Entre dulce y salado: la familia de Cipolletti que reinventó su pasión por la cocina en tiempos de crisis

Esta pareja de emprendedores tiene sello registrado desde el 2012. La pandemia los obligó a buscar una alternativa para seguir con su trabajo. Actualmente, cuentan con un servicio de catering que llevan adelante con ayuda de su hija.

¿Dulce o salado? Y por qué no ambos… Esto es como la familia: todo se complementa, no existe uno sin el otro. Y así es como ocurre con esta pareja de emprendedores de Cipolletti cuyo secreto ha sido reinventarse en tiempos de crisis, manteniendo su compromiso y calidad a través de su negocio de viandas y catering.

Jéssica Lisbeth Fernández Pinilla y Osvaldo Alfredo López Cafasso – o Pepe & Pepa, como los conocen – están en el negocio gastronómico desde el 2012, aunque todo arrancó mucho antes.

Desde muy chica, Jéssica está familiarizada con los aromas de la cocina, con las texturas y sabores. Ella nació en Chile, en Curacautín, pero a los 2 años de edad su familia se trasladó a Cutral Có. Al terminar la secundaria se aventuró a seguir su pasión por la cocina y se radicó en Cipolletti.


“En mi casa mi abuela, mi mamá y mis tías siempre cocinaron. Recuerdo que tenía una tía que hacía galletas y las guardaba en frascos que me encantaban. A los 8 años comencé cocinando con ella, desde ese momento las tortas de cumpleaños para mi familia las elaboraba yo”, contó Jéssica.

Jéssica es pastelera de profesión y alma.

Osvaldo nació en La Plata y ya hace 45 años que está en el Valle. Su curiosidad por la cocina arrancó desde chico. “Desde que estaba en secundaria sabía que quería estudiar gastronomía. Siempre me imaginé como cocinero”, relató.

Pero volviendo un poco al trabajo de esta pareja, en el competitivo mundo del catering y las viandas han sido los creadores de Punto Caramelo (@puntocaramelo2012), un proyecto culinario que comenzó en el 2012 con una pastelería en Cipolletti.

Osvaldo cuida cada uno de los detalles en sus elaboraciones.


La formación gastronómica de Jéssica comenzó en el instituto Capacitas. Pasó por pasantías en diferentes lugares de la cordillera, también en el Hotel Comahue y luego trabajó durante mucho tiempo en La Nonnina.

Osvaldo, por otro lado, siempre apasionado por la cocina, profesionalmente tomó otro camino. Hasta que un día decidió dedicarse 100% a desarrollar su pasión y estudió en la escuela de Cocineros Patagónicos. Fue durante ese tiempo que la pareja se conoció. La cocina los unía y los complementaba. Él prefería lo salado, ella lo dulce.

Incentivada por una amiga, Jéssica abrió una pastelería, luego se sumó Osvaldo al proyecto. Más tarde, entre logros y adversidades, deciden incorporar lo salado al negocio y empezaron a ofrecer viandas. El crecimiento fue rápido y natural. De boca en boca aparecían cada vez más clientes que se sentían atraídos por la calidad del servicio y los platillos. Pero no fue hasta el 2018 cuando comenzaron a expandirse significativamente: decidieron incorporar el catering.


“Un día un amigo nos llamó para hacer el catering de un evento. Eso nos impulsó a diversificar nuestros servicios”, dijo Jéssica. Con el tiempo esta expansión se convirtió en la piedra angular de su negocio y comenzaron a ofrecer servicios de catering para empresas y particulares.

A este dúo se sumó Valentina, la Pepita de la familia que es la hija de la pareja. La adolescente de 17 años desempeña un papel fundamental en este equipo. “Siempre está lista para asumir diversas responsabilidades y encargos. Muchas veces nos da ideas. Su compromiso y energía son verdaderamente inspiradores”, comentaron sus padres.


Al principio, el trabajo fue un tanto complicado ya que cada profesional tiene su forma de hacer las cosas. El paso de los años y las distintas experiencias lograron la armonía.


La pandemia: un antes y un después



Así como pasó con muchos emprendedores la pandemia de covid presentó desafíos sin precedentes. No obstante, con creatividad y el espíritu emprendedor que los caracteriza, supieron ver una oportunidad para reinventarse en medio de la adversidad. “Un día nos llamó una cliente que necesitaba hacer una dieta especial y nos preguntó si nos animábamos a hacerlo. No teníamos idea de qué se trataba, pero aceptamos el desafío”.


La noticia corrió como reguero de pólvora. “Desde entonces, tenemos una creciente demanda de opciones saludables y sin carne que hemos incorporado”. Fue también durante la pandemia que vieron otra oportunidad mejorar su reinversión. “Empezamos a colaborar con otros negocios locales, como una destilería, y creamos cajas de sushi con bebidas artesanales. Esto no solo nos permitió mantenernos a flote, sino que además nos ayudó a fortalecer nuestra presencia en el mercado”, explicaron.

Una de las claves del éxito ha sido su capacidad para adaptarse a las tendencias del mercado. De acuerdo con Jéssica, la demanda de finger food y porciones individuales está en auge. “Las personas prefieren porciones individuales porque facilitan el servicio y evitan desperdicios”, y agregó que “hay una creciente demanda de opciones saludables y vegetarianas”.



El desafío de delegar



La capacidad de esta familia para adaptarse a las circunstancias, innovar en sus productos y servicios, además de mantener una alta calidad ha sido clave para su éxito. Siguen ofreciendo viandas, con un menú que incluye opciones saludables y vegetarianas, prestan servicios de catering y atienden pedidos para cumpleaños y fechas conmemorativas, tanto a particulares como a empresas privadas.


La dedicación por la calidad y la personalización es evidente en cada detalle. Si bien esta filosofía les ha permitido mantener altos estándares de calidad y atención al cliente, también se ha convertido en un desafío. “Nos cuesta mucho delegar porque creemos firmemente en que la mano del creador influye en el resultado final del producto. Pero sabemos que para crecer debemos confiar en otros y expandir nuestro equipo”, confesó Jéssica.


Con la mirada puesta en el futuro Pepe & Pepa ya están trabajando en abrir una sala de elaboración que les permitirá aumentar la producción y atender más eventos simultáneamente. “Nuestro objetivo es enseñar y crecer para poder dar trabajo y cumplir con las expectativas de nuestros clientes”, concluyeron.


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