Hartos de los cortes en una escuela
CIPOLLETTI (AC).- Hace más de una semana que la escuela 109 del paraje El Treinta padece numerosos inconvenientes a raíz de reiterados cortes de energía. La comunidad educativa protesta porque el suministro se vienen interrumpiendo desde el jueves de la semana pasada, varias veces al día, y que el problema “dificulta el normal desarrollo de las clases”, dijo su directora. La escuela está a 2 kilómetros del centro de Cipolletti y por ser una zona de chacras, las conexiones del servicio eléctrico son muy precarias y obsoletas. A pesar de que Edersa ha respondido a todos los llamados de la directora, Damaris Chirico, el problema continúa y “todos los días tienen que venir los operarios a solucionar el inconveniente”, comentó. “La comunidad educativa necesita un solución de fondo, no podemos enseñar en estas condiciones”, dijo una maestra. El equipo directivo ya tomó todos los recaudos necesarios para con las computadoras, impresoras y otros elementos de trabajo que funcionan con energía eléctrica. “Afortunadamente todavía no se nos quemó nada, pero es peligroso estar en estas condiciones”, manifestó preocupada Chirico.
CIPOLLETTI (AC).- Hace más de una semana que la escuela 109 del paraje El Treinta padece numerosos inconvenientes a raíz de reiterados cortes de energía. La comunidad educativa protesta porque el suministro se vienen interrumpiendo desde el jueves de la semana pasada, varias veces al día, y que el problema “dificulta el normal desarrollo de las clases”, dijo su directora. La escuela está a 2 kilómetros del centro de Cipolletti y por ser una zona de chacras, las conexiones del servicio eléctrico son muy precarias y obsoletas. A pesar de que Edersa ha respondido a todos los llamados de la directora, Damaris Chirico, el problema continúa y “todos los días tienen que venir los operarios a solucionar el inconveniente”, comentó. “La comunidad educativa necesita un solución de fondo, no podemos enseñar en estas condiciones”, dijo una maestra. El equipo directivo ya tomó todos los recaudos necesarios para con las computadoras, impresoras y otros elementos de trabajo que funcionan con energía eléctrica. “Afortunadamente todavía no se nos quemó nada, pero es peligroso estar en estas condiciones”, manifestó preocupada Chirico.
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