Guillermo Cides hace “música honesta”

El músico llega con su “Gira Silenciosa Stick Tour” a la región. El stickista busca igualar al público en la emoción con sus temas y los covers que interpreta junto a sus amigos.

Tal vez para hablar de la propuesta que traerá Guillermo Cides a la región como parte de su “Gira Silenciosa Stick Tour” a partir de hoy, sea conveniente explicar antes que el stick es un instrumento eléctrico que inventó el luthier californiano Emmett Chapman a finales de los 60, que tiene diez cuerdas en una mezcla entre bajo y guitarra; que, como se ejecuta presionando las cuerdas sobre el diapasón, permite interpretar bajos, acordes y melodías de forma simultánea.

Para este músico nacido en Córdoba y “vivido” en Olavarría, quien estudió medicina en La Plata y luego se fue a Buenos Aires “a tocar música”, comenzó allí “toda la aventura con el stick”. Recuerda, en un intercambio digital con “Río Negro”, que es en realidad autodidacta, “pues hace 20 años no había escuela o instructores de stick en la Argentina. Por esta razón, fundé años después el primer Círculo de Stickistas de Argentina, haciendo los primeros conciertos con el Ensamble de Stickistas. De alguna manera nuestro trabajo fue pionero aquí”, destaca.

“Con los años y gracias a los viajes que me ofreció la música, hice el mismo trabajo en España. Vivo en Barcelona desde hace varios y regreso ahora la Argentina para hacer giras como la de este año”.

–Dijiste por estos días algo relacionado con el “desencanto” y un “renovar la apuesta” por la música. ¿Cómo es eso?

–Como un artista que ha hecho un trabajo independiente durante 20 años, vi de cerca el verdadero negocio de la música. Si miran bien, la música está en todas partes, más de lo que pareciera. Sin embargo, este arte que es supuestamente un arte “personal” e íntimo del músico, se transforma de pronto en algo grotesco sin escrúpulos, donde el éxito y el dinero se sobreponen a la música. Esta situación es propiciada no solo por personas ajenas al concepto de la música, sino también por los propios músicos. Por estas razones –cansancio básicamente– dejé de hacer conciertos durante un tiempo. Y por razones opuestas, volví a los escenarios donde el requisito obligado es simple: música honesta hecha con amigos –los músicos que me acompañan– y una gira artesanal que está siendo un éxito: 35 conciertos organizados por personas particulares que quieren traer a sus ciudades a artistas que no llegan por las vías oficiales.

–¿Quiénes te acompañan en la gira?

–El baterista Alex Leys y los stickistas Mauricio Manchon (Córdoba) y Diego Blanco (Mallorca). También se sumaron en esta gira varios stickistas de diferentes ciudades, además de músicos de distintos etilos, desde el saxofonista Oscar Kreimer hasta Antonio Birabent, junto con músicos locales que comparten esta aventura musical, como es el caso de Música Chiva en Neuquén. La energía que se genera en los conciertos es maravillosa, creo realmente que la filosofía de los músicos en escena puede transmitirse al público de manera directa.

–Sobre el repertorio, ¿se trata de composiciones propias, versiones…?

–Es difícil definir el concepto de nuestro concierto, que está basado en el stick y que es instrumental. Lo que ocurre en general es que después del concierto vienen, por ejemplo, un chico con la remera de Metallica y detrás señoras mayores, ¡todos ellos encantados con el mismo concierto! Creo que el stick no es únicamente una excusa para los músicos, sino también para el público, que se permite escuchar estilos que habitualmente no escucha. Así, aprovechamos esta excusa para tocar no sólo mis composiciones sino también versiones muy personales de Chick Corea, Bach, Piazzolla o Michael Jackson, todos ellos conviviendo en el mismo concierto. No es una demostración de un “instrumento raro”. Por el contrario: es un concierto donde la magia de la música se hace presente, no solo en su filosofía sino en su forma más antigua: la emoción de todos por igual.

–¿Cuáles son los géneros musicales que preferís tocar?

–Cualquier género que permita modificar emocionalmente al público. Como cualquier músico, mi sueño es que el estilo que toco se asocie a un trabajo artístico, más que a una etiqueta. Sin embargo, en España me incluyen siempre en lo que ellos llaman las “Nuevas Músicas”, que me parece bastante acertado.

–¿Qué sentís que te aportó el stick, pensando en lo profesional y lo personal?

–Ver mi propia ignorancia y me dio la posibilidad de intentar vencerla, al menos un poco. Los 20 años de conciertos, viajes por el mundo y la posibilidad de tocar con los artistas a los que siempre admiré fueron no sólo una oportunidad musical, sino un aprendizaje acerca de la necesidad de hacer música desde un lugar honesto, conocer mis limitaciones y a la vez reafirmarme en aquello que se hace naturalmente, que es la música.

–Armaste “círculos” de stickistas en Argentina y en España. ¿Cómo percibís que evolucionó tu recorrido artístico desde los inicios hasta la actualidad? Y en el mundo, ¿en qué momento está la interpretación del instrumento?

–Ofrecí el primer concierto de stick que se dio en la Argentina hace muchos años atrás, sin saber que era el inicio de una historia maravillosa llena de músicos, enseñanza, camaradería y conciertos. Cuando me di cuenta de que se estaba escribiendo una página más en la historia de la música argentina, entendí que debía hacerlo de manera responsable. El trabajo de los círculos de stickistas hizo “popular” el stick dentro de los músicos y aun hoy seguimos ofreciendo el apoyo de manera gratuita a los músicos (stickcenter.com). Editamos el primer compilado de stickistas que existe en el mundo (stickistas.com) y todo esto fue hecho artesanalmente.

Es una historia pequeña en realidad, pero a veces es mejor una historia humilde pero propia, antes que una historia grande pero ajena.

–¿En dónde puede encontrar tus materiales el público?

–Tengo varios discos grabados y se pueden conseguir en los conciertos de esta gira, además de nuestra web (su perfil en Facebook está a disposición también). Son discos difíciles de conseguir, pero por suerte la audiencia los comparte luego en Internet, algo con lo que estoy de acuerdo. Considerando que los discos serán en el futuro únicamente material para coleccionistas, la red permite ahora que la música vuele de un lado a otro del mundo sin intermediarios. Internet ha acabado con las discográficas y ofreció el perfecto lugar por el que los artistas independientes hemos estado luchando durante años. Nunca hay que menospreciar las nuevas ideas, a veces las cosas cambian y lo alternativo se transforma en la norma.

–¿Existen espacios en los que se puede estudiar stick?

–Actualmente ofrecemos asistencia personal o por Skype. Desde ese punto de vista, cualquiera puede acceder a la información.

De todas maneras, el stick es sólo un instrumento más que puede ser el indicado para algunos músicos – o no–. En mi caso personal, logró cambiar mi vida y darme un lenguaje personal: el maravilloso lenguaje de la música.

Cides, precursor del instrumento en el país y autodidacta, lleva más de dos décadas apasionado con estos sonidos.

PAULA GINGINS

pgingins@rionegro.com.ar


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