Hacen pizzas desde hace 52 años en Neuquén
Jorge Hernández es el dueño de la pizzería más antigua de la capital neuquina. Todo un personaje. Mirálo también en el video.
Irresistibles.
Sin secretos y con mucho trabajo, este templo de la pizza, es un éxito que se propaga a lo largo del tiempo. Buenos productos y una historia maravillosa hacen de este proyecto familiar una de las cocinas más ricas de este tipo de comida en la zona.
La rutina de la pizza en Horacito es como un mantra. El día arranca temprano y el ritual de preparar una de las comidas más tradicionales del mundo se hace metódicamente desde hace 52 años, edad que tiene la pizzería más antigua de Neuquén.
Arrancaron en 1966 luego de alguna anterior experiencia fugaz en Centenario con otra pizzería llamada “Las Palmeras” cuando en esa época Jorge Hernández, quien venía de trabajar desde muy chico en panadería decidió arrancar con el negocio. Al principio no pasaba nada y muchas veces terminaban regalando la producción. En la panificación también se hacían facturas.
Luego se mudaron de ciudad y recalaron en la calle Perito Moreno, ahí arranca la historia de Horacito, que le debe su nombre, puesto de apuro, a uno de los hijo de Jorge.
En la década del 70 comienza a tomar intensidad el trabajo en la esquina de Chile y Don Bosco y finalmente en 1981 Hernández y flia se mudan al sitio donde están en la actualidad, Félix San Martin 644.
La pizzeria es un templo. Mitad cantina de barrio, mitad local familiar. La decoración para quien no conoce se caracteriza por el back up del Club Atlético Boca Juniors colgado de las paredes. Posters y fotos de toda la historia de boca. De jugadores gloriosos y de formaciones inolvidables. Maradona, Riquelme y los momentos felices.
La pizza de Horacito es de molde. Remite y quizá es de las pocas que se acercan a la gloriosa pizza porteña. No hay secretos, me lo cuenta la misma mañana Jorge y sus hijos Horacio y Claudio Hernández.
Históricamente la pizzeria tuvo 6 variedades, hoy tienen alrededor de 18. Siguen sin hacer delivery porque afirman que la pizza en moto llega desarmada, quizá en el futuro vean la forma de garantizar un transporte acorde en un vehículo acorde, pero por el momento la clientela no sufre ni se desgasta en acercarse a comprar la gloriosa pizza de Horacito.
Según Horacio, la pizza del local se trabaja en un tiempo sustancial: “es un tema sencillo , no apuramos los procesos, hace 50 años que sale igual. Parte del secreto es eso. La pizza que más sale hoy es la fugazzeta y la especial, ahora sacamos una nueva que es la “Horacito” con una base de queso cremoso, una capa de queso provolone más una capa de panceta ahumada con aceitunas”.
Claudio cuenta cómo fue su primera pizza y como aprendió a cocinarlas: “obviamente con mi papá, desde chicos siempre escuchábamos a la mañana tempranito como funcionaba la amasadora y todos los ruiditos que tienen que ver con el armado de la pizza. Eso lo fui aprendiendo de chiquito con mi papá y mi mamá y recuerdo que la primer pizza fue una experiencia no muy buena, porque mi viejo estaba internado, tuvimos el negocio cerrado una semana hasta que en algún momento dijimos que teníamos que comenzar a trabajar nuevamente. Como todo lo relacionado a la masa y el amasado lo hacía mi viejo solo y nosotros colaboramos con el resto de las cosas. A la hora de amasar sabíamos lo que teníamos que hacer, pero no teníamos la experiencia así que un día decidimos venir y arrancar con la primera amasada y salieron algo de 50 pizzas y ahí arrancó la primera pizza”.
Horacito tiene variedades como: “Completa, especial, jamón y queso, muzzarella, fugazza, fugazzeta, canchera, napolitana, roquefort, 4 quesos, provolone, palmitos, fugazzeta rellena, mixta, horacito y calabresa”.
Por las noches explota de gente que espera a que salga su pedido.
Jorge padre de la criatura y quien ha visto todo desde el inicio y trabajado muchísimo, me charla desde la vereda sobre el primer día de la pizzería y con una mirada profunda describe la pizza perfecta: “El 23 de octubre del 66 en la Perito Moreno fue un día como todos, flojo, como cuando uno empieza. Hacía facturas y alguna las vendía y otras las regalaba porque ya pasan los días y no las podes tener. Hasta que la gente me empezó a conocer. Yo tengo la sensación de que a la gente le ha gustado mi producto. Empezaron los padres, luego los hijos y ahora vienen los nietos. Tengo días flojos, pero normalmente es muy parejo. La pizza perfecta tiene que tener jamón, muzzarella buena, queso bueno, aceitunas”.
Le pregunto porque es tan buena la pizza de Horacito y me responde: “debe ser por la masa porque uno le da el descanso suficiente y por el cariño. Tiene sus cositas, no es secreto pero tiene sus cositas”.
Un templo Horacito, donde encontrar una de las mejores pizzas de la patagonia.
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