Hace 15 años, rescataban a la adolescente sometida por el “Domador”
El noble lazo del hombre con el caballo se convirtió en sus manos en infierno, cuando este experimentado jinete la sometió sexual y físicamente durante 25 días. Ahora está por cumplir 60 años y prontó completará su condena. Repasamos el seguimiento periodístico del caso para recordarlo.
Contralmirante Cordero, verano de 2004. Mario Luis Pino Vinet tenía 44 años y ella 14. A pesar de diferencias evidentes como ésta y las marcas de los brutales abusos que quedaron en el cuerpo de “E.F”, como la identificó la causa, hubo quienes llegaron a validar que entre ellos hubo un “noviazgo” de meses.
El peso de esa lectura no es menor: casi desliza la posibilidad de un amor, un consentimiento previo, la huída para salvar un vínculo imposible, y por qué no, un atenuante de responsabilidad.
Hoy él está próximo a cumplir los 60 y pasa sus días con otros condenados por abuso, en un pabellón del penal de Cipolletti. Allí camina las horas, con buena conducta, esperando que llegue el sábado 13 de junio de 2020. El año que viene. Ese día el calendario le marcará el fin de su condena al “Domador”, como la historia delictiva regional lo guardó en su archivero.
Ella, pronto pisará los 30, pero hace 15 que no es la misma. Pino Vinet impactó su vida desde la jornada del 7 de febrero de 2004. La justicia comprobó el rapto, por eso se sabe que esa madrugada, “E” fue obligada a cruzar el umbral de su casa, en barrio Ferri de Cipolletti, para terminar en medio del campo. El camino terminó en el puesto conocido como “de Saez”, en manos de este agresor sexual, que la sometió sin piedad durante casi un mes.
El conocimiento que este experimentado jinete había adquirido como oficio, fue determinante para que cumpliera su cometido donde nadie lo molestara. Convirtió en moretones la rigidez del revenque, en ardor los azotes y bloqueó sus gritos de auxilio, atravesando el “freno” del caballo entre sus labios, como trascendió en los primeros testimonios. Siempre con la escopeta cerca, controlándola, manipulando como le salía, desde la agresividad.
La mujer del puestero que vivía en esa zona fue quien salvó a “E”, cuando la poca energía que le quedaba alcanzó para encontrar el momento y pedir ayuda.
Irrecuperable
No era la primera vez que la mente de Pino Vinet pergeñaba vejámenes como estos. Ya en 1995, en Río Colorado y con 34 años, sentenció a su pareja a un obligado silencio, que no lo perturbara, cosiéndole la boca con alambre.
Sin embargo, logró sortear los procesos y esperar agazapado, hasta conseguir otra víctima, sin culpa, 10 años después.
“De los disociales, apenas el 5% logra recuperarse. Estamos convencidos que si salen, van a volver a delinquir”, señaló uno de los psicólogos entrevistados por “Río Negro” en aquel tiempo.
Un grupo de profesionales estudió el caso y el de otros tres agresores de su tipo en la región, que comparten ese trastorno de personalidad: Claudio Kielmasz, Ramón Geldrés y José Antonio “El Chacal” Zapata.
Aún así, para los jueces que abordaron esta pesadilla en 2004, la mayoría de los cargos no pudieron comprobarse y liquidaron tanto daño con una condena de apenas 8 meses.
Fue tres años y nueve meses después, cuando dudaron del testimonio de “E”, tiñiéndolo de una supuesta debilidad mental, que la llevaba a dichos “erráticos” y “contradictorios”. Le hicieron revivir todos esos recuerdos, cuando pudo salir del hospital de Cipolletti, para que no sirviera de nada. Daniel Drake, Álvaro Meynet y Jorge Bosch integraron ese tribunal.
Descubierto en sus tormentos, tanto en Río Colorado como en Cordero, Pino Vinet reaccionó huyendo con lo que sabía, a campo traviesa. “Paseó” a la policía por donde quiso hasta que lo atraparon. O él se dejaba encontrar.
“De los disociales, apenas el 5% logra recuperarse. Estamos convencidos que si salen, van a volver a delinquir”
Aseguró el psicólogo que estudió este caso y otros similares en la región.
Desnutrido, en 2007 cayó en el hospital Castro Rendón de Neuquén, donde se identificó con el nombre de su hermano para hacerse atender, hasta que llamó la atención y lo descubrieron.
La nueva condena por el daño que generó en “E” le llegó en noviembre de 2008 y fue confirmada en 2010. 13 años le aplicaron, cifra que se amplió a 21 al unificarla con sus antecedentes y que lo retiene hasta hoy tras las rejas.
Estos últimos años, cansado de tanto deambular quizás, no volvió a fugarse. Sus últimos roces con la libertad los tuvo, pulsera electrónica y custodia de por medio, viajando hasta la casa de su madre, en Plottier. Desde Roca primero y desde Cipolletti después.
