Los licores con hierbas patagónicas de la familia Cassoli, de Neuquén al mundo

Nacidos de la pasión por la pesca con mosca y producidos en Villa Meliquina, aspiran a convertirse en una bebida emblemática de la región.

Gastón Cassoli, empresario que lleva adelante el emprendimiento junto a su mujer, Lidia y sus hijos, Franco y Lorenzo.

Por Mónica Jofré (monijofre@gmail.com)
Especial para RIO NEGRO



Licores patagónicos, con sabor y aroma únicos, nacidos y producidos en Villa Meliquina, Neuquén. Su nombre, “Fly Fishing Master”, cuenta de algún modo la idea inspiradora -una bebida pensada para reconfortar a los amantes de la pesca con mosca que cada año llegan por miles a ríos y lagos del sur argentino-.

Soñar a lo grande muchos lo hacen; pero estar dispuestos a trabajar de igual manera para lograrlo, ya no son tantos. Una familia radicada en la cordillera neuquina es un ejemplo de esto a partir de la diversidad de sus emprendimientos.

Los licores están elaborados enteramente en la planta ubicada en Villa Meliquina, a poco más de 40 km de San Martín de los Andes. La comercialización actualmente es artesanal. “Funciona mucho el boca en boca, e instagram”, dice Gastón Cassoli, empresario que lleva adelante el emprendimiento junto a su mujer, Lidia y sus hijos, Franco y Lorenzo.

Las bebidas han empezado a ser conocidas en países como Austria, Suiza y Alemania, gracias a envíos, por ahora, de tipo informal. Agua pura de montaña, hierbas en su mayoría patagónicas y alcohol neutro tridestilado de cereal, en un paciente proceso de maceración, logran las tres variedades en que se envasa el producto: suave, fuerte y añejo.


Gastón confía sus ambiciones para la marca “Fly Fishing Master”: – ”Que sea identitario para Neuquén”, así como en otras partes del país y del mundo lo son otras bebidas famosas. Y va más lejos: – “Que se diga, en la Patagonia se toma Fly”.

Al paladar, describe a sus licores como sabores únicos, muy aromáticos, que no se parecen a nada que se haya bebido antes. Nacieron en 2019, de la idea de acompañar al pescador con un trago reconfortante antes, durante y después de su jornada deportiva y recreativa.

Sin embargo, como todos los productos, una vez que se los empezó a conocer, el propio público orientó otros consumos: en la coctelería regional, por ejemplo, en restaurantes, mezclados con gaseosa o hielo, y hasta como ingrediente para cocinar un cordero patagónico al horno.


Pueden funcionar también como aperitivos, combinados con tónica, antes de un asado o maridados con fiambres. La variedad “suave” tiene una graduación alcohólica de 29%, “es dulce y suave” -dice Gastón-; la fuerte tiene un 47% de alcohol, “es más seco, se le puede sumar hielo o gaseosa” y el añejo (entre 47% y 38% de graduación), para beber como broche a una cena, con un hielo y nada más, en vaso de whisky. El público más joven, lo consume combinado con tónica o gaseosa.

Gastón no detalla cuáles son las plantas empleadas, fiel a la tradición de guardar en secreto las “recetas de familia”, aunque desliza que hay presencia de un cítrico, pero sobre todo enfatiza “la calidad del agua de la cordillera neuquina”.


Perspectivas



La estrategia de venta y la comercialización son por ahora tranquilas, mientras se gestionan los trámites correspondientes, instancia en la que Gastón Cassoli agradece especialmente el apoyo brindado por el gobierno neuquino en todos los aspectos.

Destaca asimismo el anuncio del gobernador Figueroa de la pavimentación de la ruta 63, lo que fortalecerá el emprendimiento con la llegada más cómoda de los visitantes. De hecho, entre los planes, está para 2025 la posibilidad de abrir al turista la visita a la planta elaboradora de los licores, ubicada en Villa Meliquina.


A su vez, la familia Cassoli tiene otras unidades de negocios vinculados sobre todo al turismo en la naturaleza, que van desde el asesoramiento en paisajismo y viverismo, la producción de otros alimentos catalogados como “delicatessen”, por ejemplo, embutidos y chocolates, hasta una hostería de montaña en Meliquina. En el centro del pueblo, sobre la ruta 63, se ubica la “casa del Fly Fishing Master” con productos Familia Cassoli. Para ir y conocer.

Más información en:
www.youtube.com
@flyfishingmaster


Ya se producían en Grecia, Roma y la Edad Media



El origen de los licores de hierbas se remonta a la antigüedad clásica. Se sabe que griegos y romanos los fabricaban con propósitos medicinales. Más adelante, en la Edad Media, en Europa, la producción artesanal en conventos y caseramente ha legado hasta el presente nombres que ya son conocidos como marcas registradas, elaborados con propósitos comerciales.

El método de producción consiste básicamente en la maceración de diferentes hierbas, frutos e incluso raíces en una base de alcohol destilado neutro, que absorbe los distintos aromas y sabores de la materia sólida que se infusiona durante un tiempo determinado. Un paso más puede ser el añejamiento en barricas de distintas maderas, lo que le aporta a la bebida una profundidad adicional.

La cantidad de plantas que se utilizan puede ser muy variada: desde una docena a casi cincuenta hierbas diferentes, también con cáscaras de cítricos y hasta frutos secos. La bella Italia, que ha extendido a todo el mundo su gastronomía, también en el rubro licores le aportó los famosos “amari” (amargos), que por fuera de la marca comercial se consume como aperitivo o “bajativo” al terminar una comida importante, con mezclas cuya composición, las abuelas guardan celosamente.

Siguiendo esa tradición peninsular, Gastón Cassoli, solo deja saber que “hay un cítrico” involucrado, pero el resto es un sabor y un aroma únicos al paladar.


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