Guagliardo dijo que el fallo contra la cúpula policial de Sobisch fue un «mensaje claro» contra las «órdenes ilegales»
Fue en el contexto de la marcha que se realizó en Neuquén capital, a 17 años del asesinato del docente Carlos Fuentealba, durante la represión de Arroyito.
La marcha se extendió por unas seis cuadras. Comenzó a las 11.53. Foto Matías Subat.
Una masiva marcha -que se extendió por unas seis cuadras- recorrió ayer el centro de la ciudad de Neuquén al conmemorarse 17 años del asesinato del docente Carlos Fuentealba, durante la represión a una protesta en Arroyito.
A las 11.53 comenzó la movilización, que partió desde el monumento a San Martín de la ciudad de Neuquén. “No al protocolo de Bullrich”, era la consigna de la bandera del sindicato docente ATEN que encabezaba la columna.
Este lema está relacionado con las circunstancias del crimen del maestro, aquel 4 de abril de 2007. Fuentealba participaba de la medida de fuerza que había votado ATEN, y que incluía una permanencia sobre la Ruta 22 durante el feriado de Semana Santa.
El exgobernador, Jorge Sobisch, le había ordenado al jefe de la policía, Carlos Zalazar, que impidiera cualquier tipo de piquete. Se organizó un despliegue de magnitud, con grupos especiales de Cutral Co y Zapala.
El corte nunca se concretó ya que la policía reprimió esa manifestación. Cuando luego de una tregua el sindicato desalojó la ruta, un Fiat 147 rozó con su espejo a un efectivo. El subcomisario Aquiles González pidió que detuvieran el auto. Fue entonces que un integrante del grupo especial Zapala tomó su pistola federal y le disparó a la luneta, a menos de siete metros de distancia. El tirador era el cabo José Darío Poblete, que fue juzgado y condenado en 2008 por ser el autor del homicidio.
Para ATEN el protocolo que diseñó la actual ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, habilita el uso discrecional de la fuerza como ocurrió en Arroyito.
Mensaje claro
La causa en la que se investigó la responsabilidad de quienes planificaron y dirigieron la represión se conoció como “Fuentealba II”.
Sólo el impulso de la querella, que representa a las hijas del docente y a su pareja, Sandra Rodríguez, permitió que en marzo de 2023 fueran juzgados y condenados seis policías, cinco de los cuales pertenecían en ese momento a la cúpula.
Zalazar, el subjefe, Moisés Soto, el superintendente de Seguridad, Adolfo Soto, el coordinador del operativo, Mario Rinzafri, y el jefe del departamento de Seguridad Metropolitana, Jorge Garrido fueron declarados responsables de abuso de autoridad. El tribunal que los condenó consideró que habiendo estado en la ruta aquel día y viendo cómo el procedimiento se había tornado excesivo, no hicieron nada por detenerlo.
El sexto policía condenado fue Benito Matus, por abuso de armas.
“Cada 4 de abril es una fecha en la que nosotros siempre haciamos a una remisión a aquel contexto, aquella situación que vivíamos los trabajadores y trabajadoras de la educación de Neuquén con un gobierno que aplicaba un feroz ajuste y que tenia como herramienta principal el aparato represivo del Estado”, dijo el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, en el acto de cierre de la marcha.
Aseguró que las condenas de 2023, que fueron ratificadas por el Tribunal de Impugnación y el Tribunal Superior, representan un “mensaje claro” para la policía. “Tienen que saber que cuando cumplen órdenes ilegales serán pasibles de condenas”, agregó.
En la marcha hubo representantes de Sadop, Adunc, del CPEM N°69 que era el secundario en el que Fuentealba daba clases y que lleva su nombre, y de las 22 seccionales que tiene ATEN en la provincia.
También de Unter, que cuando intentó realizar una volanteada en el puente que une Neuquén-Cipolletti intervino Gendarmería para impedirlo. De todos modos la docencia logró filtrarse por el cordón, y entregar los panfletos a las personas que cruzaban con sus autos.
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