Cuando todo era desesperación, ella fue quien lo convenció de entregarse, luego de quedar acorralado en una isla en Chelforó. Ella y su hermano fueron los que sostuvieron el contacto fuera del penal, a pesar de todo, hasta que el hombre murió de una afección cardíaca y la mujer quedó postrada por su edad avanzada.
Sin embargo, ese beneficio tampoco prosperó, cuando lo denunciaron por golpear a su novia, también en Plottier. Los informes lo calificaron después con conducta 10 y concepto 7, pero hoy el sello de reincidente pesa sobre él, achicando su expectativa a que llegue el 2020.
La ataba “como a un animal”
“Él nos arruinó la vida”, dijo el padre de “E” cuando “Río Negro” lo entrevistó durante el juicio.
“Fueron un calvario para ella esos 25 días. Cuando yo la encontré después de haber estado con esa persona, ella estaba de la peor manera, toda golpeada, sus piernas marcadas por los azotes… la ataba como a un animal. Para mí fue el dolor más grande”, reconoció ese hombre, desde la impotencia de no poder volver el tiempo atrás.
“Salió de los Tribunales llorando”,
contó el padre de la adolescente.
Molesto por quienes dudaron de su hija, recalcó que “nadie le vino a inventar una denuncia” a Pino Vinet. Y para quienes desconfiaban, recordó la gravedad de la sucesión de actos que debió sufrir la chica, hasta que fue asistida. “Él se llevó a una menor, la violó, la ató, la pasó de hambre”, reclamó.
De audiencia en audiencia, la adolescente no pudo sobrellevar el terror que Pino Vinet le generaba. Cuando le tocó hablar, creyó que él no iba a estar en el recinto, pero tuvo que declarar de todos modos, delante suyo. Salió de los Tribunales llorando. La denominada “cámara Gesell” se empezó a aplicar tiempo después.
En su vida cotidiana, ver a alguien a caballo le quitaba el habla. Transcurridos los años, hasta para la Fiscalía de Ejecución fue imposible volver a encontrarla e informarle las novedades del expediente. Sus motivos tendría.
Datos
- 21 años
- de prisión recibió, cuando le unificaron el castigo por varios delitos. Termina de cumplirlos el 13 de junio de 2020.
A futuro
Por ley, seis meses antes de cumplir su condena Mario Luis Pino Vinet puede aspirar a conseguir la libertad asistida.
“Podría hacerlo, acompañado desde el Instituto de Presos y Liberados”, explicaron desde el área de Comunicación de la Justicia, en su delegación de la ciudad de Cipolletti.
Trastorno disocial, el común denominador con otros casos
Cuando “Río Negro” accedió en 2014 a los informes psicológicos de Mario Luis Pino Vinet y otros casos policiales similares, se supo que compartían la misma patología con varios agresores de la región: el trastorno disocial de la personalidad.
En esa lista, junto a él, aparecieron perfiles como el de Claudio Kielmasz, Ramón Geldrés y José Antonio “El Chacal” Zapata.
Los caracterizaron como “seres fríos, que no sienten empatía por los demás, no sufren remordimientos y las normas son sólo palabras y texto escrito a su manera de entender”.
“Geldres y Pino Vinet son manipuladores desde la agresividad, y Kielmasz desde la inteligencia”, explicaron.
Hasta ese momento, la ciencia no había podido desentrañar si este trastorno viene en la cadena genética o se forma desde la primera infancia.
Cronología del caso
Marzo 2004: Vinet ya se encontraba prófugo y testigos lo vieron con una menor.
4 de Marzo 2004: Se conoció el sometimiento que sufría la adolescente.
Año 2006: Pino Vinet fue apresado en Plottier y permaneció detenido hasta que se fugó.
10 de Abril 2007: El Domador es recapturado en Neuquén Capital, cuando cayó al hospital Castro Rendón usando el nombre de su hermano.
Noviembre de 2007: Lo condenan a ocho meses de prisión.
15 de Julio de 2008: El STJ anula la sentencia de la Cámara Primera de Cipolletti.
18 de Octubre de 2008: Anuncian el nuevo juicio para revisar la primera condena.
29 de Noviembre de 2008: Lo condenan a 13 años por rapto, abuso continuado, lesiones y privación ilegítima de la libertad. Dudan sobre cómo la joven salió de su hogar, si por violencia o “seducción”.
3 de Julio de 2010: Ratifican la condena tras rechazar un recurso de queja.
6 de Noviembre de 2013: Le suspenden las salidas transitorias por golpear a su novia en Plottier.
19 de Febrero de 2015: Volvió a recibir salidas transitorias, hoy suspendidas por ser un detenido reincidente.
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