Gervagi: “El teletrabajo es una oportunidad para descentralizar el empleo en Argentina”
Entrevista con Antonella Gervagi, economista
Las transformaciones que la pandemia ha generado en diversos ámbitos de las relaciones humanas, son especialmente evidentes en el mercado laboral. La posibilidad de trabajar de forma remota, ha demostrado durante las restricciones que existen enormes oportunidades en la geolocalización de la mano de obra. Un reciente estudio del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), aborda la temática en detalle. Una de sus autoras, la economista Antonella Gervagi, dialogó con PULSO y amplió el análisis sobre las conclusiones del estudio.
PREGUNTA: ¿En qué basan su análisis respecto a las ventajas del teletrabajo y la descentralización?
RESPUESTA: Partimos de un estudio respecto a la concentración demográfica y concluimos que el 35% de la población se localiza en el AMBA. Algo que no sucede en otros países latinoamericanos. Colombia, Brasil o México, no tienen un porcentaje tan alto de la población en una superficie tan pequeña. La bibliografía denomina esto en demografía como “macrocefalia”. Pero la pandemia puso a la vista que a los fines del teletrabajo, da lo mismo si el trabajador está a 5 Km, a 200 Km o a 1.000 km. La pregunta que intentamos abordar es si puede ser posible que los establecimientos anclados en Buenos Aires, contraten gente que no reside en Buenos Aires.
P: ¿Es viable ese tipo de iniciativa en términos prácticos?
R: Hay que tener en cuenta cuales y cuantos son los puestos de trabajo “teletrabajables” en el AMBA. Nuestro estudio en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, arroja que hay unos 700.000 puestos que podrían descentralizarse fuera del AMBA. Allí no está considerada la enseñanza, que si bien se ha implementado de forma virtual, debería volver a la presencialidad, en especial en la infancia y la adolescencia. Esa cantidad de puestos de trabajo representa una masa salarial de $628.000 millones, que en caso de relocalizarse en otras provincias, generarían lo que llamamos efecto de segunda rueda, beneficiando a las economías regionales y a los presupuestos de esas provincias.
P: Además de la relocalización, puede servir para las nuevas contrataciones…
R: Exacto. En ese sentido, estudiamos el marco normativo del “Régimen del Norte Grande”, que aplica incentivos al empleo en el norte argentino mediante los aportes y las contribuciones. Sin embargo ese régimen no contempla el teletrabajo. Para poder acceder al incentivo, la empresa debe trasladar por completo su operación al norte del país. Si en cambio la empresa pudiese mantener su base en Buenos Aires, los incentivos para la contratación de empleados en el norte significarían un beneficio para la empresa, un aumento del empleo en el NEA y el NOA, y la descentralización laboral del AMBA.
Es necesario tomar las riendas hoy, para direccionar la oportunidad hacia donde conviene. Hoy existen muchos trabajadores argentinos que ya exportan sus servicios al exterior. Si no nos adaptamos, a la larga vamos a terminar nosotros importando los servicios de trabajadores de otros países.
P: ¿Todas las regiones del país están en condiciones tecnológicas de implementar un sistema como este?
R: La conectividad es una barrera importante. Hay algunas provincias que no cuentan con la velocidad mínima de internet que se necesitaría para poder teletrabajar adecuadamente. Nuestro diagnóstico en ese sentido es la necesidad de invertir en infraestructura de internet, lo cual hoy es clave no solo para trabajar, sino para ir a la escuela, comprar, vender, comunicarse o informarse. CABA y Provincia de Buenos Aires son las dos jurisdicciones con mayor conectividad. Un plan de descentralización requiere inversión. Pero aun sin descentralizar, esa inversión será necesaria tarde o temprano, dado que la realidad lo impone.
P: La descentralización ¿Es una oportunidad o una tendencia que impone el escenario?
R: El punto es tomar las riendas hoy, para direccionar la oportunidad hacia donde conviene. Hoy existen muchos trabajadores argentinos que ya exportan sus servicios al exterior. Si no nos adaptamos, a la larga vamos a terminar nosotros importando los servicios de trabajadores de otros países. Si un médico especialista argentino no se adapta a atender virtual, y un médico uruguayo sí atiende virtual, probablemente muchos pacientes argentinos elijan al médico uruguayo. Hay una revolución global que tiende al trabajo freelance, digital y desregulado. Hoy todavía esa tendencia no es imposición. Pero si no nos adaptamos, a la larga la tendencia puede pasarnos por arriba. Por eso el teletrabajo hoy presenta una oportunidad para resolver un problema que afecta la estructura económica argentina desde hace 200 años, como es la concentración demográfica.
P: ¿Puede esta tendencia significar una precarización del trabajo?
R: Las relaciones laborales en el mundo marchan cada vez más hacia un esquema en que el trabajador es su propio jefe. Pero a la vez en Argentina hay un enorme porcentaje de los trabajadores que se desempeña en negro, que ya está precarizado y no goza de ninguno de los derechos que ofrece el trabajo registrado. Yo me pregunto: ¿será que en el futuro todos nos convertiremos en monotributistas? Lo cierto es que en Argentina la ley otorga muchos derechos a los trabajadores, pero hoy para millones de personas es muy difícil acceder a puestos de trabajo que ofrezcan todos los derechos laborales que otorga la ley.
PERFIL
Antonella Gervagi es Licenciada en Economía (UBA) y Maestría en Economía (UBA).
Desde hace cuatro años se desempeña como analista financiera en la Comisión Federal de Impuestos. Trabajó por 3 años en el Ministerio de Hacienda de Nación, y fue Becaria del Programa Nacional Amartya Sen UBA-FCE.
En la actualidad es miembro del Centro Cultural de la Cooperación, del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) y del Centro de Investigación de la Administración Pública (UBA).
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