«Hablale a la mano»: se supo de qué se acusa al juez del escándalo en el híper

El juez Piedrabuena negó las acusaciones. La fiscalía le atribuye insultos al cajero y a los policías. También la esposa fue comprometida. La comparación con la dictadura que le mereció un reproche de la jueza.

«Cuando el policía Vilurón se acercó a Piedrabuena y le dijo que no insultara al cajero, el juez levantó la palma de su mano y le contestó: «hablale a la mano, boludo. Cerrá el orto, no sabés con quién te estás metiendo».

Así lo expresó la fiscal Silvia Moreira al formularle cargos al juez Diego Piedrabuena, por los incidentes que protagonizó en el hipermercado el 12 de diciembre pasado.

También reveló que la esposa del juez, Noemí Geldres, mordió a una mujer policía y le provocó un hematoma de 5 centímetros de diámetro. Además trató de clavarle una birome, mientras procuraba evitar que se llevaran esposado a su marido.

Los incidentes comenzaron cuando el cajero le pidió que se aleje para cumplir con el protocolo, dijo la fiscal, y Piedrabuena lo insultó. Enojado, dejó toda la compra en la cinta y se fue.

Cuando quisieron demorarlo, les gritó a los policías que era juez, que no sabían con quién se estaban metiendo y que iban a perder su trabajo.

La acusación fue sostenida en los videos del hipermercado y las declaraciones de comerciantes y empleados.

Piedrabuena pasa por la caja del hiper. (Foto del video)

Los cargos fueron negados por Piedrabuena y su abogado Francisco Oneto. Respecto de que el juez intimidó a los policías que lo detuvieron, el defensor expresó: «Un loquito gritando soy juez no intimida a nadie. Hasta ese momento, eso era Piedrabuena. Esto pasó porque pensaban que Piedrabuena era un pordiosero. El perfil de Piedrabuena no es el de un juez. El medio no era idóneo para causar intimidación, y de hecho no la produjo».

Oneto también cuestionó la facultad de la policía para detener personas, y citó un precedente trágico: la desaparición de Iván Torres en Chubut.

Criticó a los testigos, dijo que los policías armaron pruebas y mintieron porque «creyeron que Piedrabuena era un negrito, pero les salió mal».

Como si se tratara del juicio oral, Oneto intentó responder detalle por detalle la acusación de la fiscalía. Pidió que se desista de la formulación de cargos porque «no es típica la conducta, no hay elementos para demostrar que Piedrabuena es autor». Solicitó además que se aparte a la querella.

La defensora pública Laura Giuliani, quien asumió ayer en representación de Noemí Geldres, también se opuso a la formulación de cargos.

Dijo que «como mujer, puedo ver a una mujer que defendió a su esposo de una agresión ilegítima».

Oneto y Giuliani hicieron hincapié en que Piedrabuena estaba recién operado. El defensor fue más específico y dijo que había sido una intervención «en los genitales».

La fiscal Moreira, en respuesta, dijo que la audiencia no fue convocada para debatir sobre la prueba. «Si quieren, hacemos un juicio directo. Esta es una formulación de cargos».

Finalmente la jueza Patricia Lupica Cristo tuvo por formulados los cargos, aceptó a Nahuel Urra como querellante y fijó un plazo de investigación de dos meses. La fiscalía había pedido 4 meses y la defensa de Piedrabuena 15 días.


El cambio de estrategia


Varios hechos significativos sucedieron en la audiencia de hoy. Piedrabuena cambió de estrategia: después de ausentarse en la primera audiencia y de retirarse en la última, hoy estuvo desde el comienzo y de manera presencial, en la sala 12 de la Ciudad Judicial.

Más llamativo aún, se quedó a escuchar la formulación de cargos, algo que trató de evitar en las 4 audiencias anteriores.

¿Habrán pesado los pedidos de Jurado de Enjuiciamiento en su contra? ¿O la suspensión de hecho que le impuso el Tribunal Superior de Justicia, al desafectarlo del trabajo en la feria?

La esposa, Noemí Geldres, cambió de abogada y casi ni apareció por la sala de Zoom. Se cuidó de volver al protagonismo de otras veces.

Tampoco pasó inadvertido que el fiscal jefe Maximiliano Breide Obeid no estuvo al frente de la acusación, y ni siquiera se conectó. Lo reemplazó la fiscal del caso Silvia Moreira, quien regresó de su licencia.

Contra Breide Obeid, el juez Piedrabuena presentó un pedido de juicio político.


Comparación fuera de lugar


Al final de la audiencia, la jueza Lupica Cristo expresó su desagrado con una frase del abogado Oneto sobre el 24 de marzo del 1976. «Me parece que no tiene ninguna relación con lo que se está trayendo aquí y constituye una falta de respeto a las víctimas de los delitos de lesa humanidad, tratar de traer un parangón o comparación», dijo.

Oneto no se retractó y fue por más: «yo dije que el 24 de marzo del 76 las fuerzas armadas y los policías se ampararon en su condición de tal para cometer delitos. Acá está pasando lo mismo. Lo digo y lo confirmo y me hago cargo de las consecuencias».


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