Masivo acompañamiento de comunidades educativas de Bariloche al reclamo docente
Hubo olla popular, talleres y manifestaciones artísticas en el oeste, el centro y Dina Huapi en el primer día de paro de Unter de esta semana. insistieron que no se trata solo del salario, las condiciones edilicias y el transporte también importan.
Los reclamos que protagonizan los docentes en todo Río Negro desde el comienzo de clases, que incluyen esta semana un paro de 72 horas, recibieron un fuerte respaldo de las comunidades escolares del oeste de Bariloche que se concentraron en la rotonda de Pioneros y Ruta 82 para manifestar su solidaridad con los maestros.
Con un formato de “jornada multicultural” la actividad incluyó juegos de ingenio para los chicos, intervenciones artísticas, talleres de plástica, clases de tambores y una olla popular, para terminar con un abrazo multitudinario a la escuela primaria 123, ubicada a pocos metros.
Cientos de docentes, alumnos y también muchos padres se sumaron a la propuesta, que congregó a referentes de una decena de escuelas públicas de los tres niveles y escuelas privadas de gestión social.
“No es solo el salario. Es también el salario, porque no se puede vivir en Bariloche con lo que paga la provincia, y encima el 50% en negro. Pero las demandas que presentamos también son por la infraestructura de las escuelas, por el transporte, porque los docentes tenemos que aportar muchas veces las tizas, los marcadores, el jabón para los baños. Es por el estado desastroso del Ipross”, enumeró el profesor de la ESRN 123 Aldo Neñer.
La participación de numerosos padres fue muy valorada por los docentes, quienes saben que el éxito de la protesta se juega en buena medida en la actitud que asuma ese colectivo. En la mañana de hoy hubo también un abrazo con consignas similares en la ESRN 96 de Dina Huapi y una olla popular en la ESRN 20, de Beschtedt y Anasagasti.
En la jornada de la rotonda participaron las comunidades de una decena de escuelas, ubicadas entre Melipal y Colonia Suiza.
Una maestra de séptimo grado de la escuela 44, Karina Jeandet, explicó que la idea fue “visibilizar” la magnitud del conflicto “y no dejar como que lo único que interesa es lo económico”. A su lado ratificaron cada palabra sus compañeras Ingrid Vidal (maestra de sexto) y Laura Velazco (de cuarto) mientras esperaban turno para recibir su plato del guiso que humeaba en la olla colectiva.
Silvina Albarracín, maestra de quinto, reconoció que la relación con los padres es un punto particularmente crítico y que en su escuela caso han debido confrontar con actitudes hostiles. Pero a fuerza de escuchar y explicar, pudieron cambiar algunas opiniones. “Igual no logramos todavía lo de San Juan (su provincia de origen), donde la gente se sumó a los docentes con toda la fuerza y mantienen vigilas de solidaridad frente a la casa de gobierno”, aseguró Albarracín.
Un instalación improvisada con muebles y sillas rotas para graficar el mal estado de las escuelas en una punta del predio contribuyó a generar el clima general de descontento con el actual estado de la educación pública.
También hubo una radio abierta y numerosos carteles que contaban que “el 50% del salario se pagan en negro”, que la “crisis habitacional” es acuciante en la ciudad y muchos docentes tuvieron que desalojar sus viviendas por no poder pagar el alquiler. Otro decía con elocuencia: “fui la estudiante que no se sacaba la campera por falta de calefacción. Hoy soy la profe que sigue reclamando por un lugar digno para enseñar y aprender”.
Una docente de las escuelas de fundación Gente Nueva que prefirió reservar su nombre dijo que “el problema pasa por lograr que el trabajo sea digno, el de todos”, porque los padres de muchos de sus alumnos “también cobran sueldos en negro”.
Otro docente de educación física que había preparado un creativo juego de tenis con raquetas de llantas de bicicleta, dijo que los acusan de no trabajar, pero para apuntalar la protesta y para jornadas como las de hoy algunos trabajan “más que en tiempos de clase”. Un grupo de maestras repartió volantes en la ruta y varios de los automovilistas saludaron con bocinazos de apoyo.
Bronca de los docentes con el gobierno
La secretaria general de Unter Bariloche, Adriana Lizaso, se mostró sorprendida con la participación lograda y dijo que el momento actual les demanda “estar en la calle, con todas las comunidades educativas”.
Dijo que la magnitud de la crisis de la educación provincial se ve en “los salarios que no alcanzan” pero también en los roedores que proliferan en las escuelas, en la falta de desmalezamiento de patios que en muchos casos debieron resolver los padres y los propios docentes y en la irresuelta necesidad de transporte para las escuelas especiales.
Recordó que estas últimas tienen unos 300 alumnos en Bariloche que todavía no empezaron las clases porque Educación no garantiza el transporte, que les resulta indispensable. Y contrastó esa carencia con la comparación difundida por el gobierno entre días de clase y de paro que lleva el sistema educativo en lo que va del año.
Lizaso dijo que le preocupa la falta de reacción del gobierno frente a la contundencia de las demandas. “Tal vez sea este el proyecto de educación y de salud de Juntos Somos Río Negro y nos falta reconocerlo”, señaló la dirigente.
La bronca de los docentes era palpable en la jornada de la rotonda y muchos dan por sentado que la Unter decidirá una profundización del plan de lucha a partir de la próxima semana. Esta tarde definirán la posición de Bariloche reunidos en asamblea y al paro podrían sumarse otras propuestas, como el montaje de carpas permanentes.
Lizaso dijo que se sintieron defraudados con la paritaria del viernes “porque había una expectativa, el gobierno la había adelantado y pareció que iba a llevar una propuesta seria. Pero claramente fueron con más de lo mismo, y no están dispuestos a destrabar el conflicto”.
Otra maestra observó lo mismo. “Están esperando que nos agotemos o que bajemos la cabeza, pero eso no va a pasar nunca”, aseguró.
Lizaso dijo que la convocatoria de hoy de las escuelas del oeste y otras similares que sucedían al mismo tiempo en el centro y en Dina Huapi “son algo que conmueve y emociona, en medio de la angustia que genera todo esto”.
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