Hilda Herrera, una sembradora apasionada
La pianista peleó por su lugar y por el reconocimiento de la música popular dentro de los ámbitos académicos. Con un grupo de pianistas brindará un seminario y un concierto en el IUPA.
Sin dudas, Hilda Herrera es una mujer excepcional. Comenzó con su formación de pianista clásica en su natal Capilla del Monte, Córdoba, fue nutriéndose de ritmos y melodías folclóricas que la marcaron definitivamente. Los instrumentos criollos, la percusión y la voz humana, el alma de la música popular, fueron y son el sustento de su musicalidad, creando en el piano una paleta sonora de excepcional riqueza. Del jueves 18 al viernes 19 la pianista estará en el Instituto Universitario Patagónico de Artes junto a Sebastián Gangi, Lisandro Baum, Liliana Campo y Nicolás Muller, del Cimap, Creadores e Intérpretes de la Música Argentina en Piano, que Hilda formó en 2002 y nuclea a jóvenes pianistas dedicados a folclore y tango.
“Acá en la Argentina, cuando yo estudiaba y hasta hace pocos años, digamos veinte, porque estuve trabajando en el Manuel de Falla (Conservatorio Superior en el que creó y dirige la cátedra de Interpretación en Piano de Tango y Folclore), existía la veda para trabajar en música popular. A los profesores, además, no les interesaba y muchos de ellos mostraban una actitud bastante peyorativa, de desdén hacia su valor. Por esa razón, viajamos y hago asistencia técnica. En las provincias, aun cuando son tan ricas en este género, en los conservatorios tampoco ven a fondo lo folclórico”, consideró.
“Hay varios caminos para llegar a ello, porque se relaciona mucho con lo social, con lo político”, comienza Herrera a desmenuzar su análisis. “Siempre fue así… Yo soy de Córdoba y a poco de arribar a Buenos Aires me preguntaban ¿dónde había estudiado? Me miraban como diciendo, pobre, ¡qué sabrá! El que no había estudiado en el Nacional, en el Municipal o en el Provincial era mirado con cierto menosprecio. El primer fundamento es el amor hacia lo propio, ¡nada más! Si hice esta carrera es porque, dentro de lo poco que conocía cuando adolescente, era una música que me llegaba, me conmovía. La cosa iba por lo afectivo, hacia lo que sentía mío”.
Habla con tal tono y convicción que no deja lugar a reparos. “Eso no se puede enseñar. Se siente o no. Ahora es más fácil porque los medios son tan abiertos que se puede escuchar lo que quiera y donde quiera. No era así en mi juventud. Para conseguir discos tenía que ir a Córdoba Capital porque a mi pueblo no llegaban. También se dimensionan como pocas las posibilidades de desarrollo con la música popular”.
P- Mostrar las obras ayuda a sembrar ese amor.
R- Es lo que he hecho toda la vida. Siempre he tratado de contagiar mi entusiasmo y mi admiración hacia los ritmos folclóricos. Por mi temperamento, he sido una persona muy… (Sonríe). No sé cuál sería la palabra. Me dicen que soy demasiado explosiva o apasionada por lo que hago y hasta fanática. De lo contrario es muy difícil hacer algo.
P- También tuvo maestros o compañeros de ruta que le mostraron otros caminos.
R- Hubo dos que influyeron fuertemente en mí, Adolfo Ávalos, el primer piano que yo escuché de este género, y Yupanqui. Los demás, más o menos de mi generación o un poco más grandes, tenían mi mismo entusiasmo. Pianistas muy pocos, uno grande fue Edgar Tucho Spinassi, pareja mía e íntimo amigo de Adolfo. Para mí, fue determinante. Yo ya tocaba cosas de Ábalos cuando conocí a Tucho, que me pasaba líneas melódicas suyas por carta. Ellos estaban en Bueno Aires y yo en Capilla. El país es muy grande y no había mails, videos por internet. Por eso me costó mucho más hacer todo. Lo hice con tanta pasión, con tanta seguridad, era lo que quería hacer… Y no me parece un camino difícil. Sí lo fue, que me aceptaran como pianista. Después que me conocieran en París, recién ahí grabé, porque acá no pude. Me conocían como compositora… Tiene que ver con una postura de la Argentina que siempre mira para afuera.
Por suerte, estoy ahora trabajando con jóvenes que tienen el mismo fervor que yo, por el piano y nuestra música. Al IUPA, más que a mostrar, vamos a trabajar con clases muy activas, veremos qué se está haciendo, escucharemos qué tocan, y abriremos el enorme repertorio que tenemos, cinco libros de partituras con temas populares y otros de autor, representativos de cada región, para que conozcan y busquen, sobre todo.
P- ¿Encuentra avidez en los alumnos?
R- Total. Hay algunos que vienen a ver las posibilidades que puede darle como intérprete. Los que se acercan nada más por curiosidad, miran un poco y ya está. El que queda prendido por el valor de esto, afectiva e intelectualmente, que lo ven como un medio posible para buscar su identidad.
P- Su lenguaje.
R- Sí, esos realmente trabajan. El enganche es muy personal. Por eso hablo de los afectos, de querer lo que uno aprecia como expresión propia. Y los que están trabajando conmigo, lo sienten. Por supuesto que no me copian, lo han entendido desde su punto de vista y formación musical académica. Son profesores egresados de conservatorios con todos los títulos y tienen arriba de treinta, algunos empezaron conmigo hace doce años. Hay que ser bastante valiente para meterse en la trayectoria pianística, tanto en música popular como en la clásica. Si no sos número uno, la carrera se va complicando económicamente, si querés vivir como pianista solista.
P- Requiere mucho trabajo y pasión.
R- Si lo sabré, aparte a mí me costó diez veces más por ser mujer. ¡Me he aguantado cada cosa! Uno de los primeros grandes elogios que me hicieron en una oportunidad, un señor muy compuesto, fue: qué maravilla, usted toca como un hombre… Primero fue como si me diera una cachetada, un choque, como que la mujer es incapaz de hacer música popular bien. Lo viví muchísimo y lo sufrí, me costó lágrimas…
“Hay que ser bastante valiente para meterse en la trayectoria pianística, tanto en música popular como clásica. Si no sos número uno, la carrera se complica económicamente”,
evaluó la compositora e intérprete.
Perfil
Hilda Herrera (20/10/33) ha trabajado musicalmente obras de grandes poetas y amigos como Antonio Nella Castro, Griselda Gambaro o Atahualpa Yupanqui, a quien conoció a los 19 años. Para muestra, basta oírla en su compacto “Yupanqui en piano” (2000).
Como intérprete y docente recorrió el país y el exterior mostrando nuestras sonoridades populares y formando músicos.
El seminario “Panorama de la música argentina a través del piano” se dictará, gratis, en el IUPA el 18 y el 19, a cargo de Hilda Herrera, Sebastián Gangi, Liliana Campo, Lisandro Baum. Además ofrecerán un concierto gratuito el viernes 19 a las 20, en el Aula Mayor del IUPA.
Datos
- “Hay que ser bastante valiente para meterse en la trayectoria pianística, tanto en música popular como clásica. Si no sos número uno, la carrera se complica económicamente”,
- El seminario “Panorama de la música argentina a través del piano” se dictará, gratis, en el IUPA el 18 y el 19, a cargo de Hilda Herrera, Sebastián Gangi, Liliana Campo, Lisandro Baum. Además ofrecerán un concierto gratuito el viernes 19 a las 20, en el Aula Mayor del IUPA.
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