Cómo hacer buñuelos de zanahoria y queso parmesano: una receta express para disfrutar
Si querés amigarte con la cocina junto a un plato sencillo, esta receta es para vos: los buñuelos de zanahoria y queso parmesano te llenan y, además, te dan ganas de chuparte los dedos.
Lista de Ingredientes
Zanahorias grandes: 2
Queso parmesano rallado: media taza
Harina: 1 taza
Huevos: 2
Sal: una pizca
Especias: a gusto
Si tenés ganas de cenar algo rico y sabroso, esta receta es para vos. Sobre todo si tus tiempos para la cocina son acotados, pero tenés ganas de darte un gusto: esta propuesta de buñuelos de zanahoria y parmesano pueden resolverte la inquietud.
Es que estos buñuelos de zanahoria y parmesano pueden servirte como plato principal o podés acompañarlos con algo más como arroz, ensaladas o alguna guarnición que se te antoje en el momento de la preparación.
La zanahoria es una excelente fuente de vitamina A, beneficiosa para la vista, la piel y el sistema inmunológico. Además, proporciona fibra para la salud digestiva. Por su parte, el queso le da el toque más sabroso para sumar algunas calorías y equilibrar.
Finalmente, en cuanto a la harina podés decidir con cuál cocinar según tus necesidades y gustos, ya que estos buñuelos van muy bien con la harina integral o la harina de almendras según sus versiones.
Entonces, no esperemos más y pongamos las manos en la masa.
Paso a paso, cómo se hacen estos buñuelos de zanahoria y queso parmesano con una receta express
Para cocinar los buñuelos de zanahoria y queso parmesano, tenés que seguir los siguentes pasos:
Paso 1
Se rallan las zanahorias y el queso parmesano, y posteriormente se mezclan.
Paso 2
En otra fuente o bol, se mezcla la harina elegida con el huevo, una pizca de sal y otra de nuez moscada. Se puede sumar cualquier especia, a gusto.
Paso 3
Una vez hecho, se juntan las zanahorias y el queso con la mezcla de harinas y huevos. Con esa masa, se realizan los buñuelos de pequeño tamaño.
Paso 4
Freímos con abundante aceite caliente hasta que los buñuelos estén dorados y, una vez cocidos, los pasamos a un plato con papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
Si no te gustan freídos, podés hornearlos en una bandeja a 180 grados hasta que estén dorados, es decir unos veinte minutos.
Ahora sí, ¡a disfrutar!
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