¡Larga vida a las papas fritas!
Hoy se celebra el día internacional de esta comida belga que se popularizó en todo el mundo.
La alimentación es una forma de comunicación que integra elementos sociales y simbólicos. Acá, en el lunfardo argentino hay frases utilizadas que están directamente vinculadas a la alimentación, que integran metáforas y semánticas particulares. “¡Pero que papa frita!”, es una expresión conocida para descalificar a alguien. Ahora, ¿qué tiene que ver la glorificada papa con las limitaciones de la persona en cuestión?
La papa, riqueza americana, distribuida y adaptada en todo el mundo, tiene tanto valor cultural, nutricional y económico superlativo, tanto que hasta le dedicaron un día en su técnica frita de elaboración.
El 20 de agosto de cada año se celebra el día internacional de la papa frita. El día y lugar de origen continúa siendo un dato con pocas precisiones y muchas disputas. Sin embargo, podemos acercarnos a alguna hipótesis sabiendo que el origen de la papa es andino y la técnica de someter a una inmersión rápida en grasa o aceite a alta temperatura, conocido como freír, data del Antiguo Egipto. Nuevamente los recorridos y las combinaciones van dinamizando y modificando las cartografías alimentarias del orbe.
Mónica Marinaro, conocida como Madame Papin (@madamepapin), tiende devoción por las papas andinas y se dedica a promover el cultivo y uso a través de su cocina. Hace más de veinte años, viene trabajando, con familias productoras de una riqueza alimentaria y cultural en el norte de Argentina. En relación, al día mundial de la papa frita y con total franqueza, Madame Papin dice “La verdad que no tengo ni idea sobre cómo surge el día de la papa frita, pero el que lo inventó, fue una persona súper inteligente”.
Revisando las técnicas y variedades, según la cocinera, la mejor variedad para hacerlas fritas es la russel porque tiene menos cantidad de agua. “La mater técnica para que la papa frita te quede como la del cartel que te querés colgar y comerte hasta las caños, es la siguiente: pelar las papas, ahora la papa se usa también con cáscara pero vamos a hacerlas sin piel. Luego cortarlas en bastones de más o menos un centímetro. Darles una ducha fría y secarlas con papel absorbente. Hacer un primer hervor en aceite, a temperatura baja. Sacar las papas y escurrirlas. Dejar que ese aceite vuelva a calentarse ahora sí, a alta temperatura. Volver a tirar las papas al aceite caliente, freírlas hasta dorar. Y ahora sí, vas a sentir que se forma esa película crocante y en el medio queda el puré. Si querés le agregas sal, siempre después de escurrir. Chin chin”.
La papa frita, generalmente, es un acompañamiento, una guarnición, que actualmente cargan de quesos y salsas y cuesta conectar con su textura y su sutil sabor. “La papa frita sola, ya ella sola es la protagonista, con un plato o fuente llena de bastones o rodajas de papas fritas, ya está, es la celebrity. Pero la papa es tan pero tan humilde que se deja siempre acompañar por una hamburguesa, por un pancho, por un bife, por una milanesa, hasta por una porción de tarta. La piba es súper humilde. Viva la papa”, comparte la cocinera.
Este sábado 20 de agosto, Madame Papin está viajando para conocer el norte neuquino. Participará del evento cultural Huellas de Saberes y Sabores, un espacio, en el cual se protagoniza la producción y la alimentación de esa región, motorizando las economías locales. “Estoy muy feliz de ir a conocer un lugar al que nunca fui, de conocer gente con la cual tengo contacto pero aún no nos conocemos, de encontrarme con cocineros, de descubrir productos típicos de esa región. Estoy es un estado curiosidad, con deseos de ya estar ahí. ¿Nos vemos el sábado?” invita a toda la comunidad la excepcional Madame Papin.
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