Paola Becerra, una zapalina que integra una pionera cocina saludable en Pehuenia
La profesional de Pehuenia forma parte de “Chaltu”, un espacio con platos vegetarianos, veganos y aptos para celíacos.
Emprender requiere corazón y coraje, mucho coraje, para quien busca su propio camino con un propósito y con espíritu de comunidad. Esta característica la revela de inmediato Paola Becerra (39), una profesional gastronómica de Pehuenia, que es parte de un equipo del primer espacio vegetariano y vegano de esta villa neuquina, y que también ofrece propuestas para celíacos. Estamos hablando de Chaltu, que este 23 de enero cumple un año de funcionamiento. “Este es un emprendimiento de Macarena Nordahl (34), quien arrancó pandemia mediante en una localidad muy afectada por el golpe que el Covid le asestó al turismo”, comenta la zapalina a RÍO NEGRO.
“En este momento estoy trabajando en su equipo de cocineros. Valoro mucho que ella haya podido generar cuatro puestos laborales para jóvenes residentes. Día a día observamos como crece la demanda de una alimentación saludable y la gente nos agradece el hecho de estar y de tener esta propuesta”, agrega Paola.
Se sabe que las mujeres son mejores gestionando emprendimientos y garantizando la cohesión de equipos, realidad que la entrevistada ratifica. “La mayoría de las veces trabajé con mujeres, cocineras de oficio en muchísimos casos, que me enseñaron mucho… Tal vez la técnica la sabía, pero tanto la humildad al cocinar como el amor lo aprendí de ellas”, acota.
En diciembre del 2020, Macarena publicó la propuesta de trabajo en Chaltu. De inmediato la vio Paola, quien la tomó como “la gran oportunidad de aprender a abrir más el abanico culinario y poder así crear platos, sustituyendo ingredientes que uno ya tiene incorporados por nuevos y dándoles un vuelta para lograr un resultado más saludable”.
Paola ya tenía en su haber varias capacitaciones con cocineros veganos y vegetarianos, y le pareció que había llegado el momento justo para llevarlo a la práctica. Ahí nomás se presentó y quedó en el equipo que se iba formando. El contexto para que la propuesta de Macarena funcionara bien ayudó mucho, pese a lo dramático y trágico de la pandemia.
“Lo cierto es que la gente, desde el confinamiento, empezó a buscar sentirse bien y cuidarse, tanto en lo físico como en lo emocional. Así hubo un índice bastante notorio en la alimentación consciente y saludable”, dice Paola. Registra que no hay edad en esta búsqueda: “jóvenes, adultos, padres que quieren ese cambio en sus hijos también”, afirma.
Esta neuquina estudió en la escuela Cocineros Patagónicos, más especializaciones en dos escuelas gastronómicas de Córdoba, Azafrán y Celia. “Antes de terminar la carrera tuve mi primer pasantía en Zapala, donde conocí a Sebastián Mazzuchelli en el primer evento que participé. Me encantó la experiencia. Luego fui cocinando entre Pehuenia, Zapala y Aluminé, aprendiendo mucho de las personas con las que compartí horas en la cocina. Cocineras de oficio que me enseñaron mucho y de quienes guardo los recuerdos más lindos”, relata.
Finalmente, en el recorrido de su trayectoria laboral, llegó Chaltu, “un lugar que nació en tiempos de pandemia, apostando a todo, a darle un espacio a lo natural, a la alimentación que tanto influye en nosotros, al cambio que genera lo bueno internamente y que se nota tambien por fuera”.
Sobre su mentora y líder, Macarena, dice que “es una mujer que admiro por la fuerza y el amor que le pone al día a día a lo que ama”. E insiste en que “estos han sido tiempos difíciles para todos, por eso destaco en ella y en quienes se propusieron verle el otro lado a lo que estamos transitando como una jugada de alto valor”.
¿Una recomendación para quienes anden por estos días en Pehuenia pasándola bien? “Tenemos una gastronomía muy variada y de calidad… Todas ofrecen muy buenos productos, bien logrados. Los espacios fisicos tambien son apreciables, con puestas de sol o vista al lago. Por mencionar solo algunos: la cocina fascinante en Borravino y la calidez de la cocina de Paula Zambianco, en Brava. Y nosotros, obvio”, ríe.
Sonríe feliz de estar en este punto de Neuquén. “Soy zapalina y Villa Pehuenia fue el destino de unas vacaciones de invierno que terminaron siendo el lugar donde trabajé por primera vez por una situación muy particular y tal vez anecdótica, y estoy muy contenta y agradecida que así fuera. Y acá estoy, haciendo y proponiendo una cocina que va por el lado de traer recuerdos y sentimientos que te generan ciertos platos, recrear esas recetas, de familia, amigos”, cuenta.
“Hoy, en Chaltu y junto a mis compañeros, vamos aprendiendo como darle esa vuelta a la alimentación, desde la empatía, viendo lo que busca el otro, el cambio, sentirse bien, poniendo la salud como prioridad y colaborando con el medio ambiente… hacia todo esto apunta Chaltu”, subraya Paola.
¿Sus desafíos? “Tal vez son a corto plazo porque la incertidumbre hoy es la que nos ha cambiado los planes. Cerrar una buena temporada y creer en que será así. Después veremos”.
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