En cuestión de alimentación no todo lo que brilla hace bien

Proyecto Squatters es uno de los principales exponentes de contrapublicidad en nuestro país y Latinoamérica. Intentan transmitir una mirada crítica sobre la alianza de retroalimentación estratégica que existe entre la industria de la publicidad y la de productos comestibles ultraprocesados.

Por Victoria Rodríguez Rey (@victoriarodriguezrey)

Proyecto Squatters es un colectivo de contrapublicidad conformado por una red de artistas, profesionales de distintas disciplinas y activistas que buscan develar las distintas formas en que la publicidad afecta a la sociedad. Su instrumentación es a través del activismo en la calle, en las redes sociales y en los entornos educativos.

Julián, gestor del proyecto, tiene formaciones académicas diversas mucho recorrido territorial y una gran sensibilidad. Entre la psicología, las bellas artes, la comunicación y la preocupación por las problemáticas e injusticias sociales, fue buscando un formato donde se condensen esos intereses y preocupaciones. Así fue que en el 2008 surge un movimiento que llama de contrapublicidad como herramienta de comunicación: Proyecto Squatters.


«La propuesta desde un primer momento fue construir un proyecto sin fines de lucro, abierto, plural, diverso, de resistencia comunitaria, autogestivo. Éramos un grupo mutante, que se armaba y desarmaba, que se activaba y desactivaba según los proyectos y posibilidades de cada integrante. Hicimos acciones en la calle, en exposiciones en galerías, en festivales de arte, activismo, charlas y talleres en escuelas, universidades y espacios culturales. Apoyamos organizaciones de la sociedad civil en la lucha comunicacional y en la introducción al activismo. Con el correr de los años, Proyecto Squatters se transformó en uno de los principales exponentes de la contrapublicidad en nuestro país y Latinoamérica”, relata Julián.

El espacio público como lugar común y de intervención

El espacio público, que surge de la separación entre la propiedad privada y la pública, debiera ser un lugar reservado para el uso social común. Sin embargo la publicidad ha invadido intencionalmente los lugares comunes.

El espacio público es el principal lugar de intervención del proyecto. Squatters es una palabra anglosajona y su significado es lo que conocemos como okupas. Pensando en el espacio que nos contiene, ¿quién ocupa a quién? “La publicidad han colonizado el espacio público, lo han invadido, lo han ocupado a su antojo para intervenir nuestro campo perceptivo, capturar nuestra atención e intoxicar nuestra mente con la ideología consumista. Por eso pensamos que tiene un valor especial el activismo contrapublicitario en las calles. Se trata de recuperar el espacio público para desmontar el discurso edulcorado del poder, desafiar sus mandatos e imposiciones, y ponerlo al servicio del interés común. Y en ese punto, Squatters ocupa esos espacios privatizados por el poder corporativo para transformarlos, subvertirlos, cuestionando lo que nos dicen y resignificando sus mensajes”, explica Julián.

¿De qué nos alimentamos?

Si bien el campo de acción e intervención del proyecto es amplio, hablamos con Julián particularmente de la publicidad en la construcción de la imagen de los productos que comemos.

Nutricionalmente hablando, los seres humanos necesitamos una dieta variada y equilibrada en proteínas, glúcidos, lípidos, vitaminas y minerales. Sin embargo, toda aquella estimulación que entra por nuestros sentidos, también es parte de una nutrición más sutil. Tanto la comida física, concreta y tangible, como la que llega a través de los sentidos, afecta y transforma los cuerpos, los pensamientos, las emociones. A través de la alimentación, entre otras cosas, nos mantenemos vitales o nos intoxicamos.

Somos lo que comemos.


En este sentido Julián profundiza diciendo que “toda esa información publicitaria que absorbemos de manera ubicua, en todas partes, todo el tiempo, querámoslo o no, es una forma de comida ultraprocesada para nuestra mente, que la mal nutre y la contamina. La publicidad es comida chatarra para nuestra mente. Desde esta perspectiva, tenemos que entender a la publicidad como un tipo de comida tóxica con la que somos forzados a alimentarnos desde que nacemos. Una mente intoxicada (con las mentiras, ilusiones y falsedades del marketing) conduce a prácticas alimentarias poco saludables”, opina.

“A través de Proyecto Squatters intentamos transmitir una mirada crítica sobre la alianza de retroalimentación estratégica que existe entre la industria de la publicidad y la industria de productos comestibles ultraprocesados: intentamos mostrar cómo las imágenes ideales publicitarias de un mundo feliz, saludable, light, colorido, lleno de diversión, sirven para promover y fomentar el consumo de ultraprocesados, consolidar el poderío económico y político de las industrias de alimentos y ocultar el hecho de que se está llevando a cabo, desde hace años, una intoxicación masiva y deliberada de la población”, sostiene Julián.

El espacio público, las redes sociales y la educación como herramienta de transformación

Proyecto Squatters observa, analiza, planifica y se organiza para la intervención. Trabajan colectivamente en tres líneas de acción. Uno de ellos es el activismo en las calles, tratando de intervenir los carteles de la publicidad en la vía pública, combinando distintas formas de expresión artísticas como la pintura, el collage, el esténcil o el grafiti para cuestionar sus mensajes y sacar a la luz aquello que los anuncios ocultan.

Además, hacen de las redes sociales una herramienta contrapublicitaria. “La irrupción de internet y las redes sociales, el activismo digital cobró enorme fuerza y relevancia. También se trata de interceptar las publicidades y los mensajes corporativos que circulan por internet para intervenirlos, resignificarlos y problematizar esos discursos, cuestionarlos y mostrar aquello que ocultan”, comenta Julián.


Por último, el tercer ámbito de activismo son los entornos educativos. Realizan charlas y talleres en escuelas, en universidades, en centros culturales, en organizaciones sociales, trabajando sobre la construcción de habilidades para la lectura crítica de medios y publicidad. “Allí desarrollamos herramientas conceptuales y herramientas prácticas para crear una respuesta propia y original frente a los discursos dominantes que nos dicen cómo tenemos que pensar, cómo tenemos que vernos, cómo tenemos que comportarnos, cómo y cuánto tenemos que consumir, etc. También hacemos cursos de introducción al activismo y la comunicación contrapublicitaria para organizaciones sociales y activistas”, concluye.

Más información:

http://proyectosquatters.blogspot.com/
@proyectosquatters


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