Día del Nutricionista: cuál es el desafío actual para alcanzar la alimentación saludable poblacional

Estos profesionales tienen un rol fundamental en la prevención y recuperación de enfermedades. En América Latina la celebración es cada 11 de agosto desde 1974.

Desde 1974, el 11 de agosto se conmemora en toda América Latina, el Día del Nutricionista. Esta fecha es en honor al nacimiento de Pedro Escudero, médico argentino pionero de la nutrición en el mundo. Escudero fue quien describió las cuatro leyes básicas de la alimentación orientadas a una vida saludable: alimentación suficiente, completa, adecuada y armónica.

Desde principios del siglo XX, cuando el doctor Escudero creaba la Asociación Argentina de Nutrición hasta nuestros días, son varios los cambios que sucedieron en relación con la producción de alimentos y su consumo. Actualmente los y las licenciadas en nutrición tienen un rol fundamental en la prevención y recuperación de enfermedades. Además, un desafío imperante en la generación de consciencia para alcanzar una alimentación saludable para toda la población frente a tanta oferta de productos. Actualmente en nuestro país se consumen 186 kilos de ultra procesados, es decir, de productos comestibles diseñados con exceso de nutrientes críticos, por habitante, al año.

El Licenciado en Nutrición Ignacio Porras (MN 7270), constantemente indaga sobre el rol y función de la profesión. Es director ejecutivo de Fundación SANAR (Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales), una organización de la sociedad civil libre de conflictos de interés con la industria alimentaria y farmacéutica, que busca promover una alimentación adecuada e incidir en políticas públicas de la salud.

La responsabilidad de todos los que ejercemos la nutrición radica en jerarquizar siempre el derecho a la salud y a la alimentación adecuada, por encima de cualquier interés secundario (económico, exposición, plataforma, trascendencia mediática). Hoy la industria alimentaria, permanentemente intenta cooptar a colegas a través de contratos o alianzas, sea para promover el consumo de productos de ultraprocesados, para estar presentes en medios, asistir a congresos o incluso financiar sus investigaciones”.

Explica Porras sobre la realidad que vincula la alimentación y los intereses económicos.

La comensalidad se encuentra en crisis. Ese momento donde se comparte la elaboración y el consumo de alimentos, generalmente entre familiares, amigos o compañeros de trabajo, se ha modificado radicalmente. La era de la comunicación inmediata, las pantallas con sus aplicaciones y múltiples notificaciones nos llevan la atención a otras partes. Atendemos más a una notificación del celular que a lo que nos pasó en el día o a quien tenemos en frente, aún en el marco de un encuentro gastronómico.

“Las personas estamos más cansadas, más ansiosas, más nerviosas, más angustiadas y desconectadas que nunca. Mi consejo es dejar el celular lo más lejos posible, ponerlo siempre en silencio y recuperar algo de ese placer que nos da el compartir con quienes son parte de nuestras vidas. Gestionar encuentros, momentos familiares con pantallas apagadas, reuniones con amigos sin delivery en donde podamos pensar menú, cocinar juntos y compartir un buen rato, son grandes decisiones”, sugiere Porras para recuperar prácticas sanas.


Tecnologías aplicadas a la salud



En relación con las nuevas tecnologías aplicadas a la salud, como aquellas dietas a las que se puede acceder mediante aplicaciones o nuevas fórmulas farmacéuticas para bajar de peso, inquietan a estos profesionales. La inteligencia artificial es una herramienta más que puede ayudar a los profesionales en su ejercicio, pero jamás podría reemplazarlos.

“Quienes nos dedicamos a salud, quienes promovemos el cuidado de la salud, lo entendemos y ejercemos en el marco de un derecho humano. La inteligencia artificial aun no reemplaza la información que un profesional capacitado en el área clínica puede detectar desde la presencialidad con un consultante. Sus movimientos, los signos clínicos que presente al momento de la consulta, sus inquietudes, su contexto sociocultural, el contacto no se puede reemplazar. La inteligencia artificial también carece de empatía, algo que por más que no es asegurado en los seres humanos, quienes ejercemos profesiones de salud, debemos ocuparnos de ejercitarla”, sostiene el especialista.

En las últimas horas fue noticia que la Anmat autorizó la inscripción de un medicamento inyectable que ayuda a bajar de peso. Se trata de la semaglutida, un fármaco que debe combinarse con una dieta reducida en calorías y actividad física. Está indicado en personas con obesidad o sobrepeso.

El nutricionista reflexiona sobre estas definiciones diciendo que “mientras que el entorno siga siendo éste, donde la comensalidad está en crisis, donde los sistemas alimentarios están rotos, la industria farmacéutica sigue colaborando en instalar ideas con soluciones mágicas. A la población con obesidad se la expone a este tipo de medicamentos, luego de haberla expuesto a otros que generaban trastornos gastrointestinales muy incómodos. También se los expuso a la idea mágica de la bariátrica. Se ofrecen balones gástricos, semillas en las orejas, todos parches que no solucionan el problema de base. Nos encontramos en un entorno donde nos desarrollamos rodeados de publicidad, donde debemos trabajar muchas horas para llegar a fin de mes, esas horas nos dejan sin ganas de movernos, sin ganas de cocinarnos. Nos debemos un tratamiento serio de la salud, con el foco puesto en la prevención, el cuidado humano, cercano y real”, concluye.


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