“Hijo del campo”: un estereotipo que no es lo que parece
Encasillar, etiquetar, rotular, todos sinónimos de una misma acción reduccionista que achica el panorama y el mundo que nos rodea. Los estereotipos funcionan como un mandato social, que oprime y acota lo que somos, en una intención por controlar y ordenar a a un mundo diverso y caótico. De esto, y de nuestra idiosincracia campera, es que habla “Hijo del campo”, dirigida por el francés Adrien Vanneuville.
Luego de subir a las tablas una trilogía del ruso Antón Chéjov, la compañía Teatro Casero, de El Bolsón, pensó en acercarse a un texto “más contemporáneo y patagónico”, según cuenta Adrien, y así dieron con “Hijo del campo”, la dramaturgia escrita por el santacruceño Martín Marcou.
La obra tiene la forma de un monólogo, en la que el personaje principal es el hijo menor de un estanciero, que reune todos los furcios que atañen al campo. Perdidos en algun rincón de la meseta patagónica, este joven cuenta anécdotas de su vida en la naturaleza.
Relata como cuida a las ovejas, y cuenta sobre como es la vida para quienes trabajan la tierra y conviven con los animales. Pero también queda claro que él no es como su padre, de hecho, no se parece a nadie en su familia.
“En paralelo nos hace entender que el es la oveja negra de la familia, porque es distinto, y poco a poco va develando el porque, ese apartamiento”, explica el director.
La obra aborda de lleno y con una imagen muy reconocida por los argentinos, sobre “cuales son las consecuencias de ser diferente en una estructura patriarcal y sobre todo en ese entorno”, aclara.
Este personaje, encarnado por Darío Levin, aparece para su familia “escondido, bien atrás para que no se vea”, dice y cita un pasaje más que familiar: “el ultimo orejón del tarro”.
“A veces caemos en estereotipar al campo, cuando el campo no es una sola cosa, es diverso, hay distintas personas y formas de ver, sensibilidades”, atestigua Adrien, que lleva más de una década viviendo en el país.
“Uno se queda con la idea del gaucho, carnívoro, esa generalidad que se nos vende y que apaga y esconde a otras realidades”, nos avisa.
Un dato que no es menor: esta obra obtuvo el primer premio en la edición 29 de la Fiesta Provincial de Teatro de Río Negro, el año pasado. Además recibió una mención especial por el diseño y la iluminación. Se presentará en la Fiesta Nacional del Teatro, que finalmente, tras cancelar Rosario, se llevará adelante en la ciudad de Posadas. Transitaron un año con numerosas giras.
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