hago?”, se preguntaba la docente que aún vivía en Mar del Plata.

“Venite a vivir a Neuquén”, le dijo José Luis sin pensarlo. Una propuesta innegable para la mujer que aún tenía latente el sueño de su juventud. Fue así como Fernanda se hizo “neuquina por adopción”. “Descubrí que mi lugar en el mundo seguía siendo este”, garantizó.

No fue tan fácil porque debían hablarlo con sus familias, pero sí fue muy rápido. “Me jubilé el primero de mayo del año pasado y el 7 ya estaba viviendo acá”, dijo. Era soltar la vida que creó en Mar del Plata. Dejar a sus hijas “fue un shock”, aseguró. “Pero entendieron que era la oportunidad que me daba la vida de volver a armarme y preocuparme por mí”, apalabró.

Así fue como sentó raíces en la capital neuquina. En pareja con José Luis armaron la camioneta que sería su compañera de viajes, “kairós”, que significa “el tiempo de la oportunidad”, en griego.


Kairós y la aventura de sus vidas


La convivencia comenzó y trajo muchas tareas para preparar a Kairós. “La lijamos y pintamos con José Luis, que hace el trabajo más duro de transformar esa Kangoo en una casita con ruedas”, contó Fernanda.

En los últimos días de noviembre del año pasado comenzaron a recorrer la Ruta 40. “Salimos de Neuquén capital y llegamos hasta Cabo Vírgenes en Río Gallegos, después volvimos por la Ruta 3 a casa”, contó.

Juntos transforman a Kairos en su compañera de rutas. Foto: Cecilia Maletti.

Durante sus viajes, la compañía y el deseo de estar juntos se fueron fortaleciendo y fue en este año cuando decidieron invertir en una casa en Plottier, que sería la de ambos. “Compartimos ideales, compartimos rutas y ahora también un proyecto de vida”, expresó Fernanda.

Actualmente, esperan que llegue la jubilación de José Luis, que será en unos años. El objetivo es recorrer la Ruta 40 hacia el norte. “Es bastante complejo llegar hasta donde termina, pero lo queremos intentar, si no iremos hacia el sur”, comentó la jubilada.

La próxima aventura llegará en estas vacaciones de verano, aunque no tienen un plan fijo. “Queremos salir y que el camino nos lleve a donde nos lleve”, expresó.

“Hice un cambio de vida que deseaba desde hace mucho tiempo y nunca imagine que se podría concretar”, manifestó. “Esperamos subirnos a la ruta y darle marcha a los viajes, hacer eso mientras nos dé la cuerda”, agregó.

“Es como que se nos llena el alma”, exteriorizó acerca de subirse a la ruta y emprender una aventura. “Encontrar un lugar donde instalarnos o donde pasar la noche, donde hacer fuego y qué vamos a comer, es algo inigualable para nosotros”.

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