Cómo hacer un pesto de semillas de girasol: súper rico, fácil y rápido
Para untar con tostadas o incorporar como aderezo en tus comidas. Seguí el paso a paso. Es muy sencillo.
Lista de Ingredientes
Taza de semillas de girasol: 1
Taza de hojas de albahaca fresca: 1
Diente de ajo: 1
Taza de aceite de oliva: 1/2
Cucharadas de jugo de limón: 2
Sal y pimienta: A gusto.
El pesto de semillas de girasol es una alternativa nutritiva y económica al clásico pesto de albahaca y piñones. Perfecto para acompañar pastas, untar en tostadas o darle un toque especial a tus ensaladas, esta receta es rápida de hacer y muy versátil. Además, las semillas de girasol aportan grasas saludables, proteínas y minerales como magnesio y selenio.
Preparación:
- Colocá las semillas de girasol activadas, las hojas de albahaca, el ajo y el jugo de limón en una procesadora o licuadora.
- Procesá todos los ingredientes hasta obtener una textura uniforme. Añadí el aceite de oliva en forma gradual hasta alcanzar la consistencia deseada.
- Condimentá con sal y pimienta a gusto, y ¡listo!
Este pesto puede conservarse en la heladera por unos días en un frasco bien cerrado. Para evitar que se oxide, cubrilo con una fina capa de aceite de oliva. Probalo con pasta, en wraps o como dip: ¡una opción deliciosa y lista en minutos!
Cómo activar las semillas para que sean muy nutritivas:
Los frutos secos y las semillas son una fuente poderosa de nutrientes que, en su estado natural, están bien protegidos para asegurar su supervivencia. En su estructura, estos alimentos presentan barreras físicas y químicas que los mantienen en reposo hasta encontrar un ambiente propicio para germinar. Estas barreras, sin embargo, también dificultan la absorción de ciertos nutrientes cuando se consumen crudos o secos. Activarlos es una excelente manera de aumentar su valor nutricional y facilitar su digestión.
Estos alimentos contienen componentes conocidos como “antinutrientes”, los cuales inhiben la absorción de minerales como el calcio, zinc y hierro. Activar los frutos secos y semillas ayuda a reducir estos componentes y aumenta su biodisponibilidad, o sea, la cantidad de nutrientes que nuestro cuerpo realmente puede absorber. Un ejemplo claro lo encontramos en el sésamo: dos cucharadas contienen aproximadamente 157 mg de calcio, pero, en su forma cruda, solo un 21 % es biodisponible. Al activar estas semillas, se logra que el organismo pueda aprovechar más de estos minerales.
Activar frutos secos y semillas es un procedimiento simple que requiere pocos elementos y un poco de tiempo. Estos son los pasos recomendados para que estos alimentos se vuelvan más digeribles y nutritivos:
- Secado: Para conservar los frutos secos o semillas, hay que secarlos, extendiéndolos sobre un plato en la heladera o en el horno a temperatura mínima, sin llegar a tostarlos, solo para evaporar la humedad.
- Lavado inicial: Enjuagar bien los frutos secos o semillas bajo el chorro de agua para eliminar posibles residuos.
- Recipiente adecuado: Colocar los frutos o semillas en un bol amplio.
- Añadir agua: Llenar el recipiente con agua a temperatura ambiente, suficiente para que todos los frutos o semillas queden cubiertos.
- Agregar sal o bicarbonato: Por cada taza de frutos secos o semillas, se puede añadir una cucharada de sal o bicarbonato de sodio para facilitar el ablandamiento. Este paso no es recomendable para personas con hipertensión.
- Reposo prolongado: Mezclar bien y dejar reposar, cubriendo el recipiente con un paño. Se recomienda un mínimo de ocho horas o toda la noche. En días calurosos, es mejor hacer el remojo en la heladera para evitar la proliferación de microorganismos.
- Descartar el agua de remojo: Pasado el tiempo de reposo, es fundamental desechar el agua utilizada.
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