Laguna Rosales, un paraíso por descubrir en 19 fotos que muestran su magia a 7 km de San Martín de los Andes
Es el momento ideal para ir a recorrerla. La floración está en su esplendor, los arboles de notros con sus rojos de fuego y las retamas en sus amarillos furiosos pintan el paisaje.
A unos 7 kilómetros de la ciudad de San Martín de los Andes, casi en el patio de casa está la laguna Rosales, un paraíso de todo el año para locales y turistas, que en esta primavera invita al deleite de los atardeceres y amaneceres para los mas madrugadores.
Salís por la ruta 40 hasta la rotonda del ejercito, la del medio, y empalmás con la ruta 62, todo asfalto, hasta la entrada al barrio Kaleuche, justo en donde empieza el ripio. Ahí, doblas a la izquierda y a 200 metros, esta la tranquera que te lleva al estacionamiento, dejás el auto y arranca la aventura, casi 3 km de senderos suaves entre el bosque de ñires, cipreses, pinos, robles y demás especies arbóreas.
Las cálidas temperaturas primaverales que ilusionan con el verano que está a la vuelta de la esquina, invitan a recorrerla en su totalidad, rodeándola por sus orillas y sus caminos de altura, (unas tres horas de amable andar si caminas, o menos de una hora y media, si venís en bicicleta). Para admirarla desde su milenario mirador de roca o simplemente tomar sol y mate en su orilla de pasto y juncos.
Largas luces y sombras, que duran hasta casi las 8 de la tarde y arrancan a eso de las 6 de la mañana en estas épocas, cobijan a centenares de aves de diversas especies, desde gaviotas capucho café, bandurrias, cauquenes, patos, garzas, teros, gallaretas, chimangos y aves mas pequeñas como huet huet, diucones, zorzales, rayaditos y hasta pequeños halcones rapaces en busca de alimento y romances.
Es común ver en sus zonas bajas, entre juncos y pastizales, nidos de gaviotas y garzas, y en el bosque, entre sus follajes, especies de aves que llegan desde el norte.
La floración está en su esplendor, destacando los arboles de notros con sus rojos de fuego, las retamas en sus amarillos furiosos, y flores silvestres de variadas tonalidades desde el azul a los violetas.
Al fondo, mucho mas allá, destacan al caer el sol, las montañas que están cerquita del vecino chile, sobresaliendo en formas y cercanías, la piedra de Trompul, la primera de las gigantes de una línea de capas de sombras y luces de montaña típicas de la región.
Para amantes de la naturaleza, la fotografía, el avistaje de aves, de la paz y tranquilidad de un entorno amable, esta es la época ideal, ya que a toda hora, es posible disfrutar, siempre respetando las indicaciones que sugieren desde el Parque Nacional Lanín para una convivencia amable con el medio ambiente y la fauna local.
Recomendaciones
Llevar siempre botellita con agua para tomar, protector solar, gorra, y algunos frutos secos o frescos , ah y mate, gran compañero, para los momentos de contemplación.
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