Hacia la privatización del poder
Por Aleardo F. Laría
Hace pocos días, en una declaración pública, el Comité Federal del radicalismo caracterizaba al sistema de convertibilidad como "una trampa de la que no es posible salir". ¿Cuál es exactamente el alcance de esta metáfora? ¿Cómo aceptar, sin intranquilizarse, que en un sistema democrático el partido en el gobierno acepte públicamente, en aparente actitud de resignación, que está metido en una "trampa" y que no obstante nada puede hacer para salir de ella? ¿Cuál es el calado político de esas ataduras? El tema, por su gravedad, merece alguna reflexión.
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