Grosera consagración de la impunidad en la causa Hotesur – Los Sauces
410 cajas de documentación incriminatoria se derriban de un plumazo, sin juicio oral y a horas del cambio de composición del Tribunal Oral Federal 5.
Se ha consumado la impunidad en una de las maniobras más claras y documentadas de sospecha de lavado de dinero: Hotesur y Los Sauces, propiedades de la exfamilia presidencial. El caso que más perturbaba a la vicepresidenta Cristina Kirchner, porque la tenía como acusada junto a sus hijos Máximo y Florencia.
Tal consagración se hizo de una forma bien grosera:
– sin un juicio oral que se esperaba hace tres años desde su elevación, y que hubiese permitido conocer pruebas y testimonios cuantiosos,
– y aprovechando casi el último minuto de un Tribunal Federal compuesto por un juez suplente de Justicia Legítima (cuya función vence el lunes que viene), con el concurso del voto de otro juez que ya había sobreseído a Cristina en el caso del Pacto con Irán.
Terminan a la basura años de investigación, allanamientos, peritajes y procesamientos bajo evidencias que reflejaban cómo los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández entregaron millonarios contratos de obras públicas a Lázaro Báez, cuyos fondos en parte destinó al ficticio alquiler de habitaciones de los dos hoteles entre 2008 y 2013.
En el último tramo del gobierno de Cristina, el kirchnerismo hizo lo indecible para intentar sacarse de encima el caso: buscó apartar al fallecido juez Claudio Bonadío, motor de la causa Hotesur. En 2015 el Consejo de la Magistratura, de mayoría K no pudo destituirlo en base a acusaciones de toda laya (le faltaban los dos tercios), pero sí consiguió castigarlo con la quita del 30% de su salario. Bonadío siguió investigando.
Ahora, seis años después, se encontró el resquicio justo para terminar con estas enormes piedras en el zapato.
410 cajas de documentación incriminatoria acumulada se desmoronan de un plumazo.
Y en apenas siete meses, la vicepresidenta consigue zafar de estas pesadas imputaciones, junto a dólar futuro y el pacto con Irán. Resta -sin demasiada expectativa- un recurso del fiscal ante Casación. Y la Corte, prácticamente la única esperanza para intentar remediar esta resolución vergonzosa.
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