Hay cada vez más personas en situación de calle en Bariloche

Los hogares no dan abasto para alojar a todos los que no tienen un techo. La pandemia arruinó las changas y desalentó la solidaridad de los parientes por temor a los contagios. El frío es un riesgo enorme para los que buscan refugio en espacios públicos.

Poco a poco, al término del verano, comenzó a crecer la cantidad de personas en situación de calle en Bariloche. Hoy, los tres hogares que albergan a esta población están a tope y según un relevamiento que se llevó a cabo a fines de mayo, hay 19 personas viviendo en la calle o en las llamadas “ranchadas” en espacios públicos.  

Esandi, la zona del Ñireco y el centro de la ciudad son los lugares donde se han detectado estas situaciones.  

El comienzo de la pandemia marcó un antes y un después ya que se debió asistir a gran cantidad de gente. Al no dar abasto con los hogares Emaús y Betania (para mujeres), se habilitó en primer lugar, el centro cultural y comunitario Ruca Che, luego se montó un parador que aportó un pastor evangélico y finalmente, el gobierno provincial financió un hostel en el barrio Belgrano para dar refugio hasta enero de este año. 

Los operarios hacen hincapié en que la población se ha diversificado mucho en relación a lo que, tiempo atrás, era más visible: los changas en los ingresos de los supermercados. Hoy se suman otros que pasaban inadvertidos pero al no tener un lugar donde vivir, empezaron a golpear puertas.  

“Hoy, tenemos mucha gente que vive al día, que siempre está al borde”, contaron desde Emaús, al tiempo que resaltaron que ya no son solo hombres que aparecen en calle sino que abundan las consultas de mujeres y personas de diversidad sexual. 

El panorama es diverso. Gente que hacía changas para pagar una pieza donde vivir y hoy ya no la tienen. Otros a quienes sus parientes les prestaban un techo pero por temor al contagio se tuvieron que ir. Muchos que vinieron de otras provincias con promesas de trabajo que finalmente no se concretaron.  

El hogar Emaús acoge a hombres en situación de calle en Bariloche. Foto: Chino Leiva

La pandemia profundizó aún más la crítica situación social y la emergencia habitacional. Hoy hay alrededor de 40 personas entre el hogar Emaús y Cáritas, mientras que el hogar Betania cuenta con 6 mujeres.  

En Emaús, donde la edad promedio de la población supera los 50 años, no permiten nuevos ingresos debido a la pandemia. En Cáritas, la gente en situación de calle pernocta y sale durante el día. Cumple, de alguna manera, la función que tenía Emaús antes de la pandemia. 

Los operadores aclaran que la edad promedio “ya no es tan alta. Del último relevamiento que dio por resultado 19 personas durmiendo en la calle o en ranchadas o, algún hueco, surge que son bastante más jóvenes y no pueden concurrir a las instituciones porque están colapsadas. Necesitan alguna respuesta”.  

La diferencia con otras grandes ciudades es que, en Bariloche, las bajas temperaturas agravan las condiciones.  

De todos modos, aclaran que, a lo largo del último año y medio, algunas personas fueron abandonando estos dispositivos ya sea porque lograron revincularse con sus familias, o bien conseguir algún empleo y acceder a una vivienda.  

Comida y ropa seca entregan en el hogar Emaús a quienes siguen en situación de calle. Foto: Chino Leiva

Los técnicos resaltaron que Bariloche necesita con urgencia “un lugar que permita albergar a todas las personas en situación de calle y una ley provincial que contemple los derechos particulares de esta población”.  

“Voluntarios, operadores y profesionales realizan un gran trabajo de vinculación con personas en situación de calle. Se acompaña para que puedan acceder a todos los derechos que tienen y atender las problemáticas de consumo de quienes lo requieran”, manifestaron desde Emaús. Coincidieron que ahí radica “el éxito de la institución en los últimos 13 años, desde su creación”. 

“Muchas de las personas que han pasado, lograron revincularse con sus familias, acceder a una pequeña vivienda, volver a su ciudad de origen. O incluso, morir dignamente y no en la calle”, concluyeron.  


Poco a poco, al término del verano, comenzó a crecer la cantidad de personas en situación de calle en Bariloche. Hoy, los tres hogares que albergan a esta población están a tope y según un relevamiento que se llevó a cabo a fines de mayo, hay 19 personas viviendo en la calle o en las llamadas “ranchadas” en espacios públicos.  

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